Seguiremos donde est¨¢bamos
Realizado durante el a?o 2009, el cuarto estudio PISA permitir¨¢ comparar las competencias lectoras de los alumnos de 65 pa¨ªses, los 30 de la OCDE m¨¢s otros tantos que no pertenecen a esta selecta organizaci¨®n internacional, tan dispares como Rusia, Chile, Tailandia, Kirguist¨¢n o, entre los nuevos, Dubai, Shang¨¢i o Panam¨¢. En v¨ªsperas de la publicaci¨®n de sus resultados, cumple, en primer lugar, reiterar los avisos publicados con ocasi¨®n de los informes anteriores, sin desesperar por el poco ¨¦xito alcanzado. Son los principales: 1. Que las diferencias de hasta cinco puntos probablemente no son reales, y que las de hasta 10 e incluso 20 son diferencias muy peque?as (cuidado, pues, con pla?ir que quedamos a la cola sin mirar la distancia al grueso del grupo); 2. Que las diferencias entre pa¨ªses tienen poca o nula relaci¨®n con el gasto en ense?anza (mejor, pues, abstenerse de proponer m¨¢s gasto para mejorar); 3. Que los resultados en PISA no tienen relaci¨®n con la organizaci¨®n de los sistemas educativos, ni con los cambios legislativos (ojo, entonces, a los que pretendan colarnos su reforma, y dos ojos si se trata de autonom¨ªa y rendici¨®n de cuentas); 4. Que las puntuaciones de los alumnos en PISA no dependen del color o la tendencia de los partidos pol¨ªticos en el poder, y menos del partido en el poder cuando los resultados se publican (o¨ªdos sordos, por tanto, a las salvas electoralistas que usen PISA como munici¨®n).
Un consejo resulta especialmente pertinente en estos d¨ªas de crisis: guard¨¦monos de relacionarla con los resultados PISA. No es raro que se mencione la ense?anza, si no como causa, s¨ª como remedio de la crisis. Esperemos, por el bien de todos, que se encuentren pol¨ªticas m¨¢s r¨¢pidas y eficaces para volver a la senda del crecimiento y del empleo, como suele decirse, que reduciendo el abandono escolar temprano o elevando los puntajes PISA de nuestros alumnos al nivel de Finlandia.
Una advertencia no por reiterada menos pertinente: no es realista esperar grandes cambios en los resultados, ni para mejor ni para peor, porque han sido muy estables en los tres estudios PISA publicados hasta la fecha. Lo m¨¢s probable es que en el estudio de 2009, que vuelve a tener la lectura como materia central, se repitan los resultados del 2000. Con un descenso de unos 10 puntos achacable a los alumnos inmigrantes y quiz¨¢s de otros cinco por variaciones muestrales, lo m¨¢s esperable es que quedemos entre 10 y 20 puntos por debajo de la media de los alumnos de la OCDE, es decir, un poco por debajo de Estados Unidos, como solemos.
La experiencia de los estudios de 2003 y 2006 no parecen dar pie a tanto optimismo. En efecto, de los 493 puntos del a?o 2000 pasamos a 481 en el 2003 y a 461 en el a?o 2006. Pero tambi¨¦n la media de la OCDE (de los alumnos, no de los pa¨ªses) en lectura baj¨® unos 15 puntos en esas fechas, lo que es achacable con mucha mayor probabilidad a pruebas m¨¢s dif¨ªciles que a alumnos menos competentes. Si en 2009 las pruebas son como las de 2000, tambi¨¦n los resultados habr¨¢n de serlo.
Julio Caraba?a es catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa.
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