Al raso para "tocar" a Lady Gaga
Acampada en Montju?c para asegurarse la primera fila en el concierto de hoy
Compraron las entradas hace ocho meses, y un poco m¨¢s y los controladores les chafan el viaje, el concierto y sobre todo la ilusi¨®n de pasarse la noche en vela aguardando a Lady Gaga. Hay que tener ganas, desde luego, pero estos cuatro amigos llegados de Canarias parec¨ªan felices de pasar la noche al raso en la mitad de la cola de acampada que desde hace varios d¨ªas monta guardia a la espera del concierto que esta noche, en el Palau Sant Jordi, ver¨¢ la aparici¨®n en Espa?a de Lady Gaga transformada ya en la nueva reina del pop. "El s¨¢bado no pudimos salir, pero finalmente anoche llegamos a Barcelona y aqu¨ª estamos. Ya que venimos de tan lejos, la queremos tocar, verla de cerca", explica Jennifer Castillo, de 21 a?os, que la define como "una loca, extravagante, ambigua, diferente...".
"Yo llegu¨¦ el viernes y aqu¨ª estoy, el primero", explica Gaby, un asturiano de 21 a?os. A su lado, Desir¨¦, que viaj¨® desde Soria hace tres d¨ªas, blande un coj¨ªn con la efigie de la diva que pasa de mano en mano. "El ambiente es estupendo, pero hemos venido a ligar y nos hemos encontrado con que casi todos los chicos son gays", comentaba divertida. "?Dilo, dilo!, hay muchos gays", confirmaba Enric, que aseguraba haber le¨ªdo en Internet que "en Barcelona estrenar¨¢ vestuario porque en Mil¨¢n le dieron uno nuevo. Y cantar¨¢ una canci¨®n in¨¦dita".Las entradas para el concierto se agotaron en cuanto salieron a la venta hace meses -todo queda en manos de la reventa y de las ofertas en foros de fans por Internet- y la pelea ahora ser¨¢ por hacerse un sitio en primera fila de pista para ver a la diva de cerca. "Nos hemos organizado y la cola est¨¢ numerada para que ma?ana cuando abr¨¢n la reja no se cuele nadie", comentaba un joven de Zaragoza llegado por la ma?ana con seis amigos m¨¢s a ver a "la diosa". Se quejaban, como otros, de que la Guardia Urbana les hubiera hecho desmontar las tiendas por la tarde con la orden de que no pod¨ªan vover a montarlas hasta las diez de la noche. Est¨¢n todos instalados fuera del recinto cerrado, entre las piscinas Picornell y la escultura, muy sonora, Campana de la paz.
Los que hac¨ªan el n¨²mero 180 de la cola hab¨ªan llegado ayer mismo de Bilbao y estaban tomando posiciones hacia las ocho de la tarde junto a dos jovencitas acompa?adas de sus madres. "Veremos el ambiente y despu¨¦s decidiremos si las dejamos solas", comentaba Mati, que se reconoc¨ªa muy experta en conciertos, pero "la ni?a solo tiene 15 a?os", a?ad¨ªa.
A aquella hora los grupos iban recoloc¨¢ndose, pertrechados con bebidas, comida y ganas de juerga. Algunos veintea?eros se luc¨ªan recordando pasadas acampadas para ver a Madonna, pero la mayor¨ªa se estrenaba. "La primera noche nos dieron las cinco, pero ma?ana [por hoy] hay concierto. ?Qu¨¦ emoci¨®n!".
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