La izquierda vence a la izquierda
El PP gallego subi¨® m¨¢s del doble en porcentaje de voto que el conjunto del PP, pero su subida la concentr¨® en la circunscripci¨®n de A Coru?a, sobre todo. No es posible sacarle m¨¢s rendimiento a una subida de poco m¨¢s de 50.000 votos, pero as¨ª ha sido por las condiciones especiales de participaci¨®n de estas elecciones y por una notable baja de los partidos del antiguo bipartito. Estamos en lo mismo del conjunto del Reino de Espa?a: no es que el PP suba, que apenas lo hace (y este es su principal problema para el futuro) sino que la izquierda, el PSdeG y el BNG en Galicia, baja. No as¨ª EU, pero no tiene la relevancia de los otros.
La incorporaci¨®n a la abstenci¨®n (bajo diversas formas: voto blanco o nulo, tambi¨¦n) de una parte del voto de la izquierda, nos dice que la desafecci¨®n pol¨ªtica (la distancia de los ciudadanos hacia la pol¨ªtica y los pol¨ªticos) es imputada o atribuida por la izquierda a los socialistas y, en este caso gallego, tambi¨¦n a los nacionalistas de izquierda. El debate p¨²blico que propusieron los chicos del 15-M sirvi¨®, probablemente, para estimular la participaci¨®n, pero no la de los m¨¢s desafectos, que eran los votantes de izquierda, nacionalista o no nacionalista. La izquierda ha derrotado a la izquierda, y dicen que por las pol¨ªticas de Zapatero, que eran y son las que Europa le marca desde perspectivas muy conservadoras (ideolog¨ªa del partido que gan¨® estas elecciones en el reino, por cierto). Esto es tanto como creer que las pol¨ªticas europeas eran eludibles en este contexto europeo y mundial. No lo eran. Castigar algo para lo que no hab¨ªa alternativa real es un acto de irracionalidad. Los votantes de izquierda que se han abstenido en sus diversas modalidades han tenido una conducta electoral muy irracional. Hay una parte del voto de izquierda que es as¨ª, sencillo o elemental y muy populista, y en caso de crisis acabar¨¢ votando al mismo Cascos (ocurri¨® en Asturias) para darle una gran mayor¨ªa a la derecha.
Castigar las pol¨ªticas de Zapatero para las que no hab¨ªa alternativa es un acto de irracionalidad
Dicho esto, tambi¨¦n es cierto que esos partidos de izquierda necesitan reflexionar, y no solo deben hacerlo sus elementales votantes hipercr¨ªticos. En mi criterio necesitan reflexionar, sobre todo, sobre lo mal informados que est¨¢n sobre la realidad, y c¨®mo lo pagan de caro. Est¨¢n tan mal informados que su comunicaci¨®n p¨²blica es p¨¦sima, en absoluto pedag¨®gica, cargada de rutinas, "vetusta y carente de detalles", que dec¨ªa siempre un conocido cuando le preguntaban por determinada banda de m¨²sica.
No todo es comunicaci¨®n, pero la comunicaci¨®n es muy importante, sobre todo en un territorio como Galicia en el que los medios, en general, est¨¢n muy escorados a la derecha y sirven de altavoz permanente a esos puntos de vista.
Tambi¨¦n hay razones de fondo para reflexionar, y todas ellas tienen que ver con los desajustes que se van produciendo entre los partidos y los cambios sociales, sobre todo los cambios en la estructura social o cambios en las clases sociales, y los cambios tecnol¨®gicos que cambian, a su vez, usos y costumbres. En todo el reino, pero tambi¨¦n en Galicia, ha desaparecido significativamente el pensamiento cr¨ªtico de izquierda en libros y revistas, como hubo siempre (por cierto, acaba de salir A nov¨ªsima dereita e n¨®s, de Manuel Barreiro), y toda la acci¨®n pol¨ªtica est¨¢ marcada por la agenda medi¨¢tica, sin que los procesos de elaboraci¨®n te¨®rica ocupen un minuto a los pol¨ªticos, minuto que les permitir¨ªa actualizar ciertas cosas y creencias. El caso de la derecha es peor, pero tambi¨¦n es otro y bien distinto el escenario en el que trabajan los conservadores.
El caciquismo rampante todav¨ªa en el rural gallego (se siguen acarreando votos), y la corrupci¨®n urbana (ayer se actuaba, tras las elecciones, sobre una red de presuntos corruptos), necesitan a una izquierda mucho m¨¢s activa y presencial que pasiva y burocr¨¢tica. Una izquierda militante. La izquierda est¨¢ condenada a ser militante, es la ¨²nica forma de neutralizar el enorme poder de fondo de los partidos conservadores.
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