Ruedan cabezas en el mercado del pop espa?ol
Sony despide al presidente de su filial espa?ola y la 'instala' en Miami

La industria musical espa?ola va de susto en susto. La pasada semana se filtraba el despido de uno de sus directivos m¨¢s carism¨¢ticos, Carlos L¨®pez, presidente de Sony Music Spain. Esta discogr¨¢fica, que recoge el rico legado de BMG Ariola, pasa ahora a depender de la delegaci¨®n de Miami; en la ¨²ltima d¨¦cada, estaba integrada en lo que llaman la Oficina de la Regi¨®n Europa, con base en Londres.
Considerada como "compa?¨ªa de artistas", habituada a mantener largas relaciones profesionales, la rama espa?ola de Sony aloja a gente como Joaqu¨ªn Sabina, Ana Bel¨¦n, Manolo Garc¨ªa, Estopa, Russian Red, V¨ªctor Manuel, El Canto del Loco, Luis Eduardo Aute, Sidonie, Pereza y, hasta recientemente, Joan Manuel Serrat, Vicente Amigo o Los Planetas. Hist¨®ricamente muy abierta hacia el mercado sudamericano, tambi¨¦n gestion¨® ¨¦xitos mundiales como Macarena, de Los Del R¨ªo, o L¨¢grimas negras, de El Cigala y Bebo Vald¨¦s (m¨¢s de un mill¨®n de copias en todo el mundo).
La compa?¨ªa estaba integrada en la Oficina Europea, con sede en Londres
Julio Iglesias, Sabina, Pereza y Estopa son algunas de las estrellas del sello
Aunque la plantilla de Sony Music Spain ha quedado reducida a unas 90 personas, todav¨ªa ocupa un edificio en el madrile?o parque del Conde de Orgaz. Se trata de la herencia de otro naufragio: fue la imponente sede de Discos Columbia, compa?¨ªa pionera de origen donostiarra. Aparte del cat¨¢logo de Columbia, Sony Music es la depositaria de los archivos de memorables sellos nacionales como Zafiro o Vergara.
Periodista de formaci¨®n, Carlos L¨®pez (Madrid, 1957) empez¨® en el departamento de prensa de Hispavox, otra de tantas discogr¨¢ficas espa?olas engullidas por las transnacionales. Su trayectoria recuerda la naturaleza abierta del negocio, cuando se pod¨ªa llegar desde abajo hasta la cima.
Presidente de Sony Music Spain desde principios del siglo, L¨®pez nunca ha tenido pelos en la lengua. Respondiendo a la sentencia de una juez que hab¨ªa absuelto a un internauta acusado de bajarse 7.000 discos, afirm¨®: "Se puede ser juez e imb¨¦cil".
A L¨®pez le toc¨® pilotar Sony Music en los peores a?os posibles. Una de las soluciones que aplic¨® fue la entrada de la compa?¨ªa en el management de algunos grupos, para participar en los ingresos del directo: "Ya no somos discogr¨¢ficas, ahora nos hemos convertido en compa?¨ªas de m¨²sica y buscamos compartir todo lo que genera una carrera en el siglo XXI".
Insiste L¨®pez en que no se trataba de una especie de impuesto revolucionario: "Si nosotros damos a conocer a artistas nuevos, tenemos que recuperar de alg¨²n lado. Con las ventas actuales, un disco puede ser un pelotazo pero dar n¨²meros rojos. Los conciertos, sin embargo, no se pueden piratear".
Se desconoce si L¨®pez ser¨¢ reemplazado o si Sony Music Spain ser¨¢ dirigida desde Florida. Afo Verde, responsable en Miami de la divisi¨®n latina, no ha respondido a las insistentes preguntas de este peri¨®dico sobre si presenciamos una simple medida de ahorro o el principio de una reestructuraci¨®n radical en uno de los mercados m¨¢s afectados por las descargas gratuitas. Verde se halla precisamente en Espa?a, haciendo una ronda de visitas a los principales artistas de la escuder¨ªa Sony Music (incluyendo a Julio Iglesias, cuyo contrato depende directamente de la central de Nueva York).
Afo Verde, exitoso productor argentino con querencia por lo tropical, est¨¢ transmitiendo un doble mensaje. Primero, de tranquilidad: viene del mundo de los artistas -fue m¨²sico de reggae- y comprende sus preocupaciones. Segundo, una petici¨®n de apretarse el cintur¨®n, lo que supone, seg¨²n Manolo Garc¨ªa, "rebajar nuestros porcentajes y sus compromisos". El antiguo cantante de El ?ltimo de la Fila, que acaba de grabar en Los ?ngeles, tiene un acuerdo astuto que empuja a la compa?¨ªa a invertir en sus lanzamientos: si se alcanzan determinadas cifras, la propiedad del master correspondiente pasa a la disquera.
El inesperado desplazamiento de la sucursal espa?ola de Sony Music hacia Miami confirma el diagn¨®stico del soci¨®logo Fr¨¦deric Martel en su Cultura mainstream (Taurus, 2011). Destaca Martel precisamente como caso ejemplar la "desaparici¨®n lenta" de Espa?a en "la cartograf¨ªa de los medios y la industria creativa" de Am¨¦rica Latina. Hasta los a?os ochenta, nuestro pa¨ªs ten¨ªa enorme relevancia en la m¨²sica popular en castellano: exportaba cantantes y tambi¨¦n recib¨ªa artistas de la otra orilla, que grababan con m¨²sicos y productores espa?oles. La eclosi¨®n de Miami como capital cultural de Hispanoam¨¦rica cambi¨® el sentido de las visitas y aceler¨® el declive del potencial internacional del pop espa?ol.
Para Jos¨¦ Mar¨ªa C¨¢mara, expresidente de Sony Music, la situaci¨®n es as¨ª de delicada: "Quiz¨¢ la compa?¨ªa ha dejado de producir talento fresco exportable y eso afecta directamente a los beneficios. Tambi¨¦n es responsabilidad de algunos artistas, que prefieren vivir confortablemente en vez de arriesgarse a picar piedra por Am¨¦rica. En el peor de los casos, Sony podr¨ªa dejar de invertir en artistas espa?oles y su presencia se reducir¨ªa a poco m¨¢s que un departamento de m¨¢rketing, para trabajar ¨¦xitos de fuera".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.