Un 'okupa' en el hospital

Rafael Llanes, de 79 a?os, fue operado de la cadera en el hospital Juan Ram¨®n Jim¨¦nez de Huelva en julio pasado. Ese mismo mes recibi¨® el alta m¨¦dica, pero se niega a marcharse del centro. El rechazo del anciano ha envuelto al hospital en un conflicto de dif¨ªcil salida a corto plazo. El centro, que asegura haber agotado la v¨ªa del di¨¢logo, "por falta de respuesta" de los familiares del paciente, ha tenido que recurrir a la judicial para poder desalojar al hombre. Ayer, junto a la puerta de Llanes en la habitaci¨®n 2.215, colgaba un cartel que dec¨ªa: "Aislamiento. Atenci¨®n esta habitaci¨®n tiene el acceso controlado. Antes de entrar consulte con el personal responsable sanitario". De la habitaci¨®n sali¨® un hombre que dijo ser amigo del paciente. "Tiene todas sus facultades mentales perfectas. El centro lo quiere tomar por loco porque no le interesa atenderlo como se merece". Este hombre afirma que Llanes no qued¨® bien de la pr¨®tesis de cadera de la que fue intervenido y que no puede valerse por s¨ª mismo. "No puede volver a casa porque no puede caminar, est¨¢ peor de lo que vino. Necesita atenci¨®n m¨¦dica. ?l es un hombre muy r¨ªgido en sus pensamientos, no va a cambiar de opini¨®n", subraya.

Llanes vive solo, no tiene mujer ni hijos. Fue profesor en un colegio de Punta Umbr¨ªa y en Huelva se le conoc¨ªa por un negocio de tejidos que pose¨ªa en la zona del antiguo mercado del Carmen, que sali¨® ardiendo.

El sector sanitario del sindicato CSIF, que denunci¨® el caso, considera que la presencia de esta persona en el hospital comporta un "grave riesgo" para los enfermeros. Seg¨²n el sindicato, el anciano tiene un "car¨¢cter agresivo" y mantiene la habitaci¨®n, pese a la limpieza diaria, "en p¨¦simas condiciones de higiene", seg¨²n se?al¨® ayer el vicepresidente del sector sanitario de CSIF, Eleuterio Vel¨¢zquez.

El sindicalista asegura que algunos trabajadores del centro est¨¢n presentando quejas por las constantes "agresiones verbales" que profiere el paciente a los enfermeros que le atienden. Seg¨²n Vel¨¢zquez, el paciente tiene recursos econ¨®micos. "Nos consta, incluso, que tiene asignada una residencia donde puede estar tratado m¨¢s adecuadamente", sostiene. Los enfermeros tienen que darle de comer a diario y asear su habitaci¨®n. "Para ¨¦l esto es un hospital de cinco estrellas", afirma el delegado sindical.

Un enfermero que se encarga de atenderlo y que prefiere no dar su nombre se?al¨® ayer que los compa?eros sienten "miedo" de las reacciones agresivas del paciente. "El otro d¨ªa escupi¨® a una compa?era; arroja la comida al suelo, acumula basura pese a que se le limpia la habitaci¨®n a diario", precis¨®. "Entendemos que la situaci¨®n es compleja pero las Administraciones tienen que ponerse de acuerdo con inmediatez para dar una salida a este problema", explic¨®. "Sabemos que tiene posibilidades econ¨®micas, que posee una casa y dos cuidadoras y no entendemos por qu¨¦ tiene que permanecer aqu¨ª".

La delegaci¨®n provincial de Salud suscribi¨® ayer la versi¨®n del hospital de que "¨²nicamente la autoridad judicial puede determinar el ingreso involuntario de un paciente en una plaza residencial o resolver otro tipo de situaciones que se plantean en los centros sanitarios como, por ejemplo, la negativa de un paciente a su hospitalizaci¨®n". El hospital ha remitido una solicitud de intervenci¨®n a la fiscal¨ªa, que a su vez ha elevado el caso al juzgado.