La facturaci¨®n por horas hace agua
Arrecian las cr¨ªticas contra el sistema de cobro m¨¢s com¨²n de los despachos desde hace d¨¦cadas por su opacidad y coste muchas veces demasiado elevado en tiempos de estancamiento econ¨®mico
La facturaci¨®n por horas ha sido durante muchos a?os el m¨¦todo de cobro m¨¢s habitual en la relaci¨®n entre despachos y empresas. Este sistema consiste en imputar un valor a la hora de trabajo del profesional que se ocupa del caso y aplicarlo al n¨²mero de horas dedicadas al mismo. Dise?ado a comienzos de los a?os 40 del siglo pasado por el abogado norteamericano Reginald Heber Smith, una d¨¦cada m¨¢s tarde la billable hour se convirti¨® en el modelo est¨¢ndar de facturaci¨®n, no solo en los Estados Unidos sino tambi¨¦n en numerosos pa¨ªses anglosajones y europeos.
Sin embargo, este modelo lleva a?os siendo cuestionado por los severos condicionantes que establece en la relaci¨®n entre despacho y cliente. En 2002 un informe del Consejo de la Abogac¨ªa estadounidense (American Bar Association) lo critic¨® seriamente por las graves consecuencias que implica (como la imposibilidad de prever los honorarios finales que deber¨¢ pagar el cliente, la desincentivaci¨®n que supone para la gesti¨®n eficaz de los proyectos legales o el riesgo de prolongaci¨®n de los procesos por parte de los despachos). Posteriormente, la llegada de la crisis econ¨®mica de 2007 pareci¨® que iba a suponer el final definitivo de este modelo, pues los clientes, viendo reducidos sus presupuestos para gastos jur¨ªdicos, comenzaron a exigir la previsibilidad y certeza de los costes legales por los encargos que hac¨ªan a los despachos.
Para Eugenia Navarro, profesora de Marketing de Esade, la facturaci¨®n por horas es un buen sistema de control interno para las firmas, pero no un buen modelo de facturaci¨®n para los clientes, pues estos quieren que se les facture por el valor recibido. En este mismo sentido, Richard Susskind, uno de los m¨¢s relevantes pensadores sobre el negocio jur¨ªdico, se?al¨® ya en 2013 que el sistema de facturaci¨®n por horas resulta inaplicable frente a una clientela cambiante y cada vez m¨¢s exigente respecto de la transparencia y previsibilidad de los servicios jur¨ªdicos que contrata, por lo que propone el recurso a modelos alternativos de facturaci¨®n.
En Espa?a este sistema todav¨ªa se utiliza, sobre todo cuando se trata de asuntos procesales o de fusiones y adquisiciones, pero, seg¨²n destaca Eva Bruch, consultora especializada en el sector legal y socia de ExOProfesiones, no es el ¨²nico criterio de facturaci¨®n al que se acude pues "nuestros despachos est¨¢n acostumbrados a barajar distintos sistemas de cobro siendo la facturaci¨®n por horas uno m¨¢s". Como se?ala esta consultora, "el cliente ahora tiene m¨¢s poder de negociaci¨®n y audita con lupa los conceptos facturados por horas".
A?ade Bruch que "este sistema de facturaci¨®n por horas es una de las principales barreras a la innovaci¨®n tecnol¨®gica en los despachos, pues la mejora de la eficiencia que brinda la tecnolog¨ªa va en detrimento del tiempo de trabajo realizado". Sin embargo, pese a las cr¨ªticas, en los ¨²ltimos tiempos se escuchan voces que sostienen que este modelo sigue vigente porque, en realidad, nunca ha dejado de aplicarse.
El abogado norteamericano Matthew W. Schmidt sostiene que si un sistema de facturaci¨®n tan criticado ha sobrevivido hasta la actualidad, es por la poderosa raz¨®n de que, en la abogac¨ªa, como en todo juego de suma cero, quien m¨¢s tiempo dedica a un caso es normalmente quien gana. Y por eso los clientes, que lo saben, aceptan compensar lo oneroso de este sistema con la mayor previsibilidad de ¨¦xito de su abogado.
Desde otro punto de vista, el veterano abogado Stephen Poor ha defendido, con base en los resultados de la encuesta Altman Weil sobre asesor¨ªas juridicas de empresa (Chief Legal Officer Survey), que la raz¨®n de la supervivencia de este modelo de facturaci¨®n es que, en definitiva, los adquirentes de los servicios legales en las empresas suelen ser a su vez abogados. Y estos tienden a seguir con aquello que les es conocido y c¨®modo. Por eso, dado que muchos de ellos han crecido con la unidad de medida de la hora facturable, se sienten c¨®modos con la misma y sus variantes.
Como consecuencia, contin¨²a, muchos de los modelos alternativos de facturaci¨®n (o Alternative Fees Arrangements, AFA) aplicados por los despachos a instancias de los clientes, a partir de las reducciones presupuestarias impuestas por la crisis, no son sino modelo de facturaci¨®n por horas con un nuevo vestido. De hecho, destaca Poor, seg¨²n la ¨²ltima encuesta Blickstein sobre operaciones legales (Blickstein Group survey of legal operations), el tipo de AFA utilizado en un 83% de los casos no deja de ser un simple descuento sobre la tarifa horaria habitual del despacho, seguida de la tarifa fija por asunto (69%) y de una tarifa plana por gestionar todos los asuntos en un ¨¢rea determinada (53%).
Voluntad de cambio
Adem¨¢s, a?ade, estos AFA son observados con recelo por las empresas, que temen las consecuencias de un acuerdo alternativo sobre honorarios no suficientemente bien construido. En consecuencia, muchas siguen considerando que la ¨²nica manera de tener la seguridad de que los servicios se prestan eficientemente es a partir de la cantidad de tiempo dedicada al caso.
En definitiva, concluye Poor, la realidad es que ninguno de los intervinientes en la cadena de prestaci¨®n de servicios legales tiene la capacidad de modificar un sistema basado en d¨¦cadas de arraigada dependencia en la hora facturable. Algo con lo que no coincide Eugenia Navarro, que sostiene que los clientes demandan un cambio radical en los modelos de facturaci¨®n de los despachos, en el que se tenga en cuenta el coste, la efectividad y el valor prestado por los mismos.
Una necesidad de cambio para el que algunas firmas se est¨¢n preparando pero que otras no se acaban de creer, permaneciendo en una zona de confort en la que piensan que nada tiene que cambiar y que su modelo sigue siendo rentable. Sin embargo, "aquellas firmas que sepan facturar bien ser¨¢n capaces de captar m¨¢s clientes en un momento marcado por la indiferenciaci¨®n t¨¦cnica", concluye Navarro.
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