?En qu¨¦ acabar¨¢ el ¡®crash¡¯ de 2020?
Habr¨¢ cifras recesivas tremendas por causa de la interconexi¨®n mundial, pero que mejorar¨¢n, una vez pasado el contagio, tambi¨¦n a toda velocidad
Muchos se preguntan si, econ¨®micamente hablando, estamos en una situaci¨®n comparable a la de la mal llamada gripe espa?ola o a la de la Gran Depresi¨®n. Probablemente, ni una ni otra.
Al menos en lo que al comportamiento de las Bolsas se refiere, la situaci¨®n no se parece nada a la de la gripe de 1918-1919. Entonces, el ¨ªndice Dow Jones Industrial cay¨® un 12%; es decir, un tercio del 36% que ha ca¨ªdo ahora. Por lo tanto, desde esa perspectiva, no hay nada que comparar.
Por la rapidez y profundidad de la ca¨ªda esto se parece mucho al crash de 1987 que, a pesar de su espectac...
Muchos se preguntan si, econ¨®micamente hablando, estamos en una situaci¨®n comparable a la de la mal llamada gripe espa?ola o a la de la Gran Depresi¨®n. Probablemente, ni una ni otra.
Al menos en lo que al comportamiento de las Bolsas se refiere, la situaci¨®n no se parece nada a la de la gripe de 1918-1919. Entonces, el ¨ªndice Dow Jones Industrial cay¨® un 12%; es decir, un tercio del 36% que ha ca¨ªdo ahora. Por lo tanto, desde esa perspectiva, no hay nada que comparar.
Por la rapidez y profundidad de la ca¨ªda esto se parece mucho al crash de 1987 que, a pesar de su espectacularidad, no fue seguido de una recesi¨®n, y tambi¨¦n al inicio del de 1929, o a las semanas posteriores a la quiebra de Lehman Brothers en 2008, aunque en este ¨²ltimo caso las Bolsas ya llevaban 11 meses cayendo.
Tambi¨¦n podr¨ªa tratarse de una situaci¨®n nueva, sin precedente conocido.
Desde luego el que, como en 1987, esto no traiga consecuencias econ¨®micas, est¨¢ descartado: por definici¨®n habr¨¢ una recesi¨®n econ¨®mica ya que se ha decidido parar buena parte de la industria y los servicios. Tampoco parece que esto vaya a conducir al mundo a una Gran Depresi¨®n. No, al menos, en lo que dependa de las autoridades pol¨ªticas y monetarias que, aunque reaccionando tarde, mal y de manera titubeante, ya se han puesto a la tarea de contener la expansi¨®n del virus y a intentar que el impacto econ¨®mico negativo sea lo menor posible.
Esto es algo muy diferente de la reacci¨®n poco o nada intervencionista de las autoridades de EE<TH>UU en 1929-1930. Ahora son muy pocos los que quieren una catarsis como la predicada entonces por su secretario del Tesoro.
La experiencia actual es inaudita: nunca se hab¨ªa parado voluntariamente una econom¨ªa. Ni siquiera en tiempos de guerra, en que se redobla el esfuerzo b¨¦lico. De ah¨ª que sea tan complicado hacer prospectiva en este caso.
Pero no ser¨¢ como 1929. Aunque algunas cifras que se publicar¨¢n en los pr¨®ximos meses llevar¨¢n a pensarlo. Ese tipo de confusi¨®n ya se produjo entre algunos de los mejores economistas en 2009: cuando vieron que el comercio mundial se hund¨ªa m¨¢s que en la Gran Depresi¨®n concluyeron equivocadamente que se acercaba algo peor. La explicaci¨®n del error era que la globalizaci¨®n hab¨ªa hinchado previamente la cifra de comercio internacional al considerar como tal el que se produc¨ªa entre las factor¨ªas de la misma empresa situadas en pa¨ªses diferentes.
Ahora suceder¨¢ algo parecido. Habr¨¢ cifras recesivas tremendas por causa de la interconexi¨®n mundial, pero que mejorar¨¢n, una vez pasado el contagio, tambi¨¦n a toda velocidad. Aunque parezca un sarcasmo decirlo ahora, Gobiernos y empresas tienen que empezar a prepararse para ese momento.
Juan Ignacio Crespo es analista financiero.