¡°Me desaniman los que no miran por los dem¨¢s¡±

Pasadas ya tres semanas de confinamiento, los controles policiales han multado a miles de ciudadanos que intentan burlar el decreto de alarma por los motivos m¨¢s variopintos: escapadas de fin de semana, vecinos que bajan hasta tres y cuatro veces al d¨ªa a comprar al supermercado, paseos de mascotas que se prolongan m¨¢s de una hora, fiestas en la playa o alg¨²n bar que clandestinamente ofrece almuerzos a su clientela habitual. En un turno de ocho...

Pasadas ya tres semanas de confinamiento, los controles policiales han multado a miles de ciudadanos que intentan burlar el decreto de alarma por los motivos m¨¢s variopintos: escapadas de fin de semana, vecinos que bajan hasta tres y cuatro veces al d¨ªa a comprar al supermercado, paseos de mascotas que se prolongan m¨¢s de una hora, fiestas en la playa o alg¨²n bar que clandestinamente ofrece almuerzos a su clientela habitual. En un turno de ocho horas, la patrulla del polic¨ªa nacional Julio Cruz rellena de 15 a 20 propuestas de multa a ciudadanos en pleno pulso contra la Covid-19. ¡°Hay gente que llama mucho la atenci¨®n: personas en patinete, que circulan sin casco y en contradirecci¨®n, y escenas as¨ª. Estuvimos unos d¨ªas advirtiendo, pero ya no es tiempo de avisos¡±, comenta.

Cruz es uno de los 140.000 agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que velan por que se cumpla el confinamiento junto a polic¨ªas locales y cuerpos auton¨®micos. Las calles de las grandes ciudades se han vaciado de gente dejando estampas in¨¦ditas, a veces inveros¨ªmiles. ¡°Es extra?o. El tr¨¢fico ha bajado much¨ªsimo, hay comercios cerrados y no hay casi gente en la calle. Todos los d¨ªas parecen domingo¡±, apunta este polic¨ªa adscrito a la Jefatura Provincial de Valencia que patrulla en moto.

La unidad de seguridad ciudadana en la que trabaja Cruz, encargada de la prevenci¨®n y reacci¨®n, atiende los avisos del 091. ¡°Cuando se impuso el confinamiento era habitual encontrar a grupos de chavales que pensaban ¡®esto no va conmigo¡¯ o ¡®soy joven, a m¨ª no me va a pasar nada¡¯, y sal¨ªan a fumar un cigarro con un amigo¡±. Pero, con el paso de los d¨ªas, la gente se ha ido concienciando. El n¨²mero de ocupantes de veh¨ªculos ha disminuido. ¡°Se ve, se palpa¡±, a?ade el agente.

En el d¨ªa a d¨ªa de los polic¨ªas hay de todo, tambi¨¦n momentos reconfortantes. ¡°Hay gente que nos da las gracias por el trabajo. Un motorista se acerc¨® a un control y nos dio unas mascarillas. Y a las ocho de la tarde, la gente que sale a los balcones a aplaudir, tambi¨¦n se vuelca con las patrullas de servicio¡±. Si los sanitarios est¨¢n en primera l¨ªnea de batalla contra el coronavirus, los cuerpos policiales est¨¢n solo medio paso por detr¨¢s. ¡°Me desanima la gente que no mira por los dem¨¢s¡±, dice.

Adem¨¢s de hipot¨¦ticos infractores, las patrullas se encuentran durante el servicio a muchos sin techo en bancos de jard¨ªn o a cubierto en portales. ¡°Tratamos de derivarlos a los servicios sociales municipales pero hay algunos que no se quieren marchar y est¨¢n muy expuestos¡±.

Muchos agentes prestan servicio en destinos alejados de sus lugares de origen. Cuando acaba el turno y llega a casa, Cruz, nacido en Murcia, habla con su familia por WhatsApp o Skype: ¡°S¨¦ que va a pasar un tiempo antes de que pueda verlos. Pero hay que ser optimista, ya queda menos para que acabe¡±. El trabajo de las patrullas ha cambiado las rutinas en este periodo excepcional. El 80% o 90% de las situaciones que atienden tienen que ver con el estado de alarma y el obligado confinamiento que establece el decreto del Gobierno. ¡°Antes, cuando establec¨ªamos un control, busc¨¢bamos a personas con asuntos pendientes con la justicia, drogas¡­; ahora no hemos dejado de hacerlo, pero el grupo de motos nos centramos en detectar a ciudadanos que no deber¨ªan estar en la calle¡±.

Hay muchos vecinos que alertan al 091 de ciudadanos que no respetan el decreto de confinamiento porque el balc¨®n se ha convertido en su v¨ªa de escape y est¨¢n mirando continuamente la calle. Desde el inicio del estado de alarma y hasta el pasado domingo, las fuerzas de seguridad hab¨ªan tramitado casi 354.000 propuestas de sanci¨®n y hab¨ªan detenido a m¨¢s de 3.000 ciudadanos que incumpl¨ªan la cuarentena por deambular una y otra vez por la calle sin motivo justificado, seg¨²n datos del Ministerio del Interior. ¡°Desde el inicio de la crisis¡±, asegura un portavoz ministerial, ¡°nuestra funci¨®n ha ido m¨¢s dirigida a proteger a los ciudadanos y garantizar el abastecimiento de bienes de primera necesidad pero tambi¨¦n a cumplir con las normas de confinamiento¡±.

Por ejemplo, las unidades de agentes contra la violencia de g¨¦nero realizan 3.000 comprobaciones telef¨®nicas al d¨ªa para que el encierro no derive en casos de agresiones dom¨¦sticas. O las unidades especializadas en la Red han redoblado su trabajo para prevenir y concienciar a la poblaci¨®n contra los bulos y fake news. El equipo de Redes Sociales de la Polic¨ªa Nacional recibe m¨¢s de 200 mensajes diarios a trav¨¦s de sus perfiles y m¨¢s de 4.000 menciones al d¨ªa. Es, desde 2014, el perfil policial m¨¢s seguido del mundo en redes sociales.

Organizaciones como Jupol, SUP, UFP, Aume (asociaci¨®n de militares espa?oles), y Augc (de guardias civiles), entre otros, denunciaban hace unos d¨ªas que no se respeta el derecho de los agentes a recibir una protecci¨®n eficaz. Seg¨²n el Ministerio del Interior, se est¨¢n repartiendo mascarillas y guantes entre las plantillas policiales y el personal de Instituciones Penitenciarias. Un portavoz de Jupol, sindicato mayoritario en la Polic¨ªa Nacional, asegura que hay cientos de contagiados confirmados entre polic¨ªas y guardias civiles. ¡°Las parejas son siempre de los mismos agentes [se evita la rotaci¨®n para atajar la propagaci¨®n] y el n¨²mero de ocupantes de los veh¨ªculos policiales se ha reducido¡±, a?ade, y recuerda que el confinamiento ¡°no es un castigo sino una medida necesaria¡± para vencer a la enfermedad.

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