El plan de reconstrucci¨®n econ¨®mica
Las medidas aprobadas por el Eurogrupo son menores y marginales. Hay que ir m¨¢s all¨¢ en calidad y cantidad
La guerra contra el coronavirus cumple ya varios meses, y poco a poco se van conociendo m¨¢s datos de este misterioso enemigo. Se ha descubierto que hay diferencias notables entre este coronavirus y el del SARS que lo hacen mucho m¨¢s dif¨ªcil de controlar. Por ejemplo, que una parte notable de los infectados no tiene s¨ªntomas y, por tanto, son contagiosos aunque no los sepan. O que el periodo medio de estancia de los pacientes afectados en las UCI no es de varios d¨ªas, sino de un par de semanas, ...
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La guerra contra el coronavirus cumple ya varios meses, y poco a poco se van conociendo m¨¢s datos de este misterioso enemigo. Se ha descubierto que hay diferencias notables entre este coronavirus y el del SARS que lo hacen mucho m¨¢s dif¨ªcil de controlar. Por ejemplo, que una parte notable de los infectados no tiene s¨ªntomas y, por tanto, son contagiosos aunque no los sepan. O que el periodo medio de estancia de los pacientes afectados en las UCI no es de varios d¨ªas, sino de un par de semanas, lo que ha contribuido al colapso de los hospitales. Ante tales sorpresas, los Gobiernos se han visto obligados a tomar medidas dr¨¢sticas de distanciamiento y de restricci¨®n de movilidad. Por el bien de todos.
Estas medidas est¨¢n dando sus frutos: las curvas de contagio y de fallecimientos se est¨¢n aplanando y la presi¨®n sobre la capacidad hospitalaria est¨¢ mejorando. La incertidumbre sigue siendo elevada respecto al n¨²mero de casos y, por tanto, respecto a la tasa de mortalidad, y dicha incertidumbre solo se reducir¨¢ con los resultados de los proyectos de testeo a gran escala.
Ahora hay que asegurarse de que, tras ganar la guerra, no perdamos la paz. Las guerras dejan secuelas profundas, y este virus ataca a una eurozona que a¨²n ten¨ªa heridas en carne viva de la crisis anterior, poniendo en evidencia las fallas en su estructura econ¨®mica. La eurozona se enfrenta a la cruda realidad de que no tiene los medios necesarios para dise?ar su pol¨ªtica fiscal. Con tipos de inter¨¦s cero durante muchos a?os, la pol¨ªtica fiscal ser¨¢ el ¨²nico instrumento para gestionar el nivel de actividad, reducir el desempleo, y estabilizar la inflaci¨®n. Y la eurozona no est¨¢ preparada.
La crisis sanitaria puede convertirse en una crisis econ¨®mica de primera magnitud si la respuesta no est¨¢ a la altura, y el plan de reconstrucci¨®n que debe adoptarse lo antes posible responde a esta urgente necesidad existencial. En todos los pa¨ªses se est¨¢n rompiendo tab¨²es: la Fed esta comprando deuda de los Estados y municipios; el Banco de Inglaterra est¨¢ financiando al Gobierno directamente; el BCE ha eliminado su l¨ªmite de compras. Sin embargo, el acuerdo del Eurogrupo, con la nueva l¨ªnea de cr¨¦dito del Mede, las garant¨ªas del BEI, y el programa de apoyo al desempleo, son decisiones menores y marginales. Para salir de la mayor crisis de los ¨²ltimos 50 a?os hay que ir mucho m¨¢s all¨¢, en calidad y cantidad.
El plan de reconstrucci¨®n debe basarse en tres principios: no aumentar las disparidades econ¨®micas preexistentes de la eurozona; contribuir a aumentar el crecimiento potencial y a avanzar los objetivos estrat¨¦gicos de la eurozona; y ser de la suficientemente magnitud y persistencia en el tiempo para generar el impulso fiscal necesario para cerrar el output gap (que seg¨²n las proyecciones del FMI ser¨¢ enorme), eliminar el desempleo c¨ªclico, y elevar la inflaci¨®n al objetivo del 2% lo antes posible.
Este plan plurianual puede dise?arse en torno a tres pilares. El primero, ayudar a los mayores, evitando que una nueva pandemia pueda volver a causar semejante cat¨¢strofe, con un plan de inversi¨®n sanitaria y tecnol¨®gica que dote a cada pa¨ªs de los recursos necesarios para afrontarla con ¨¦xito. El segundo, ayudar a los m¨¢s j¨®venes, con un ambicioso plan de inversi¨®n y de medidas regulatorias que reduzcan el riesgo asociado con el calentamiento global y el coste econ¨®mico de la transici¨®n ecol¨®gica. El tercero, ayudar a los m¨¢s necesitados, atacando la desigualdad tecnol¨®gica de la eurozona con un plan de inversi¨®n en la econom¨ªa digital que ponga a la eurozona en la vanguardia del acceso individual y de la innovaci¨®n. Cada pa¨ªs deber¨ªa dise?ar su contribuci¨®n a este plan, que ser¨ªa aprobado por los l¨ªderes de la eurozona y ratificado cada a?o en la ronda presupuestaria anual.
Una vez acordado el plan, se debe dise?ar la financiaci¨®n, bajo el principio de que el coste sea el mismo para todos los pa¨ªses, como corresponde a un plan que reacciona a un shock com¨²n y ex¨®geno. Esto generar¨¢ externalidades positivas para todos sus miembros, y aumentar¨¢ la estabilidad del euro. El Mede podr¨ªa emitir bonos garantizados con una transferencia de recursos tributarios o un aumento de capital. La recaudaci¨®n de estos bonos se transferir¨ªa a cada miembro para financiar el plan de reconstrucci¨®n. El plazo y estructura de vencimientos se dise?ar¨ªa para reducir su impacto sobre el servicio de la deuda a corto plazo y crear espacio para las pol¨ªticas fiscales nacionales necesarias para amortiguar el impacto inmediato del confinamiento.
Hay un dicho en pol¨ªtica que afirma que ¡°no me digas cu¨¢les son tus valores, ens¨¦?ame tu presupuesto y yo te dir¨¦ cu¨¢les son tus valores¡±. El plan de reconstrucci¨®n, y su financiaci¨®n, son la oportunidad para que la eurozona muestre cu¨¢les son sus valores.
En Twitter: @angelubide
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