Am¨¦rica Latina: un nuevo contrato social para crecer despu¨¦s de la pandemia
Volver a las pol¨ªticas previas a la crisis no puede ser la soluci¨®n. Limitar las p¨¦rdidas tampoco ser¨¢ suficiente
Am¨¦rica Latina y el Caribe han entrado a un t¨²nel pand¨¦mico con mucha incertidumbre sobre su extensi¨®n, pero con claras certidumbres: la regi¨®n saldr¨¢ m¨¢s pobre, m¨¢s endeudada, y m¨¢s desigual. Se requiere un pacto social para reformas ambiciosas, pero la ambici¨®n responde a la necesidad.
El punto de partida a la entrada del t¨²nel no fue el mejor para enfrentar la crisis. Los pa¨ªses con mayores ingresos pueden resistir m¨¢s, pero hace m¨¢s de cinco d¨¦cadas que la regi¨®n no logra cerrar la brecha de desarrollo con Estados Unidos. El impacto de la pandemia recae m¨¢s en los m¨¢s pobres y, si b...
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Am¨¦rica Latina y el Caribe han entrado a un t¨²nel pand¨¦mico con mucha incertidumbre sobre su extensi¨®n, pero con claras certidumbres: la regi¨®n saldr¨¢ m¨¢s pobre, m¨¢s endeudada, y m¨¢s desigual. Se requiere un pacto social para reformas ambiciosas, pero la ambici¨®n responde a la necesidad.
El punto de partida a la entrada del t¨²nel no fue el mejor para enfrentar la crisis. Los pa¨ªses con mayores ingresos pueden resistir m¨¢s, pero hace m¨¢s de cinco d¨¦cadas que la regi¨®n no logra cerrar la brecha de desarrollo con Estados Unidos. El impacto de la pandemia recae m¨¢s en los m¨¢s pobres y, si bien la regi¨®n ha logrado reducir la desigualdad, todav¨ªa est¨¢ casi a la par del ?frica Subsahariana.
La pandemia exige una fuerte respuesta de la pol¨ªtica fiscal, pero la regi¨®n tiene menos poder de fuego que en crisis anteriores. Acarrea m¨¢s d¨¦ficit y deuda que en 2008. Las altas tasas de inter¨¦s que exigen los mercados financieros ponen en evidencia las restricciones al financiamiento y al espacio fiscal para atender la pandemia.
Volver a las pol¨ªticas previas a la crisis no puede ser la soluci¨®n. Fueron infructuosas para generar un crecimiento sostenido e inclusivo, y el mundo que nos espera a la salida del t¨²nel ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil: las econom¨ªas, a escala global, estar¨¢n reconstruy¨¦ndose. Pueden surgir presiones para reducir el comercio internacional, y el cr¨¦dito ser¨¢ m¨¢s escaso y caro.
Proponemos una estrategia cuyo objetivo no solo es la atenci¨®n de la pandemia, sino tambi¨¦n la creaci¨®n de un nuevo pacto social para crecer m¨¢s. Mientras la regi¨®n est¨¦ en el t¨²nel, es crucial atender la salud y limitar los costos econ¨®micos de la crisis. Fortalecer la salud y la disponibilidad de pruebas y mecanismos de seguimiento es cr¨ªtico para la recuperaci¨®n econ¨®mica. Limitar las p¨¦rdidas de ingresos de los hogares pobres e informales es una obligaci¨®n humanitaria. Y evitar la destrucci¨®n del tejido productivo y del capital humano, tanto de ni?os y j¨®venes como de trabajadores, es clave para que la recuperaci¨®n al salir del t¨²nel sea m¨¢s r¨¢pida.
Pero limitar p¨¦rdidas no ser¨¢ suficiente. Los pa¨ªses que anuncien pol¨ªticas cre¨ªbles de crecimiento inclusivo y sostenido que seguir¨¢n al salir encontrar¨¢n mayores opciones de financiamiento ahora para lidiar con la crisis actual, ya que tales anuncios mejorar¨¢n las expectativas -sobre todo si se hacen mediante leyes-, generando as¨ª un c¨ªrculo virtuoso.
Esta estrategia rompe con los patrones t¨ªpicos de la pol¨ªtica p¨²blica frente a la crisis. Para la r¨¢pida reactivaci¨®n de la econom¨ªa al salir del t¨²nel, la regi¨®n no podr¨¢ depender de est¨ªmulos fiscales como ha hecho en crisis anteriores. Sin embargo, s¨ª recomendamos reasignar el gasto hacia esos rubros que m¨¢s apuntalen el crecimiento y reduzcan el desempleo en el corto plazo, como la infraestructura, que tiene un efecto multiplicador alto en actividad y empleo. M¨¢s all¨¢ de las pol¨ªticas fiscales, la reducci¨®n de costos no salariales jugar¨¢ un rol fundamental en la creaci¨®n de puestos de trabajo.
Tales pol¨ªticas de corto plazo no ser¨¢n suficientes para cerrar las brechas de equidad y crecimiento dejadas por la pandemia. Los pa¨ªses tendr¨¢n que contemplar, adem¨¢s, la elaboraci¨®n de un nuevo pacto social, basado en reformas m¨¢s profundas, elegidas dentro de una lista larga de posibilidades, para asegurar un crecimiento sostenido a mediano plazo.
Para que las oportunidades crezcan, ser¨¢ necesario implementar pol¨ªticas que fomenten la competencia y reduzcan barreras a la entrada y los costos del sector privado, con un marco institucional que abra oportunidades para todos en vez de priorizar la protecci¨®n de algunos. Por el lado fiscal los gobiernos tendr¨¢n que ser ¨¢giles y eficientes para reasignar gasto, primero hacia la atenci¨®n de la pandemia, la preservaci¨®n de firmas y empleo, y transferencias a los hogares, y luego hacia gastos que apuntalen el crecimiento y la inclusi¨®n. Ser¨¢ necesario repensar las pol¨ªticas de transferencias, con m¨¢s llegada a las poblaciones vulnerables, haci¨¦ndolas m¨¢s eficientes e inclusivas; crear seguros ante choques c¨ªclicos que protejan a los trabajadores; y aumentar la cobertura y la calidad de servicios, sobre todo de salud y educaci¨®n para los m¨¢s vulnerables.
Un nuevo pacto social no es un sue?o ut¨®pico, es una oportunidad de reforma. Permitir¨¢ a nuestras sociedades enfrentar varios otros retos, incluyendo el cambio clim¨¢tico, o la digitalizaci¨®n del sector p¨²blico y privado. Fortalecer¨¢ las instituciones b¨¢sicas y la fe en los sistemas democr¨¢ticos, ya que el pacto dar¨¢ m¨¢s confianza a los ciudadanos de que las instituciones les sirven a todos. Pero es fundamental que oportunidades y protecci¨®n vayan de la mano, de lo contrario todo quedar¨¢ a medias tintas, y no habremos llegado a la meta del crecimiento inclusivo sostenido.
Alejandro Izquierdo y Phil Keefer son economistas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)