Trump y el ataque de los anarquistas invisibles
No est¨¢ claro que la mentira del presidente respecto a la oleada de violencia le sirva para ganar las elecciones
El jueves me recorr¨ª a pie buena parte de Manhattan, ida y vuelta. (?Por qu¨¦ est¨¢n todas las consultas de m¨¦dicos en el East Side?). Hac¨ªa un d¨ªa precioso, y la ciudad se ve¨ªa animada: las tiendas estaban abiertas, hab¨ªa gente tomando caf¨¦ en las terrazas que han proliferado durante la pandemia, y Central Park estaba lleno de corredores y ciclistas. Pero debo de hab¨¦rmelo imaginado, porque Donald Trump me asegura que Nueva York est¨¢ plagada de ¡°anarqu¨ªa, violencia y destrucci¨®n¡±....
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
El jueves me recorr¨ª a pie buena parte de Manhattan, ida y vuelta. (?Por qu¨¦ est¨¢n todas las consultas de m¨¦dicos en el East Side?). Hac¨ªa un d¨ªa precioso, y la ciudad se ve¨ªa animada: las tiendas estaban abiertas, hab¨ªa gente tomando caf¨¦ en las terrazas que han proliferado durante la pandemia, y Central Park estaba lleno de corredores y ciclistas. Pero debo de hab¨¦rmelo imaginado, porque Donald Trump me asegura que Nueva York est¨¢ plagada de ¡°anarqu¨ªa, violencia y destrucci¨®n¡±.
Solo quedan dos meses de campa?a presidencial, y evidentemente, Trump ha decidido que no puede presentarse con su propio curr¨ªculo ni atacar eficazmente a Joe Biden. De modo que arremete contra los anarquistas que, insiste, dominan en secreto el Partido Dem¨®crata y arruinan las ciudades estadounidenses.
No hay mucho que decir acerca de la afirmaci¨®n de Trump sobre que hay personas ¡°en las oscuras sombras¡± que controlan a Biden, y que esa misteriosa gente vestida de negro amenaza a los republicanos, excepto que hasta hace poco habr¨ªa sido inconcebible que un pol¨ªtico de un partido importante se embarcase en este tipo de teor¨ªas de la conspiraci¨®n. S¨ª se puede decir algo m¨¢s acerca de sus afirmaciones sobre la violencia y la destrucci¨®n descontroladas en las ¡°jurisdicciones anarquistas¡±, y es que guardan poca semejanza con una realidad mayormente pac¨ªfica.
Pero los anarquistas invisibles son lo ¨²nico que le queda a Trump. Para entender por qu¨¦, hablemos de los verdaderos problemas: la pandemia y la econom¨ªa. Hace unos meses, la campa?a de Trump esperaba haber dejado atr¨¢s el coronavirus. Pero el virus se ha negado a cooperar. Y no solo porque la desescalada prematura provoc¨® una segunda oleada enorme de contagios y fallecimientos. Igual de importante, desde un punto de vista pol¨ªtico, ha sido la expansi¨®n geogr¨¢fica de la covid-19.
Al principio de la pandemia, se pod¨ªa describir la covid-19 como un problema de las grandes ciudades y los Estados dem¨®cratas; a los votantes de las zonas rurales y de los Estados republicanos les resultaba m¨¢s f¨¢cil negar la amenaza, en parte porque ten¨ªan menos probabilidades de conocer a personas que hubieran contra¨ªdo la enfermedad. Pero la segunda oleada de contagios y fallecimientos se ha concentrado en los Estados del Cintur¨®n del Sol.
Y aunque la epidemia remite lentamente en esta zona ahora que las Administraciones estatales y locales han hecho lo que Trump no quer¨ªa que hicieran ¡ªcerrar bares, prohibir las reuniones de muchas personas e imponer la obligatoriedad de las mascarillas¡ª parece que ahora se est¨¢ extendiendo por el Medio Oeste. Lo que significa es que el d¨ªa de las elecciones casi todos los estadounidenses conocer¨¢n a alguien que ha padecido el virus, y sabr¨¢n tambi¨¦n que las repetidas promesas de Trump de que desaparecer¨ªa sin m¨¢s eran falsas.
En lo que respecta a la econom¨ªa, todo indica que el r¨¢pido repunte de mayo y junio se ha aplanado, y el desempleo sigue en niveles muy altos. Es probable que el pr¨®ximo informe sobre el empleo muestre que la econom¨ªa sigue creando puestos de trabajo [se conoci¨® el pasado viernes que el paro baj¨® al 8,4%], pero nada parecido a la ¡°superrecuperaci¨®n en V¡± de la que Trump sigue jact¨¢ndose. Y solo habr¨¢ un informe m¨¢s sobre el mercado de trabajo antes de las elecciones.
Es m¨¢s, la pol¨ªtica de la econom¨ªa no depende tanto de lo que dicen las cifras oficiales como de lo que siente la poblaci¨®n. La confianza de los consumidores sigue siendo baja. Las valoraciones de las empresas que han respondido a la encuesta de la Reserva Federal var¨ªan de poco entusiastas a sombr¨ªas. Trump no va a poder subirse al carro de la expansi¨®n econ¨®mica para ganar las elecciones.
Por eso necesita atacar a esos anarquistas invisibles. Es cierto que ha habido saqueos, da?os a inmuebles y violencia durante las manifestaciones del movimiento Black Lives Matter. Pero los da?os materiales han sido insignificantes comparados con las revueltas urbanas del pasado ¡ªno, Portland no est¨¢ ¡°todo el tiempo en llamas¡ª y buena parte de la violencia no procede de la izquierda sino de la extrema derecha.
Y tambi¨¦n es cierto que recientemente ha habido un aumento de los homicidios, y nadie sabe con seguridad por qu¨¦. Pero el n¨²mero de asesinatos el a?o pasado fue muy bajo, e incluso si se mantuviera la tasa de lo que va de a?o, la ciudad de Nueva York registrar¨¢ muchos menos homicidios en 2020 que cuando Rudy Giuliani era alcalde.
En resumen, la ¨²nica oleada de anarqu¨ªa y violencia es la que ha desatado el propio Trump. Pero, ?es posible que los votantes se dejen convencer por las exc¨¦ntricas fantas¨ªas del presidente? El hecho es que s¨ª es una posibilidad. Por la raz¨®n que sea, existe una larga historia de desconexi¨®n entre la realidad de la delincuencia y las percepciones de los ciudadanos. Seg¨²n el Pew Research Center, la cifra de delitos violentos en EE UU se desplom¨® entre 1993 y 2018; los homicidios en Nueva York cayeron m¨¢s del 80%. As¨ª y todo, durante ese periodo los estadounidenses respond¨ªan sistem¨¢ticamente a los entrevistadores que la criminalidad estaba aumentando. Y con una bajada tan pronunciada de los viajes y el turismo, que impide a los ciudadanos ver la realidad de otros lugares con sus propios ojos, a Trump podr¨ªa resultarle especialmente f¨¢cil pretender que las grandes ciudades se han convertido en dist¨®picos paisajes infernales.
Lo que no est¨¢ tan claro es si esa mentira le ayudar¨¢, aunque la poblaci¨®n la crea. ¡°EE UU se ha ido al infierno durante mi mandato, por eso deb¨¦is reelegirme¡± no es el mejor lema de campa?a que se me ocurre.
Y las encuestas dan a entender que, efectivamente, el miedo no es amigo del presidente. Por ejemplo, en un nuevo sondeo de la Universidad de Quinnipiac, los entrevistados declaraban por un amplio margen que tener a Trump de presidente les hac¨ªa sentirse menos seguros. Las reacciones a Biden eran mucho m¨¢s favorables. Con eso y todo, cuenten con que Trump seguir¨¢ despotricando contra esos anarquistas invisibles. Son lo ¨²nico que le queda.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2020. Traducci¨®n de News Clips