C¨®mo pueden los republicanos hundir EE?UU
Si Trump pierde el voto popular, pero gana en el Colegio Electoral, ser¨ªa el fin de la democracia en el pa¨ªs
Despu¨¦s de lo ocurrido en 2016, nadie puede ni deber¨ªa dar nada por sentado, pero Joe Biden tiene probabilidades de vencer a Donald Trump, muy posiblemente por una mayor¨ªa aplastante. Sin embargo, el partido de Trump podr¨ªa estar a¨²n en posici¨®n de infligir un enorme da?o a Estados Unidos y al mundo en los pr¨®ximos a?os.
Para empezar, si bien los dem¨®cratas son tambi¨¦n los favoritos para hacerse con el control del Senado, sus ...
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Despu¨¦s de lo ocurrido en 2016, nadie puede ni deber¨ªa dar nada por sentado, pero Joe Biden tiene probabilidades de vencer a Donald Trump, muy posiblemente por una mayor¨ªa aplastante. Sin embargo, el partido de Trump podr¨ªa estar a¨²n en posici¨®n de infligir un enorme da?o a Estados Unidos y al mundo en los pr¨®ximos a?os.
Para empezar, si bien los dem¨®cratas son tambi¨¦n los favoritos para hacerse con el control del Senado, sus probabilidades no son ni mucho menos tan altas como en las presidenciales. ?Por qu¨¦? Porque el Senado, que da al votante medio de Wyoming un peso 70 veces mayor que el del votante medio de California, es un ¨®rgano muy poco representativo. Y tiene pinta de que un presidente que probablemente no ser¨¢ reelegido ¡ªy que perdi¨® la votaci¨®n popular ya en 2016¡ª junto con un Senado que representa a una minor¨ªa de los ciudadanos estadounidenses est¨¢n a punto de instalar una supermayor¨ªa de extrema derecha en el Tribunal Supremo.
Si quieren un adelanto de lo mal que puede salir esto, f¨ªjense en lo que est¨¢ pasando en Wisconsin. En 2018, los votantes de este Estado eligieron a un gobernador dem¨®crata. Los legisladores dem¨®cratas obtuvieron tambi¨¦n una mayor¨ªa holgada ¡ª53%¡ª de los votos. Pero debido a la forma en que est¨¢n dise?ados los distritos electorales del Estado, los dem¨®cratas acabaron ocupando solo 36 de los 99 esca?os que tiene la Asamblea Estatal. Y el poder judicial electo de Wisconsin est¨¢ tambi¨¦n dominado por los republicanos.
Probablemente no les sorprenda saber que el Partido Republicano de Wisconsin ha intentado usar el poder que le queda para debilitar al gobernador Tony Evers. Lo que a lo mejor no saben es que ahora este asalto al poder se est¨¢ volviendo letal.
Me explico: Wisconsin est¨¢ experimentando una escalada aterradora del coronavirus, que parece a punto de igualar a la que golpe¨® a Arizona en verano. Arizona logr¨® contener con el tiempo la oleada imponiendo el uso obligatorio de mascarillas, cerrando los bares y limitando las reuniones en lugares cerrados. Pero el legislativo republicano de Wisconsin ha obstaculizado los intentos de Evers de controlar la pandemia. Y el pasado mi¨¦rcoles, un juez republicano bloque¨® una orden que limitaba el n¨²mero de personas que pueden reunirse en bares y otros espacios p¨²blicos. En Wisconsin, por lo tanto, un partido rechazado por los votantes est¨¢ consiguiendo infligir un da?o inmenso, que probablemente incluya cientos de muertes innecesarias. Y algo similar pero mucho peor podr¨ªa ocurrir muy f¨¢cilmente a escala nacional.
Lo primero de todo, aunque Trump tiene muy pocas posibilidades de ganar la votaci¨®n popular, podr¨ªa hacerse con una victoria en el Colegio Electoral. Si lo logra, podr¨ªa significar el fin de la democracia estadounidense. Un resultado m¨¢s probable es que Trump pierda, pero los republicanos conserven el Senado. En ese caso, sabemos qu¨¦ va a pasar: un sabotaje fiscal a gran escala. Es decir, los republicanos, que se han mostrado completamente indiferentes ante los d¨¦ficits presupuestarios durante el mandato de Trump, redescubrir¨¢n repentinamente los males de la deuda p¨²blica y bloquear¨¢n cualquier esfuerzo del Gobierno de Biden para sostener la econom¨ªa y el nivel de vida frente a la pandemia.
E incluso si los dem¨®cratas se hicieran con el Senado y la Casa Blanca, es casi seguro que ahora se encontrar¨¢n frente a una minor¨ªa de 6-3 en el Tribunal Supremo: es decir, un Supremo dominado por jueces nombrados por un partido cada vez m¨¢s extremista que solo ha obtenido la mayor¨ªa de los votos emitidos por los ciudadanos una vez en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas.
En las sesiones para debatir el nombramiento de Amy Coney Barrett, los dem¨®cratas han insistido, con raz¨®n y comprensiblemente, en la posibilidad de que dicho Tribunal Supremo emplee argumentos claramente espurios para revocar la Ley de Atenci¨®n Sanitaria Asequible, lo que significar¨ªa que decenas de millones de estadounidenses perder¨¢n su cobertura sanitaria. La despenalizaci¨®n del aborto corre tambi¨¦n un peligro evidente.
Pero yo dir¨ªa que la mayor amenaza que plantear¨¢ este Supremo es para la pol¨ªtica ambiental. Dig¨¢moslo de este modo: parece que Charles Koch est¨¢ invirtiendo millones en un intento de que se confirme a Barrett. Y no lo hace porque sea un detractor apasionado del derecho al aborto, ni siquiera, probablemente, porque quiera una revocaci¨®n de la ley sanitaria. Lo que busca es un tribunal que bloquee la regulaci¨®n gubernamental de las empresas y sobre todo un tribunal que restrinja los esfuerzos del Gobierno de Biden para tomar medidas contra el cambio clim¨¢tico. Y c¨®mo no, durante su presentaci¨®n, Barrett, cuando se le pregunt¨® sobre el cambio clim¨¢tico, pronunci¨® las temidas palabras: ¡°Ciertamente, no soy cient¨ªfica¡±. A estas alturas todo el mundo sabe lo que eso significa. No es una expresi¨®n de humildad; es se?al de que el hablante pretende obviar la ciencia y oponerse a cualquier intento de evitar la mayor amenaza a la que se enfrenta la humanidad.
Es dif¨ªcil exagerar lo peligroso que ser¨¢ que el poder del Tribunal Supremo acabe siendo utilizado para debilitar la protecci¨®n medioambiental. Biden ha dejado claro que las medidas clim¨¢ticas constituir¨¢n el n¨²cleo de su programa econ¨®mico. Y esas medidas ya llegan tarde. Empezamos a ver ya los efectos del calentamiento global en forma de incendios e inundaciones, y si desperdiciamos los pr¨®ximos a?os probablemente ser¨¢ demasiado tarde para evitar la cat¨¢strofe. En otras palabras, si un Tribunal Supremo atestado de republicanos bloquea una pol¨ªtica clim¨¢tica efectiva, no solo ser¨¢ una atrocidad, sino tambi¨¦n un desastre, tanto para Estados Unidos como para el mundo. De modo que no podemos permitir que eso ocurra. Da igual todo lo que se diga sobre las normas (que, de todas formas, solo parecen aplicables a los dem¨®cratas). Lo que est¨¢ en juego aqu¨ª podr¨ªa ser el futuro de la civilizaci¨®n.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2020. Traducci¨®n de News Clips