Entramos en la d¨¦cada clave para combatir el cambio clim¨¢tico
Un reciente an¨¢lisis de la iniciativa Climate Action Tracker apunta a que, incluso considerando los compromisos de neutralidad clim¨¢tica anunciados, el incremento de la temperatura superar¨ªa el objetivo de Par¨ªs.
El 12 de diciembre se cumplen cinco a?os desde la firma del Acuerdo de Par¨ªs, que tuvo lugar unos meses m¨¢s tarde de la definici¨®n, por parte de Naciones Unidas, de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. La Cumbre del Clima de Par¨ªs marc¨® un hito hist¨®rico, pues supuso el reconocimiento un¨¢nime del calentamiento global como un fen¨®meno real y como una de las mayores amenazas para la humanidad. Pero, sobre todo, fue el escenario de un compromiso sin precedentes para re...
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El 12 de diciembre se cumplen cinco a?os desde la firma del Acuerdo de Par¨ªs, que tuvo lugar unos meses m¨¢s tarde de la definici¨®n, por parte de Naciones Unidas, de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. La Cumbre del Clima de Par¨ªs marc¨® un hito hist¨®rico, pues supuso el reconocimiento un¨¢nime del calentamiento global como un fen¨®meno real y como una de las mayores amenazas para la humanidad. Pero, sobre todo, fue el escenario de un compromiso sin precedentes para revertirlo, tanto por el n¨²mero de pa¨ªses firmantes, como por la trascendencia de las medidas.
No solo se fij¨® el objetivo de limitar para finales de siglo el incremento de la temperatura global por debajo de los 2?C, sino que tambi¨¦n se acord¨® alcanzar lo antes posible el pico de emisiones. Igualmente, se pact¨® dotar de los recursos financieros necesarios y promover la innovaci¨®n y transferencia tecnol¨®gica para brindar una respuesta eficaz a este reto.
Con todo, m¨¢s all¨¢ de sus estipulaciones concretas, el Acuerdo de Par¨ªs debe entenderse como el punto de partida de una concepci¨®n de la acci¨®n clim¨¢tica que no se hab¨ªa escuchado antes: la de oportunidad ¨²nica para lograr un futuro social y econ¨®micamente sostenible para los j¨®venes.
Por este motivo, en aquellos d¨ªas, Par¨ªs se llen¨® de ciudadanos y empresas implicadas que hablaron con claridad de las consecuencias que el cambio clim¨¢tico provoca sobre la salud y el bienestar humano, y de sus impactos sobre los ecosistemas de los que dependemos. Tambi¨¦n difund¨ªan los beneficios de la descarbonizaci¨®n para el crecimiento y la competitividad, abogando por un cambio de modelo productivo. Esta acci¨®n colectiva, espont¨¢nea e inesperada, fue indispensable para promover el alineamiento de los gobiernos de todo el mundo.
Una vez alcanzado el consenso, el desaf¨ªo era pasar de las palabras a los hechos, y conseguirlo a una velocidad tal que permitiera hacer viables los compromisos. Consist¨ªa en generar un aut¨¦ntico cambio en el paradigma energ¨¦tico hacia un modelo sostenible, en el que la producci¨®n con fuentes contaminantes fuera sustituida por energ¨ªas limpias y se intensificara la electrificaci¨®n de la econom¨ªa como v¨ªa m¨¢s r¨¢pida y eficiente hacia la descarbonizaci¨®n. Y se han producido importantes avances en los ¨²ltimos cinco a?os.
Cada vez m¨¢s, las instituciones de inversi¨®n y los mercados est¨¢n situando la sostenibilidad y la acci¨®n clim¨¢tica como factor esencial en su toma de decisiones. Son cada vez m¨¢s las compa?¨ªas que apuestan por la inversi¨®n en soluciones limpias, eval¨²an los riesgos clim¨¢ticos en sus estrategias de decisi¨®n, y demuestran con hechos medibles su compromiso social y medioambiental.
Este proceso se ha venido desarrollando en consonancia con la revoluci¨®n tecnol¨®gica experimentada en estos cinco a?os por las energ¨ªas limpias, con mejoras extraordinarias en eficiencia y reducciones en costes.
Adem¨¢s, muchas de las principales econom¨ªas del mundo, como la UE, China, Canad¨¢ o Jap¨®n, responsables de m¨¢s de la mitad de las emisiones mundiales, han presentado propuestas para alcanzar emisiones netas nulas para mediados de siglo.
Europa ha mostrado un liderazgo incuestionable, avanzando en consagrar en ley el objetivo de neutralidad clim¨¢tica a 2050, reforzando su meta de reducci¨®n de emisiones a 2030 hasta el 55%, y siendo ejemplo en acci¨®n diplom¨¢tica. En EE UU, la elecci¨®n de Biden hace vislumbrar que la ambici¨®n clim¨¢tica se consolidar¨¢ no solo por el empuje de empresas, estados y ciudades, sino tambi¨¦n por la apuesta a nivel federal.
Es cierto que el impulso de las negociaciones sobre el cambio clim¨¢tico se ha visto condicionado abruptamente por la llegada de la covid-19, habi¨¦ndose pospuesto hasta 2021 en Glasgow la cita anual de la Cumbre Clim¨¢tica. Sin embargo, todo indica que la situaci¨®n generada puede permitir acelerar la descarbonizaci¨®n de la econom¨ªa mundial.
Gobiernos de todas las geograf¨ªas est¨¢n situando la inversi¨®n verde como eje fundamental en sus paquetes de est¨ªmulo para impulsar la recuperaci¨®n, conscientes de que contribuir¨¢ a construir econom¨ªas m¨¢s competitivas, resilientes y saludables. As¨ª sucede con el fondo Next Generation EU, que ha situado al Pacto Verde como catalizador de crecimiento y transformaci¨®n del modelo econ¨®mico europeo.
Todos estos avances nos permiten afrontar con optimismo una d¨¦cada clave. Pero no nos podemos detener, pues el progreso en estos ¨²ltimos cinco a?os sigue siendo insuficiente para cumplir los objetivos. Un reciente an¨¢lisis de la iniciativa Climate Action Tracker apunta a que, incluso considerando los compromisos de neutralidad clim¨¢tica anunciados, el incremento de la temperatura superar¨ªa el objetivo de Par¨ªs. Advierte, adem¨¢s, de la necesidad de que los gobiernos aumenten ya su ambici¨®n a 2030 si se aspira a cumplir las metas de largo plazo y a limitar este incremento a 1,5?C. Por tanto, no podemos mirar ¨²nicamente a 2050, ni esperar a 2030, tenemos que actuar desde hoy mismo, con acciones reales y medibles por parte de todos.
En Iberdrola anticipamos un modelo alineado con los postulados del Acuerdo de Par¨ªs hace m¨¢s de 20 a?os, y seguimos acelerando. Hemos presentado nuestro plan estrat¨¦gico a 2025, probablemente el m¨¢s cuantioso impulsado por una empresa espa?ola, que supone inversiones en energ¨ªas limpias, redes y almacenamiento por 75.000 millones de euros. Un plan que nos permitir¨¢ aumentar el n¨²mero de empleos que sostenemos en todo el mundo, y nos sit¨²a en la senda de ser neutros en carbono en Europa ya en 2030, anticip¨¢ndonos dos d¨¦cadas al objetivo de la UE.
Estamos en un momento determinante para el clima, y el viento sopla a favor. Est¨¢ en la mano de todos contribuir a dejar un mundo mejor a las generaciones venideras. Como dijo Laurence Tubiana, una de las grandes arquitectas del Acuerdo de Par¨ªs: ¡°Que la gente se despierte, el cambio clim¨¢tico est¨¢ pasando ahora y no dentro de diez a?os. Hay que actuar ya¡±. Depende de nosotros que, cuando dentro de cinco a?os celebremos el d¨¦cimo aniversario del Acuerdo de Par¨ªs y echemos la vista atr¨¢s, podamos observar c¨®mo Espa?a avanza con anticipaci¨®n hacia los objetivos de su Plan de Energ¨ªa y Clima para 2030. Y, estoy convencido de que, al hacerlo, saldremos de la actual crisis reforzados como pa¨ªs, con un tejido industrial y empresarial m¨¢s robusto y competitivo, con liderazgo tecnol¨®gico y de innovaci¨®n, con j¨®venes m¨¢s preparados en ¨¢reas de futuro y, en definitiva, con un mayor bienestar para el conjunto de la sociedad.
Ignacio S¨¢nchez Gal¨¢n es presidente de Iberdrola.