La tarea de Yellen
Estados Unidos necesita con urgencia grandes programas de rescate dirigidos a los m¨¢s vulnerables
La decisi¨®n del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, de designar a Janet Yellen como pr¨®xima secretaria del Tesoro es una buena noticia para el pa¨ªs norteamericano y para el mundo. Estados Unidos sobrevivi¨® cuatro a?os de un presidente mendaz, desprovisto de comprensi¨®n (y menos a¨²n respeto) del Estado de derecho y de los principios en los que se basan la democracia y la econom¨ªa de mercado, desprovisto incluso de un nivel b¨¢sico de decencia. Donald Trump no s¨®lo se pas¨® las s...
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La decisi¨®n del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, de designar a Janet Yellen como pr¨®xima secretaria del Tesoro es una buena noticia para el pa¨ªs norteamericano y para el mundo. Estados Unidos sobrevivi¨® cuatro a?os de un presidente mendaz, desprovisto de comprensi¨®n (y menos a¨²n respeto) del Estado de derecho y de los principios en los que se basan la democracia y la econom¨ªa de mercado, desprovisto incluso de un nivel b¨¢sico de decencia. Donald Trump no s¨®lo se pas¨® las semanas que siguieron a la elecci¨®n presidencial esparciendo mentiras sobre un fraude inexistente, sino que tambi¨¦n convenci¨® a una gran mayor¨ªa de su partido para que las acepte, lo que revela la fragilidad de la democracia estadounidense.
Deshacer el da?o no ser¨¢ f¨¢cil, sobre todo mientras la pandemia de la covid-19 agrava los problemas de Estados Unidos. Felizmente, no hay nadie con m¨¢s preparaci¨®n (en intelecto, experiencia, valores y habilidades interpersonales) para enfrentar los desaf¨ªos econ¨®micos actuales que Yellen, a quien conoc¨ª siendo ella estudiante de posgrado en la Universidad de Yale en los a?os sesenta.
El primer ¨ªtem de la agenda ser¨¢ la recuperaci¨®n tras la pandemia. Con varias vacunas a la vista, la tarea inmediata es tender un puente entre el presente y la econom¨ªa poscrisis. Ya es demasiado tarde para una ¡°recuperaci¨®n en forma de V¡±. Muchas empresas han quebrado, y muchas m¨¢s lo har¨¢n en las semanas y meses venideros; hogares y empresas se est¨¢n quedando sin reservas. Para colmo, es posible que las estad¨ªsticas no expresen la magnitud de la crisis. La pandemia ha hecho estragos en el nivel inferior de la distribuci¨®n de ingresos y riqueza. Incluso quienes pudieron valerse de las pol¨ªticas contra desalojos y ejecuciones hipotecarias est¨¢n cada vez m¨¢s endeudados, y puede que no resistan mucho m¨¢s.
El panorama actual ser¨ªa mucho mejor con un presidente y un Congreso que en mayo se hubieran dado cuenta de que la covid no iba a desaparecer sola. Los intensos programas de ayuda inicial tendr¨ªan que haberse extendido (cosa que no sucedi¨®) y el resultado fue un da?o econ¨®mico evitable que ahora ser¨¢ dif¨ªcil revertir.
Mucho se habla de la destrucci¨®n en los sectores gastron¨®mico y hotelero, pero es posible que solo sea la punta del iceberg. Las instituciones educativas, en particular muchos institutos superiores y universidades, han sido muy afectadas. Y los Gobiernos estadounidenses de nivel subnacional, constre?idos por leyes de equilibrio fiscal, ahora se enfrentan a una fuerte ca¨ªda de la recaudaci¨®n. Si no reciben ayuda federal, tendr¨¢n que hacer grandes recortes en empleo y programas p¨²blicos, que debilitar¨¢n al conjunto de la econom¨ªa.
Estados Unidos necesita con urgencia grandes programas de rescate dirigidos espec¨ªficamente a los sectores y hogares m¨¢s vulnerables. El endeudamiento derivado de un mayor gasto p¨²blico no debe verse como un impedimento, ya que el costo de no hacer lo suficiente ser¨ªa enorme. Aparte, con tipos de inter¨¦s que est¨¢n y probablemente seguir¨¢n por muchos a?os cerca de cero, el costo de emitir deuda es extremadamente bajo.
Adem¨¢s, es posible dise?ar muchos de los programas de recuperaci¨®n necesarios de modo que apunten a una multiplicidad de objetivos, mediante la creaci¨®n de una econom¨ªa m¨¢s sostenible, resiliente y basada en el conocimiento. Mucho depender¨¢ del Congreso, pero las razones econ¨®micas para aumentar las ayudas son claras y Yellen est¨¢ bien preparada para defenderlas.
Mucho depender¨¢ tambi¨¦n de la recuperaci¨®n global. En esto, la nueva Administraci¨®n tendr¨¢ m¨¢s margen de maniobra. Ya hay amplio apoyo global a la emisi¨®n de 500.000 millones de d¨®lares en derechos especiales de giro, la moneda supranacional administrada por el Fondo Monetario Internacional, algo que ser¨ªa muy ¨²til para ayudar a numerosas econom¨ªas en problemas. Trump y el primer ministro indio, Narendra Modi, trabaron la propuesta, pero ahora debe ser prioritaria.
Adem¨¢s, pronto muchos pa¨ªses no podr¨¢n cumplir los pagos de deudas y ser¨ªa muy conveniente una reestructuraci¨®n r¨¢pida y profunda. Para facilitarla, la Administraci¨®n de Biden debe expresar claramente el inter¨¦s nacional de Estados Unidos en sostener el principio b¨¢sico de inmunidad soberana, avalado en 2015 por la inmensa mayor¨ªa de los Estados integrantes de las Naciones Unidas. La reestructuraci¨®n de deudas es necesaria para la recuperaci¨®n global y es lo correcto desde el punto de vista humanitario. El principio de fuerza mayor nunca ha sido tan aplicable como ahora.
Tambi¨¦n ser¨ªa conveniente la restauraci¨®n del multilateralismo. Los ¨²ltimos cuatro a?os, incontables conflictos entre Estados Unidos y el resto del mundo echaron un manto de incertidumbre sobre la econom¨ªa global. No hace falta decir que la incertidumbre es mala para los negocios y mala para las inversiones. Un regreso a la normalidad de parte de Estados Unidos (por ejemplo, volver al acuerdo de Par¨ªs sobre el clima y a la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, y restablecer la relaci¨®n con la Organizaci¨®n Mundial del Comercio, incluyendo que se permita la designaci¨®n de jueces para su ¨®rgano de apelaci¨®n) ayudar¨ªa mucho a restaurar la confianza.
Pero volver a la normalidad no quiere decir volver al neoliberalismo. En comercio internacional y en muchos otros aspectos del marco econ¨®mico del siglo XXI, es necesario revisar y reformar las agendas de pol¨ªticas. No est¨¢ claro hasta qu¨¦ punto Biden seguir¨¢ este camino. Pero al menos podemos tener fe en que la nueva Administraci¨®n no usar¨¢ la l¨®gica de suma cero en la que Trump bas¨® su postura respecto de todo.
La estabilidad global demanda una profunda cooperaci¨®n en la lucha contra el cambio clim¨¢tico, las pandemias y muchas otras amenazas. Habr¨¢ que encontrar el modo de hacerlo y al mismo tiempo mantener un compromiso pleno y elocuente con nuestros valores. Es verdad que Trump debilit¨® en gran medida el orden pol¨ªtico y econ¨®mico internacional, pero este ten¨ªa fisuras evidentes mucho antes de ¨¦l.
Al fin y al cabo, la crisis financiera de 2008 provoc¨® el descr¨¦dito del neoliberalismo y de su fe en la desregulaci¨®n irrestricta; y la posterior crisis del euro demostr¨® que la austeridad en esas condiciones no funciona. Est¨¢ claro que el neoliberalismo provoc¨® menos crecimiento, m¨¢s desigualdad y todas las consecuencias sociales y pol¨ªticas que hemos visto en a?os recientes. Ahora la pandemia termin¨® de enterrarlo, al revelar una econom¨ªa totalmente desprovista de resiliencia y un Estado al que se priv¨® de capacidad para responder en forma eficaz a una crisis.
Yellen puede ayudar a proveer el liderazgo necesario para crear un mundo mejor despu¨¦s de la pandemia. Pero para eso es necesario reemplazar una ideolog¨ªa que sirve a unos pocos en detrimento de muchos con otra basada en los valores democr¨¢ticos y en la prosperidad compartida.
Joseph E. Stiglitz, premio Nobel de Econom¨ªa y profesor distinguido de la Universidad de Columbia. ? Project Syndicate 1995-2020.
Traducci¨®n de Esteban Flamini.