Bitcoin: olvidar la contrase?a puede costarte 200 millones de euros
Un programador de San Francisco agota ocho de los 10 intentos posibles para acceder a una cartera digital donde guard¨® hace 10 a?os 7.000 bitcoins
Un programador alem¨¢n residente en San Francisco est¨¢ a dos intentos de acceder a (o perder) una fortuna de 200 millones de euros. Lo tiene tan f¨¢cil como teclear una contrase?a. El problema es que no la recuerda. Avatares de la era tecnol¨®gica. Stephan Thomas tiene 7.002 bitcoins en un disco duro y ha probado ya err¨®neamente ocho contrase?as para acceder a su contenido. Si falla las dos que le quedan, habr¨¢ perdido el dinero para siempre.
El ingeniero ha contado su historia al diario estadounidense ...
Un programador alem¨¢n residente en San Francisco est¨¢ a dos intentos de acceder a (o perder) una fortuna de 200 millones de euros. Lo tiene tan f¨¢cil como teclear una contrase?a. El problema es que no la recuerda. Avatares de la era tecnol¨®gica. Stephan Thomas tiene 7.002 bitcoins en un disco duro y ha probado ya err¨®neamente ocho contrase?as para acceder a su contenido. Si falla las dos que le quedan, habr¨¢ perdido el dinero para siempre.
El ingeniero ha contado su historia al diario estadounidense The New York Times. Hace diez a?os, le pagaron 7.002 bitcoins por elaborar un v¨ªdeo explicativo sobre el funcionamiento de la criptomoneda. Entonces, cada bitcoin val¨ªa entre dos y seis d¨®lares. Este mi¨¦rcoles, su cotizaci¨®n superaba los 34.000 d¨®lares (casi 28.000 euros). Sin mucho entusiasmo, el inform¨¢tico guard¨® los bitcoins en una cartera digital y meti¨® las claves para desbloquearla en un disco duro externo llamado IronKey, un pincho USB de seguridad que se puede encriptar con una contrase?a y que permite al usuario 10 intentos de desbloqueo antes de encriptarse para siempre jam¨¢s. Thomas apunt¨® la contrase?a del disco duro en un papel y se olvid¨® del tema. Diez a?os despu¨¦s, con el bitcoin convertido en oro digital, no encuentra el dichoso papel.
Ya ha probado con ocho de las contrase?as m¨¢s habituales que utiliza, sin ¨¦xito, y declara su desesperaci¨®n al diario neoyorquino. ¡°Me tumbar¨ªa en la cama a pensar sobre ello¡±, afirma, ¡°y luego ir¨ªa al ordenador con alguna nueva estrategia, que no funcionar¨ªa, y estar¨ªa desesperado de nuevo¡±.
Seg¨²n cuenta el Times, Thomas no est¨¢ solo. La naturaleza de la propia criptomoneda hace que haya muchos bitcoins olvidados por ah¨ª en carteras digitales de las que los usuarios no recuerdan la contrase?a y se tienen que limitar a ver c¨®mo la moneda digital sube (las m¨¢s veces) y baja (las menos) de cotizaci¨®n en su vol¨¢til carrera. Baste decir que hace apenas una semana estaba por encima de los 40.600 d¨®lares y hoy apenas llega a 34.000. Un abismo, en todo caso, de los 5.000 que val¨ªa justo al inicio de la pandemia que ha arrasado la econom¨ªa en casi todo el mundo.
La gestora de bitcoins Chainalysis estima que de los 18,5 millones de bitcoins minados, alrededor de un 20%, que hoy valdr¨ªan 140.000 millones de d¨®lares, pueden estar perdidos o en carteras digitales olvidadas. La firma Wallet Recovery Services (Servicios de recuperaci¨®n de carteras), que se dedica a ayudar a clientes a encontrar sus contrase?as, se?ala al Times que ha recibido ¨²ltimamente hasta 70 solicitudes de ayuda al d¨ªa de gente que quiere acceder a sus ahorros digitales. El diario neoyorquino cuenta la historia de uno de ellos, que se dedic¨® al minado de bitcoins (una especie de b¨²squeda del tesoro inform¨¢tica) cuando la moneda se cre¨® hace una d¨¦cada, sin grandes esperanzas de que se convirtiese en lo que es hoy, y que guarda varios discos duros en bolsas selladas despu¨¦s de a?os de intentar infructuosamente acceder a ellos.
Bancos tradicionales o servicios de pago como PayPal pueden suministrar a sus clientes nuevas contrase?as si las han perdido, pero no hay una compa?¨ªa que devuelva o almacene las contrase?as de bitcoin. Es la naturaleza con la que fue creada por Satoshi Nakamoto, un oscuro personaje cuya idea era que cualquiera pudiese crear una cuenta digital virtual en cualquier lugar del mundo que ning¨²n Gobierno pudiese regular. El caso es que la moneda, con ayuda de inversores institucionales, se ha convertido en los ¨²ltimos meses en un activo refugio, ante los bajos tipos de inter¨¦s o las ca¨ªdas burs¨¢tiles, lo que ha impulsado su valor a las nubes. Eso s¨ª, con una volatilidad extrema.
Thomas ahora reniega de la idea que en su d¨ªa le impuls¨® a aceptar bitcoins como pago por sus servicios. Si en 2011 pens¨® que era bueno que la moneda no pudiese ser controlada por ning¨²n Gobierno o empresa, ahora rechaza que cada uno pueda ser su propio banco. ¡°Dig¨¢moslo as¨ª: ?Qui¨¦n quiere hacerse sus propios zapatos?¡±, se pregunta. ¡°La raz¨®n de que haya bancos es que no queremos tener que lidiar con las cosas que ellos hacen¡±, se responde.
En cualquier caso, tampoco est¨¢ demasiado apurado. Ha podido acceder a otras carteras, con contrase?as que s¨ª recordaba, a una cantidad de bitcoins que le proporcionan una buena fortuna que no cuantifica. Adem¨¢s, se uni¨® en 2012 a una start-up, Ripple, que ayud¨® a mejorar bitcoin y fue generosamente retribuido. Con el resto de bitcoins, asegura que ha puesto el disco duro IronKey a buen recaudo a la espera de que alg¨²n cript¨®grafo d¨¦ con la manera de acceder a ¨¦l. ¡°He llegado a un punto en que me he dicho: D¨¦jalo en el pasado, por tu propia salud mental¡±.