¡®Mediterr¨¢neo¡¯, el v¨¦rtigo del encuentro con uno mismo

Que una historia tan grande como la que cuenta Mediterr¨¢neo ¡ªla g¨¦nesis de la ONG Open Arms, tan presente en el activismo social del ¨²ltimo lustro, junto a los inicios de la crisis migratoria de 2015 en Europa, con la isla griega de Lesbos como centro de la tragedia¡ª, acabe haci¨¦ndose fuerte en un tablero mucho m¨¢s reducido, el de sus peque?as historias de conquista del territorio personal, no deja de ser una virtud. Dominar el mundo a partir del individuo; lograr la justicia desde el gesto concreto del ser h...

Que una historia tan grande como la que cuenta Mediterr¨¢neo ¡ªla g¨¦nesis de la ONG Open Arms, tan presente en el activismo social del ¨²ltimo lustro, junto a los inicios de la crisis migratoria de 2015 en Europa, con la isla griega de Lesbos como centro de la tragedia¡ª, acabe haci¨¦ndose fuerte en un tablero mucho m¨¢s reducido, el de sus peque?as historias de conquista del territorio personal, no deja de ser una virtud. Dominar el mundo a partir del individuo; lograr la justicia desde el gesto concreto del ser humano; y la emoci¨®n, desde la lucha con uno mismo y el encuentro con su lugar en la existencia. As¨ª es la pel¨ªcula de Marcel Barrena, la gran sorpresa en la terna de candidatas espa?olas al Oscar a la mejor pel¨ªcula internacional.

De todos modos, las virtudes de Mediterr¨¢neo relucir¨ªan mucho menos sin el trabajo de su reducido grupo de int¨¦rpretes: Dani Rovira, Sergi L¨®pez y Anna Castillo, con el imponente Eduard Fern¨¢ndez al mando, apabullante personalidad, y el apoyo de ?lex Monner, Patricia L¨®pez Arnaiz y los puntuales int¨¦rpretes griegos. Todos perfectos. Filmados a apenas unos cent¨ªmetros por Barrena, cada criatura muestra sus cicatrices interiores y exteriores con la verdad del sentimiento. Cada frase, cada reacci¨®n, cada mirada, es la del ser humano dispuesto a algo verdaderamente singular. Con ello, los resbalones de la pel¨ªcula, que los tiene, quedan mucho m¨¢s desdibujados.

Barrena rueda a ras de tierra y, sobre todo, a ras de agua. Las secuencias de rescate en el mar, los ahogamientos y el miedo de los migrantes tienen credibilidad. Pero el lugar en que mejor se mueve su historia es el de las decisiones individuales de sus protagonistas, en sus discusiones, en sus bromas, en sus terrores. As¨ª, se acaban perdonando los detalles excesivamente melodram¨¢ticos (la trama de la hija de la doctora y su camiseta del Bar?a de los setenta), o la ocasional aparici¨®n del trazo grueso (el retrato burdo del mec¨¢nico de los 3.000 euros y su redenci¨®n final expr¨¦s). Porque, pese a todo, Barrena, especialista en historias de superaci¨®n, ha aquilatado la quiz¨¢ excesiva carga de sentimentalismo de 100 metros, su anterior largo. Lo logra, una vez m¨¢s, con una historia de hoy mismo; con el v¨¦rtigo de la acci¨®n y, a¨²n m¨¢s, con el v¨¦rtigo de la conversaci¨®n.