Construir la Europa social es relanzar el proyecto com¨²n
Nos movilizamos para exigir a los responsables pol¨ªticos que compensen los a?os de retraso aprobando una directiva ambiciosa sobre salarios m¨ªnimos y negociaci¨®n colectiva
El 25 de marzo se celebrar¨¢ el 65? aniversario del Tratado de Roma. Tratado que dio nacimiento a la Comunidad Econ¨®mica Europea que uni¨® a pa¨ªses, reci¨¦n salidos de la guerra, en un proyecto de cooperaci¨®n econ¨®mica. Esta idea visionaria incit¨® a nuestros pa¨ªses a dialogar de manera constante para asegurar una paz duradera. Los padres fundadores del proyecto europeo eran conscientes de que solo pod¨ªan funcionar con la adhesi¨®n de sus pueblos. Cooperaci¨®n y convergencia econ¨®mica deb¨ªan avanzar al mismo tiempo que el repart...
El 25 de marzo se celebrar¨¢ el 65? aniversario del Tratado de Roma. Tratado que dio nacimiento a la Comunidad Econ¨®mica Europea que uni¨® a pa¨ªses, reci¨¦n salidos de la guerra, en un proyecto de cooperaci¨®n econ¨®mica. Esta idea visionaria incit¨® a nuestros pa¨ªses a dialogar de manera constante para asegurar una paz duradera. Los padres fundadores del proyecto europeo eran conscientes de que solo pod¨ªan funcionar con la adhesi¨®n de sus pueblos. Cooperaci¨®n y convergencia econ¨®mica deb¨ªan avanzar al mismo tiempo que el reparto del bienestar. Por lo tanto, la promesa de prosperidad que tra¨ªa la convergencia econ¨®mica ten¨ªa que ir acompa?ada de la convergencia social. Promesa parcialmente cumplida.
La construcci¨®n de la Europa social est¨¢ siendo m¨¢s larga y tortuosa que la construcci¨®n econ¨®mica. Avances como la adopci¨®n del euro han fortalecido la integraci¨®n y la interdependencia de las econom¨ªas de los Estados miembros, pero eso no ha impedido que se extienda la percepci¨®n de la brecha entre las instituciones y la ciudadan¨ªa. En ausencia de instrumentos europeos que permitan compensar los desequilibrios sociales resultantes, Europa puede percibirse como un espacio exclusivamente al servicio de los intereses econ¨®micos y financieros. La crisis de 2008 afianz¨® esta percepci¨®n, acentuando la desconfianza hacia las instituciones europeas, favoreci¨® el desarrollo de movimientos populistas, euroesc¨¦pticos y eur¨®fobos.
Hemos tenido que esperar casi 10 a?os para que los temas sociales vuelvan al centro de los debates pol¨ªticos. La adopci¨®n del Pilar Europeo de Derechos Sociales en 2017 marc¨® un punto de inflexi¨®n. Del mismo modo, el enfoque solidario para responder a la crisis sanitaria de la covid es buena prueba de la importancia de esta dimensi¨®n social. No obstante, los avances son a¨²n demasiado t¨ªmidos ante los desaf¨ªos a los que debemos enfrentarnos.
Los trabajadores y trabajadoras europeos quieren una Europa social fuerte, solidaria y protectora. Hoy, antes del Consejo informal de Ministros de Asuntos Sociales y de Empleo, nos movilizamos para exigir, a los responsables pol¨ªticos europeos, que compensen los a?os de retraso aprobando, de aqu¨ª al aniversario del Tratado de Roma, una directiva europea lo m¨¢s ambiciosa posible, sobre salarios m¨ªnimos y negociaci¨®n colectiva.
Esta directiva debe imponer a los Estados miembros, en los que exista un salario m¨ªnimo legal, que se fije en un nivel decente para que cada trabajador y trabajadora pueda vivir dignamente de su trabajo en Europa. Todo ello, preservando las buenas pr¨¢cticas que ya est¨¢n en vigor en algunos pa¨ªses que garantizan la autonom¨ªa de los interlocutores sociales, la directiva tiene que imponer tambi¨¦n a los Estados miembros la definici¨®n de las medidas necesarias para fortalecer la negociaci¨®n colectiva en todos los pa¨ªses europeos. Porque la negociaci¨®n colectiva, sobre todo a nivel interprofesional y sectorial, es la mejor herramienta para fijar salarios justos y un reparto equitativo de la riqueza producida por las trabajadoras y los trabajadores. M¨¢s all¨¢ de la cuesti¨®n de los salarios, la negociaci¨®n colectiva permite tambi¨¦n conseguir mejoras en las condiciones laborales y una mejor implicaci¨®n de los trabajadores en las decisiones de sus empresas.
Esta directiva constituye una verdadera oportunidad para Europa: es una oportunidad para reconciliar a sus ciudadanos con el proyecto europeo legislando para aportar cambios perceptibles que tengan un impacto positivo. La Presidencia francesa ha hecho de este tema una de sus prioridades y est¨¢ en condiciones de poder llevarlo a cabo en las pr¨®ximas semanas. Por ello, hacemos un llamamiento a las instituciones y a los gobiernos europeos para que lleguen a un acuerdo a la altura de las expectativas de los trabajadores y trabajadoras y, m¨¢s ampliamente, de las ciudadanas y los ciudadanos.
Laurent Berger es presidente de la CES y secretario general de la CFDT (Francia), Reiner Hoffman es presidente de la DGB (Alemania), Wolfgang Katzian es presidente de la OGB (Austria), Marie H¨¦l¨¨ne Ska es secretaria general de la CSC (B¨¦lgica), Pepe ?lvarez es vicepresidente de la CES y secretario general de UGT (Espa?a), Jarko Eloranta es presidenta de SAK (Finlandia), Luigi Sbarra es secretario General CISL (Italia) y Andrzej Radzikowski es presidente de OPZZ (Polonia).