?Ad¨®nde apunta el tirachinas del BCE?
Cuidado. El primer ¡®error Trichet¡¯ fue acelerar la Gran Recesi¨®n con un alza preventiva de 0,25 puntos, un tercio de la operada ahora

Una extra?a decisi¨®n estrat¨¦gica es aquella en la que el diagn¨®stico y la receta no concuerdan. Es lo que ocurre con la abultada e imprevista (a esos niveles) alza de los tipos de inter¨¦s del BCE. Ni siquiera la entidad sabe ad¨®nde apunta su (sobrecargado) tirachinas. Ni si servir¨¢ para lo que dice.
El prop¨®sito de la decisi¨®n de aumentar un abrupto 0,75% los tres tipos de inter¨¦s de la casa ¡ª¡±y esperamos subirlos m¨¢s posteriormente¡±, dijo la presidenta, Christine Lagarde¡ª, ¡°porque la inflaci¨®n permanece demasiado alta y probablemente contin¨²e por encima de nuestro objetivo por un periodo amplio¡±. O sea, se suben los tipos para combatir la desmesurada alza de precios. Le apoyan las empeoradas perspectivas econ¨®micas de sus refinados t¨¦cnicos. Y que la inflaci¨®n invada ya al sector servicios. Pero, ojo, pues no se traslada a una espiral precios-salarios.
Claro que inquietan los precios. Pero al mismo tiempo ¡°yo no puedo bajar el precio de la energ¨ªa, ese no es mi trabajo¡±, que dijo con tino la gobernadora. Y es que el alza de la inflaci¨®n en la eurozona se debe en un 39,6% al aumento de la energ¨ªa, seg¨²n los organismos internacionales. Los tipos del BCE dejan indiferentes al causante del encarecimiento del gas y a los traders de otros carburantes. As¨ª que subirlos no parece palanca eficaz para rebajar casi la mitad de la inflaci¨®n.
?Para qu¨¦ servir¨¢ la medida? Ay, paradoja, para subir ciertos precios. Para encarecer de inmediato las hipotecas a tipo variable y las fijas que se firmen desde ya; para agravar la financiaci¨®n de empresas y hogares; para aplanar en consecuencia el consumo y la inversi¨®n; para desvalorizar la renta variable (aunque ayer las bolsas sub¨ªan, claro que otra vez empujadas por banca y seguros) y animar la renta fija; para aumentar el coste de la deuda p¨²blica: o sea, para disminuir la actividad, adormecer el PIB y reforzar el estancamiento (incluso recesi¨®n) que el propio BCE pronostica para 2023, incluido un desincentivo para el empleo.
En el otro platillo de la balanza, los ganadores ser¨¢n los bancos, porque siempre ampl¨ªan margen cuando suben los tipos.
Y porque no les llover¨¢n, sino que les inundar¨¢n, los beneficios ca¨ªdos gratis total del cielo, al obtener un 0,75% de la facilidad de dep¨®sito, el acto de tener muerto en sus cuentas del BCE el exceso de liquidez dispuesto por Fr¨¢ncfort... para evitar que se produzca colapso alguno de la liquidez. Tambi¨¦n se beneficiar¨¢n los ahorradores/inversores en renta fija. Y, residualmente ¡ªde momento¡ª, los depositantes en cuentas bancarias.
Lo m¨¢s preocupante del alza de tipos no es este en s¨ª mismo. Es de caj¨®n que el BCE deb¨ªa visualizar alg¨²n signo de que le trastorna ¡ªcomo a todos, e incluso m¨¢s, pues es su oficio lidiar esta batalla¡ª el disparo de la inflaci¨®n. Lo malo es que fotocopie a la Fed en su agresiva puja del 0,75%, cuando hab¨ªa sugerido un 0,5%.
Y cuando su economista jefe, el paloma Philip Lane, hab¨ªa pespunteado una senda pausada de aumentos futuros, para disponer de espacio, no agotarlo al primer envite. Pues tampoco, asevera Lagarde, que el actual 1,25% del tipo b¨¢sico est¨¢ a¨²n ¡°muy lejos¡± del que avizora, y cuyo alcance dice ignorar. Pero, otra paradoja, que lo perseguir¨¢ con denuedo: con determinaci¨®n, aunque sea indeterminado. Calculen. Si insin¨²a que habr¨¢ alzas al menos similares en las pr¨®ximas (¡°dos a cinco¡±) reuniones mensuales del Consejo de Gobierno, es que otea un resultado final en el entorno del 2,25%-3%. Mucho m¨¢s all¨¢ del tipo de inter¨¦s natural ¡ªel neutral que ni incentiva ni penaliza la din¨¢mica econ¨®mica¡ª situable en torno al 1,5%.
Cuidado. El primer error Trichet, en julio de 2008, fue acelerar la Gran Recesi¨®n de Lehman Brothers con un alza preventiva de (solo) 0,25 puntos, un tercio de la ahora operada. A ver si por preservar la credibilidad de la casa arruinamos a Europa. Y a los europeos.
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