La nueva fiebre del oro en EE UU: el gas natural licuado
El pa¨ªs norteamericano ya es el principal productor de esta modalidad energ¨¦tica, que represent¨® el 40% del consumo de gas europeo en 2022, y planea multiplicar su producci¨®n antes de que acabe la d¨¦cada
El aire pesado y h¨²medo en la llanura de vastas praderas y pantanos entre Texas y Luisiana invita a la pereza. Un pecado imposible en Port Arthur, uno de los enclaves principales en esta zona cero de la energ¨ªa de EE UU. La localidad transmite un ambiente de ciudad de nueva frontera: excavadoras aqu¨ª, gr¨²as all¨¢, flamantes barrios enteros, escuelas por construir, infraestructuras en marcha. La oferta de empleo es insaciable: no se cubren todos los puestos en oferta. El flujo de nuevos trabajadores ha agotado las viviendas disponibles; los alojamientos prefabricados est¨¢n a la orden del d¨ªa. Un...
El aire pesado y h¨²medo en la llanura de vastas praderas y pantanos entre Texas y Luisiana invita a la pereza. Un pecado imposible en Port Arthur, uno de los enclaves principales en esta zona cero de la energ¨ªa de EE UU. La localidad transmite un ambiente de ciudad de nueva frontera: excavadoras aqu¨ª, gr¨²as all¨¢, flamantes barrios enteros, escuelas por construir, infraestructuras en marcha. La oferta de empleo es insaciable: no se cubren todos los puestos en oferta. El flujo de nuevos trabajadores ha agotado las viviendas disponibles; los alojamientos prefabricados est¨¢n a la orden del d¨ªa. Una moderna fiebre del oro ha sacudido a este n¨²cleo energ¨¦tico: la desatada por el gas natural licuado (GNL), el m¨¢s reciente man¨¢ para el sector de los hidrocarburos.
¡°El GNL es un pilar extremadamente importante de nuestra econom¨ªa¡±, asegura el juez del distrito, Jeff Brannick. ¡°Con la ampliaci¨®n de sus plantas y otras, nuestra industria qu¨ªmica ya tiene 36 marcas que suministran productos a pr¨¢cticamente todo el sector de consumo estadounidense¡±.
Hasta hace diez a?os, esta industria era casi inexistente en Estados Unidos. Solo cuando los avances tecnol¨®gicos le permitieron explotar sus abundantes reservas de gas de esquisto en Texas se convirti¨® en productor. A lo grande. Ya dispone de siete grandes plantas de licuefacci¨®n, que exportan 13.000 millones de pies c¨²bicos diarios. Este a?o adelantar¨¢ a Australia y Qatar para convertirse en el mayor suministrador mundial. Y, con toda una serie de nuevos proyectos en cartera, planea afianzarse en la pole position, con una ventaja cada vez mayor frente al resto.
El negocio del GNL, una modalidad que congela el gas natural para licuarlo y permitir su transporte en barco, se ha disparado en todo el planeta. El a?o pasado, con los precios por las nubes, se importaron 409 millones de toneladas, frente a los 386,5 millones de 2021. La guerra en Ucrania fue el principal factor: privada del gas ruso barato al que se hab¨ªa acostumbrado, Europa se lanz¨® a comprar este producto a diestro y siniestro para llenar sus reservas y se convirti¨® en el principal importador del mundo: el 40% del gas que consumi¨® en 2022 fue de ese tipo, que viaja por barco en estado congelado.
Es un bien caro, complicado log¨ªsticamente y da?ino para el medio ambiente. Pero sus defensores argumentan que su distribuci¨®n est¨¢ menos sujeta a vaivenes geopol¨ªticos. Al menos, para Occidente: el presidente de EE UU, Joe Biden, garantiz¨® el suministro a la UE y el Reino Unido, mientras pa¨ªses como Banglad¨¦s o Pakist¨¢n vieron cancelar sus contratos en favor de Europa el a?o pasado. Adem¨¢s, alegan sus partidarios, el gas es un buen comod¨ªn mientras se emprende el largo camino hacia el cambio energ¨¦tico y la neutralidad de carbono.
¡°Es la soluci¨®n perfecta porque es limpia, su disponibilidad se puede aumentar o reducir con rapidez de acuerdo con las necesidades, algo que las renovables que dependen de las condiciones meteorol¨®gicas no pueden hacer con tanta facilidad¡±, presume Corey Grindal, jefe de operaciones de Cheniere, la principal productora estadounidense.
La demanda de este producto, auguran los expertos, va a continuar creciendo, alentada por unos precios m¨¢s moderados este a?o, una Europa que a¨²n necesita esa fuente de energ¨ªa y una Asia que recupera el tono de su actividad econ¨®mica.
Las ambiciones estadounidenses quedan patentes en Port Arthur y sus alrededores, uno de los grandes n¨²cleos de producci¨®n estadounidense de GNL y lugar clave para las aspiraciones de este pa¨ªs de liderazgo en el sector. Ya se ha instalado all¨ª GoldenPass, una joint venture estadounidense-catar¨ª que producir¨¢ 18 millones de toneladas de gas al a?o a partir del a?o pr¨®ximo, cuando espera entrar en funcionamiento.
A pocos kil¨®metros, Sabine Pass es un hervidero de actividad. Un buque, Pavillion Aranda, llena sus dep¨®sitos de gas licuado. Otro, el Esther Spirit, baja hacia el mar con toda la carga que le permite el calado del canal; a su entrada en las aguas profundas del golfo se aprovisionar¨¢ del resto. Un tercer carguero sube hacia el norte, vac¨ªo, para esperar su turno. Cada a?o pasan por este canal 1.830 buques con LNG, seg¨²n las cifras de la autoridad portuaria. Cada uno de estos buques puede cubrir las necesidades de calefacci¨®n de 43.000 hogares estadounidenses durante un a?o, seg¨²n el Departamento de Energ¨ªa.
Inversiones para crecer
Sabine Pass, que comunica el lago Sabine con el golfo de M¨¦xico, acoge la mayor planta de producci¨®n de GNL de Estados Unidos y la segunda m¨¢s grande del mundo. Un mastodonte de cuatro gasoductos y seis trenes de licuefacci¨®n, cada uno del tama?o de una terminal de aeropuerto peque?a y que producen en total 30 millones de toneladas c¨²bicas de gas al a?o. Promete crecer: Cheniere, su propietaria, planea una ampliaci¨®n ya en sus ¨²ltimas fases preparatorias que aumentar¨¢ la fabricaci¨®n a cincuenta millones de toneladas en 2029.
El de Cheniere es solo uno de los grandes proyectos de expansi¨®n que prev¨¦ el sector en EE UU. Sempra Energy aspira a construir otra planta en Port Arthur; Venture Global ha dado luz verde a la primera fase de sus instalaciones en Plaquemines, en Luisiana, y sigue adelante con los preparativos para la segunda para un proyecto de 20 millones de toneladas al a?o. Desde el a?o pasado, proyectos por un valor total de 40.000 millones de d¨®lares han entrado en la fase definitiva de inversi¨®n. Para 2027, la producci¨®n podr¨ªa sumar 125 millones de toneladas m¨¢s por a?o. Ser¨ªa un salto del 70% con respecto a la actual y aproximadamente la cuarta parte del consumo de la UE en 2022.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y algunas voces piden precauci¨®n: no todos los proyectos que se presentan acabar¨¢n haci¨¦ndose realidad. Una parte fundamental del proceso pasa por obtener los contratos de venta de gas a largo plazo ¡ª15, 20 a?os m¨ªnimo¡ª necesarios para garantizar la viabilidad de las nuevas instalaciones y, con ella, recibir financiaci¨®n.
Es una meta m¨¢s f¨¢cil para las grandes compa?¨ªas que para las start-ups. Cheniere anunciaba la semana pasada la firma de un acuerdo con la noruega Equinor para el suministro de 1,75 millones de toneladas anuales durante 15 a?os, un paso m¨¢s hacia la ampliaci¨®n de Sabine Pass. En cambio, Tellurian, fundada por el padre del GNL en Estados Unidos, Charif Shoukri, se ha visto obligada a poner terrenos a la venta despu¨¦s de perder varios contratos.
La inc¨®gnita de la demanda futura
Tambi¨¦n es posible que la demanda crezca por debajo de la gigantesca oferta que est¨¢ en camino. Adem¨¢s de EE UU, Australia, Qatar y otros pa¨ªses tambi¨¦n prev¨¦n inversiones fara¨®nicas y flamantes instalaciones. Para 2027 se producir¨¢n en todo el mundo 80 millones de toneladas m¨¦tricas m¨¢s por a?o, seg¨²n el Instituto de Econom¨ªa Energ¨¦tica y An¨¢lisis Financiero (IEEFA, por sus siglas en ingl¨¦s). ¡°Hay fuertes razones para pensar que el mercado global simplemente no puede absorber tantos suministros tan r¨¢pidamente¡±, apunta el IEEFA en un comentario.
Entre otros motivos, este centro de estudios ha venido apuntando que el apetito desmesurado de Europa por el GNL puede caer en los pr¨®ximos a?os, dada su hoja de ruta para la transici¨®n energ¨¦tica, que le obliga a reducir su consumo de gas. En Asia, las fluctuaciones en los precios y los cambios en los contratos han llevado a pa¨ªses emergentes como Pakist¨¢n o Bangladesh a anunciar nuevos proyectos de generaci¨®n de electricidad mediante carb¨®n, un combustible mucho m¨¢s contaminante.
Otros son m¨¢s esc¨¦pticos sobre estas previsiones. ¡°Quiz¨¢ la demanda europea caiga en 10, 15 o 20 a?os, a medida que otros proyectos de generaci¨®n de energ¨ªa se ponen en marcha. Pero a corto plazo, la demanda de GNL estadounidense en Europa ser¨¢ bastante similar a la que ha sido en los ¨²ltimos 18 meses¡±, predice Selby Bush Lilley, vicepresidenta regional de Sempra Infraestructure, operadora, entre otros, de la planta Port Arthur GNL.
La propia ciudad de Houston, a dos horas de carretera de Port Arthur, es un ejemplo de aquello de ¡°en casa del herrero, cuchillo de palo¡±. Tras seis grandes inundaciones en cinco a?os, este gran n¨²cleo del sector de la energ¨ªa en EE UU puso en marcha en 2020 un plan de acci¨®n para fomentar el uso de energ¨ªas renovables y reducir en un 40% su huella de carbono para 2030. Todos los edificios municipales se alimentan ahora de energ¨ªa renovable.
¡°Si se puede hacer en Houston, la capital mundial en la energ¨ªa, se puede hacer en cualquier parte¡±, declaraba la semana pasada el alcalde de la ciudad, Sylvester Turner, a un grupo de periodistas extranjeros. ¡°No ha sido f¨¢cil, pero a veces la madre naturaleza tiene maneras de convencer hasta a aquellos que no quieren ver las cosas¡±, subrayaba, en alusi¨®n a aquellas inundaciones.
El futuro, en Asia
La industria, por su parte, replica que el sector a¨²n cuenta con mucho recorrido, en tanto las renovables alcanzan madurez. El futuro del GNL, asegura, no se encuentra en Europa, sino en una Asia donde reside la mitad de la humanidad y cuyas necesidades de energ¨ªa van a seguir en aumento en el futuro previsible.
¡°El gas natural probablemente continuar¨¢ en el sistema energ¨¦tico durante d¨¦cadas¡±, apunta Kenneth III, de la Universidad Rice en Houston. ¡°Aunque las nuevas tecnolog¨ªas ofrezcan opciones competitivas para los servicios que el gas natural aporta, se necesita tiempo para desarrollar las cadenas de suministro y las infraestructuras que hacen falta para desplazar al gas natural de sus usos actuales. Adem¨¢s, si se reduce la demanda de gas natural, bajar¨¢ su precio, lo que desalentar¨¢ una r¨¢pida destrucci¨®n de la demanda¡±.
En Port Arthur, mientras tanto, contin¨²a la actividad febril. ¡°Nosotros seguiremos produciendo. No se puede cambiar de repente y de la noche a la ma?ana dejar los combustibles f¨®siles. Es algo que depender¨¢ del mercado y, evidentemente, las pol¨ªticas federales tendr¨¢n un impacto en lo r¨¢pido que se haga la transici¨®n energ¨¦tica. Pero para mantener la vitalidad econ¨®mica de Estados Unidos y para continuar el suministro a otros pa¨ªses, vamos a tener que seguir haciendo lo que ven¨ªamos haciendo durante una larga temporada¡±, sostiene el juez Brannick.
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