Trabajar a doble jornada y no llegar a fin de mes: la reforma laboral de Grecia condena a la precariedad
La norma que acaba de aprobar Grecia deroga el l¨ªmite de la jornada laboral de ocho horas hasta ahora vigente y lo extiende hasta un m¨¢ximo de 13 horas
Konstantinos Zafeiris repasa su tesis en un ordenador apoyado en la barra de un bar. Le queda un d¨ªa para defenderla ante un tribunal y ser doctor en antropolog¨ªa por la Universidad de Egeo, en la isla griega de Lesbos. Konstantinos, de 33 a?os, tiene el ordenador en la barra porque es el camarero y aprovecha que a las dos de la tarde el establecimiento no est¨¢ muy concurrido para estudiar. No puede hacerlo en sus ratos libres porque no tiene. Compagina ser camarero con las pr¨¢cticas en la universidad; y con un tercer empleo para una importante fundaci¨®n del sector cultural. Ninguna de sus tre...
Konstantinos Zafeiris repasa su tesis en un ordenador apoyado en la barra de un bar. Le queda un d¨ªa para defenderla ante un tribunal y ser doctor en antropolog¨ªa por la Universidad de Egeo, en la isla griega de Lesbos. Konstantinos, de 33 a?os, tiene el ordenador en la barra porque es el camarero y aprovecha que a las dos de la tarde el establecimiento no est¨¢ muy concurrido para estudiar. No puede hacerlo en sus ratos libres porque no tiene. Compagina ser camarero con las pr¨¢cticas en la universidad; y con un tercer empleo para una importante fundaci¨®n del sector cultural. Ninguna de sus tres ocupaciones le basta para cubrir el m¨ªnimo vital, por lo que asume con resignaci¨®n que su jornada laboral habitual se acerque a las 14 horas.
La reforma laboral que acaba de aprobar Grecia deroga el l¨ªmite de la jornada laboral de ocho horas hasta ahora vigente y posibilita que un empleado tenga dos contratos, con dos empresas diferentes, hasta un m¨¢ximo de 13 horas al d¨ªa. La reforma fue aprobada gracias a la mayor¨ªa absoluta de los conservadores de Nueva Democracia, que cuenta con 158 de los 300 esca?os del Parlamento. La oposici¨®n vot¨® en contra en bloque: desde los comunistas del KKE a la extrema derecha, pasando por la izquierda de Syriza, aunque los socialistas del Pasok votaron a favor de algunos art¨ªculos de menor importancia que consideraban obligatorios para armonizar la legislaci¨®n helena a la comunitaria.
Para trabajadores como Konstantinos estar 13 horas en el tajo no es una novedad. El ministro de Trabajo, Adonis Georgiadis, defiende la medida con el argumento de que ya no lo har¨¢n en la econom¨ªa sumergida. ¡°Si los empresarios quieren¡±, puntualiza el antrop¨®logo, ¡°porque el gobierno en ning¨²n momento ha manifestado que quiera aumentar las inspecciones laborales, y pone la responsabilidad en los trabajadores, en vez de en los empresarios¡±. El doctorando opina que el objetivo de la reforma es recaudar m¨¢s v¨ªa impuestos, en ning¨²n caso mejorar las condiciones de trabajo.
Gracias a sus tres empleos, Konstantinos gana aproximadamente 1.100 euros mensuales. Es pr¨¢cticamente el m¨ªnimo que necesita para vivir de forma independiente. Si cobrara menos tendr¨ªa que compartir casa porque no podr¨ªa cubrir el alquiler. Con dos trabajos solo llegaba a los 800 euros, por eso busc¨® el tercero. A menudo, si queda con alg¨²n amigo, lo hace en el propio bar donde trabaja. No solo porque apenas tiene tiempo libre, sino porque as¨ª no gasta. ¡°Los jefes lo saben y les parece bien que ocasionalmente invite a mis amigos, porque este tipo de favores les permiten pagarnos menos sin que nos quejemos¡±, dice con media sonrisa. No tiene familia. ¡°Apenas me puedo permitir tener perro y me pienso mucho cu¨¢ndo le llevo al veterinario¡±, lamenta.
Masoud Soleymaniilkhechi tiene la misma edad que Konstantinos. Es iran¨ª y reside en Lesbos desde hace cinco a?os. Hace tres que trabaja con contrato y siempre ha metido m¨¢s horas que las que marcaba la ley hasta la reforma. Por las ma?anas, de 9.00 a 13.30, es traductor en una ONG que ayuda a otros refugiados como ¨¦l. De 14.00 a 20.00 coordina los turnos de una cl¨ªnica gestionada por otra ONG. Le pagan 300 y 600 euros mensuales respectivamente; parte del sueldo en b. Dice que son 100 euros menos de lo que necesitar¨ªa para vivir sin ahogos. Es ingeniero inform¨¢tico, pero no tiene esperanzas de trabajar en su sector. La ¨²nica alternativa a su alcance es la hosteler¨ªa. ¡°Sinceramente, esto es peor que en Ir¨¢n, pero en Grecia, a diferencia de all¨ª, se puede empezar de cero¡±, cuenta con un toque de optimismo.
En Lesbos, donde viven Konstantinos y Masoud, los empleos m¨¢s comunes son, por este orden, profesor de primaria o secundaria, militar y funcionario del Servicio de Asilo dependiente del Ministerio de Migraciones. Los trabajadores de los tres sectores son mileuristas. Seg¨²n Masoud, lo peor del pluriempleo es el agotamiento f¨ªsico y la imposibilidad de tener d¨ªas completos libres, por la dificultad de librar en los dos puestos en el mismo d¨ªa. Casi nunca come platos cocinados por ¨¦l, porque no le da tiempo. ¡°La reforma deber¨ªa garantizar sueldos dignos, en vez de impulsar que tengamos varios trabajos¡±, se queja. Tiene novia, pero no se plantea casarse y tener hijos porque no sabr¨ªa c¨®mo afrontarlo con su sueldo.
Reforma del derecho a huelga
La ampliaci¨®n de la jornada laboral no es el ¨²nico punto pol¨¦mico de la ley. Los sindicatos se oponen a un nuevo sistema que informatiza el conteo de horas trabajadas porque aumenta el control sobre los trabajadores, mientras el Gobierno lo defiende como la mejor manera de medir la productividad. Se aumenta el plazo de prueba de los contratos indefinidos hasta los 12 meses, en los cuales el despido es libre, sin preaviso y sin indemnizaci¨®n. Se crea una nueva modalidad de contratos de cero horas por el que una empresa puede tener en guardia a una persona durante d¨ªas o meses, sin garantizar que en ese tiempo le vaya a contratar en alg¨²n momento. Y fija que el trabajador estar¨¢ obligado a aceptar el horario decidido unilateralmente por la empresa cuando su jornada sea ¡°imprevisible¡±.
Para Nikos Bosinakos, funcionario y delegado sindical en el Ministerio de Trabajo, ¡°la ley manda un mensaje a los empresarios que se resume en ¡®pod¨¦is hacer lo que quer¨¢is¡±. Katerina Yanoula, que tambi¨¦n es delegada sindical pero en otro ministerio, el de Desarrollo Rural, cree que la nueva regulaci¨®n es muy perjudicial, pero no es sino la continuaci¨®n de revisiones anteriores aprobadas por gobiernos de Nueva Democracia, pero tambi¨¦n Syriza, especialmente en lo relativo al punto que m¨¢s escuece a los sindicatos: la modificaci¨®n del derecho de huelga y la criminalizaci¨®n de los piquetes.
El diputado de Nueva Democracia, Thanos Plevris, representante del ala m¨¢s dura del partido gobernante, fue el encargado de defender la reforma en el hemiciclo. ¡°Nosotros no representamos a los sindicalistas profesionales que nunca han trabajado y lo ¨²nico que saben hacer es cortar carreteras¡±, exclam¨® dirigi¨¦ndose a la bancada de la izquierda, antes de a?adir que ¡°en todas las regiones que ustedes llaman obreras, populares o rurales, quien gana las elecciones es Nueva Democracia¡±. La derecha cree que la penalizaci¨®n de los piquetes es la v¨ªa para acabar con ¡°la dictadura de los comunistas¡±.
La ley califica la actividad de los piquetes como ¡°violencia psicol¨®gica¡± contra los trabajadores que no quieren secundar la huelga y decreta penas de prisi¨®n de ¡°al menos seis meses¡±, sin fijar un m¨¢ximo, para los participantes en dicha actividad o para quien intervenga en ocupaciones de empresas. Bosinakos cree que esto no detendr¨¢ a las secciones sindicales ¡°m¨¢s combativas¡±, pero s¨ª provocar¨¢ dudas, reservas e inacci¨®n en las m¨¢s moderadas. Yanoula considera que la respuesta social a la reforma laboral no ha estado a la altura. Entiende que el paro no tuvo un seguimiento masivo como convocatorias anteriores y culpa a los sindicatos que convocaron la huelga ¡°tarde¡± y con apenas d¨ªas de antelaci¨®n al debate parlamentario. ¡°Nadie quiere perder d¨ªas de sueldo si cree que la batalla est¨¢ perdida¡±, se?ala esta ingeniera agr¨®noma.
Konstantinos advierte de que la continua precarizaci¨®n de las condiciones de trabajo puede provocar, a medio plazo, falta de mano de obra: ¡°Muchos j¨®venes de mi generaci¨®n se han acostumbrado tanto a los trabajos de temporada y a los trabajos inseguros que se han dado cuenta de que es mejor irse a Noruega a pasar el verano que quedarse a malvivir aqu¨ª¡±.
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