El exceso de producci¨®n hunde los precios de los cereales en el campo

La cosecha de cereales ascender¨¢ esta campa?a a 22,5 millones de toneladas, seg¨²n las previsiones de Cooperativas Agroalimentarias elaboradas a partir de las superficies de siembra y los resultados de las siegas en el sur, centro y parte de la mitad norte del pa¨ªs. Esta cifra est¨¢ muy por encima de la media de los ¨²ltimos a?os, de 17 millones de toneladas, aunque est¨¢ lejos del r¨¦cord de 27 millones de 2020. Adem¨¢s, dobla la del ejercicio anterior (10,4 millones), afectada por la sequ¨ªa, lo que se traducir¨¢ en una reducci¨®n de las importaciones y, coyunturalmente, en precios a la baja en el campo.

Estos resultados responden fundamentalmente a unas buenas condiciones climatol¨®gicas, lluvias a tiempo y la ausencia de golpes de calor en los campos en las ¨²ltimas semanas. Se producen tambi¨¦n pese a una reducci¨®n de la superficie de cultivo en unas 400.000 hect¨¢reas, causada, sobre todo, por el incremento de todos los costes de producci¨®n y los interrogantes de los mercados.

Los datos manejados por las cooperativas se?alan que los rendimientos medios van al alza, hasta los 4.000 kilos por hect¨¢rea frente a los 1.800 kilos estimados en la campa?a anterior. Este resultado se debe, adem¨¢s de las buenas condiciones climatol¨®gicas antes mencionadas, el mayor empleo de semillas certificadas y una mejora en los sistemas de laboreo, con una mayor rotaci¨®n de cultivos. Aun as¨ª, la situaci¨®n no es homog¨¦nea. Por debajo de la media se encuentran territorios como Castilla-La Mancha, con 3.000 kilos, o Andaluc¨ªa, con 3.400; por encima de la media est¨¢n Navarra y La Rioja (m¨¢s de 6.000 kilos de media por hect¨¢rea), Extremadura (5.000), y Castilla y Le¨®n, que con 4.600 kilos por una cosecha total de 8,5 millones de toneladas es l¨ªder en producci¨®n.

De los m¨¢s de 22 millones de producci¨®n de esta campa?a, siete millones de toneladas corresponden a trigos blandos, 0,9 millones a trigos duros, 8,7 millones a cebadas, 3,5 millones a ma¨ªz, m¨¢s de un mill¨®n de toneladas a la avena, 0,3 millones de toneladas al centeno y 0,7 millones de toneladas al triticale. Despu¨¦s de Castilla y Le¨®n, las mayores producciones en t¨¦rminos de volumen total se esperan en Castilla-La Mancha (3,7 millones de toneladas), Arag¨®n (3,6 millones), Andaluc¨ªa (2), Navarra (1,14), Extremadura (1,3) y Catalu?a (1,1).

Ante estas previsiones de cosecha, los precios se hallan un 20% por debajo de las cifras del a?o pasado, una evoluci¨®n a la baja que responde, fundamentalmente, a un momento muy puntual de la campa?a, con la presi¨®n de una oferta muy elevada en el campo frente a una demanda estabilizada o ligeramente a la baja que se espera sea pasajera. En esta coyuntura, los precios de la cebada se sit¨²an entre los 185 y los 190 euros la tonelada. En el caso de los trigos duros alcanzan los 250 euros, y los trigos blancos oscilan entre 210 y 215 euros. Estos ¨²ltimos llegaron a superar los 500 euros en los momentos de mayor tensi¨®n tras el inicio de la guerra en Ucrania.

En este comportamiento a la baja de las cotizaciones tambi¨¦n influyen las buenas cosechas que est¨¢n registrando otros pa¨ªses comunitarios, junto a la entrada de producto desde pa¨ªses del Este como la propia Ucrania y Rusia, mercados reactivados tras el bloqueo provocado por la guerra. Las mismas se suman a las ya habituales desde el continente americano. El sector pide el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria para que los operadores paguen precios que cubran los costes de producci¨®n. Los cerealistas suponen m¨¢s de 300.000 explotaciones reales.

Grandes importadores netos

Espa?a ha sido y se mantiene como un pa¨ªs importador de cereales, pues no logra cubrir solo con la producci¨®n interna sus necesidades de consumo, de m¨¢s de 36 millones de toneladas. De ellos, 27 millones son para consumo animal, sobre todo porcino: 11,5 millones de toneladas son ma¨ªz, seis millones se corresponden a trigos blandos y siete millones a cebada. Para consumo humano, las necesidades se cifran en poco m¨¢s de cinco millones de toneladas, especialmente de trigos blandos, que suponen 4,3 millones de toneladas, y m¨¢s de tres millones para usos industriales. Ma¨ªz y soja es lo que m¨¢s se compra en el extranjero.

En un contexto de inestabilidad geopol¨ªticas y marcados por estrategias alimentarias dise?adas por pa¨ªses o grupos multinacionales, las Cooperativas Agroalimentarias abogan porque los cerealistas operen a trav¨¦s de las entidades asociativas y, en todo caso, que comercialicen sus cosechas de forma escalonada para no desajustar los mercados En el caso de las cooperativas, los agricultores socios operan a resultas. Fuera de este mundo, una buena parte de los agricultores no almacenan y entregan su producto sin precio a los operadores, lo que supone poner en manos de los mismos el valor de su trabajo. Un roto en las cuentas de los cerealistas y un reto a superar en la gesti¨®n de las cosechas.

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