Vivienda: o asunto de Estado, o fracaso
Debe cogobernarse entre las tres administraciones implicadas: la central, la auton¨®mica y la municipal
Expectativas sobre la conferencia sectorial de Vivienda ¡ªministra y consejeros¡ª del 3 de octubre. Hay muchas medidas en marcha, y un desencuentro b¨¢sico: el tope al alquiler. Ser¨ªa lamentable focalizarse solo en estos. Como solo rigen en Catalu?a, y desde marzo, los resultados no marcan paradigma. Las cifras de los portales ¡ªaproximativas¡ª perfilan un bajo impacto a la baja. El alza interanual, cercana al 9%, apenas dista de la media, en torno al 10%. Mejor esperar o para revertir, o modular la medida, o extenderla. Las autonom¨ªas tienen competencia para aplicarlo. Huya el Gobierno de caer en ...
Expectativas sobre la conferencia sectorial de Vivienda ¡ªministra y consejeros¡ª del 3 de octubre. Hay muchas medidas en marcha, y un desencuentro b¨¢sico: el tope al alquiler. Ser¨ªa lamentable focalizarse solo en estos. Como solo rigen en Catalu?a, y desde marzo, los resultados no marcan paradigma. Las cifras de los portales ¡ªaproximativas¡ª perfilan un bajo impacto a la baja. El alza interanual, cercana al 9%, apenas dista de la media, en torno al 10%. Mejor esperar o para revertir, o modular la medida, o extenderla. Las autonom¨ªas tienen competencia para aplicarlo. Huya el Gobierno de caer en la tentaci¨®n abusiva de condicionar su ayuda a que lo hagan.
Pero s¨ª deber¨ªa controlar que su financiaci¨®n a determinados proyectos se aplica a ellos. La desidia de las autonom¨ªas con el bono del alquiler joven es sangrante: solo han aprobado el 29,2% de las solicitudes desde 2022. Quiz¨¢ convenga otro sistema, y no repartir dinero a espuertas. Aplicar parecida cofinanciaci¨®n a la de los fondos estructurales de la UE: las ayudas europeas se suman a las nacionales, no las sustituyen; los Gobiernos contribuyen con un porcentaje a la cobertura financiera de un proyecto que les beneficia y cuyo grueso financia Bruselas.
La vivienda es ya una ¡°bomba de relojer¨ªa¡±, sosten¨ªa en esta columna. El malestar social que genera devora buena parte del bienestar generado por el ¨¦xito de la econom¨ªa espa?ola. Es un asunto de Estado. Y debe cogobernarse entre las tres administraciones implicadas: la central (recursos), la auton¨®mica (el control principal), y la municipal (ejecuci¨®n). O se alinean, o fracaso.
La ocasi¨®n ser¨ªa acordar un Plan estatal de vivienda: pactarlo. Las causas de los precios desorbitados son m¨²ltiples, las recetas tambi¨¦n. Entre las inmediatas destacan el ¨¦nfasis en la rehabilitaci¨®n (se acelera), la reconversi¨®n de espacios (comercios y oficinas), las garant¨ªas administrativas a propietarios de casas vac¨ªas que temen impagos, la puesta a punto del parque de la SAREB, el aumento del bono alquiler joven, los acuerdos con privados y cooperativas¡ Todos los instrumentos, todos los actores, todos los recursos. Y reformas legales: evitar las catastr¨®ficas privatizaciones de VPO pasadas. Y las abortadas en el Congreso: condicionar el alquiler por temporada para que no encubra tramposamente el normal (en Barcelona alcanza el ?40%! del total) y agilizar licencias urban¨ªsticas. Bien llegado el PP, que promete su manual de propuestas: ser¨¢ cre¨ªble si empieza apoyando estas dos, que boicote¨®. Y ojal¨¢ se cree una task-force ejecutiva, interministerial y trigobernanza para mayor eficiencia.
Para activar el alquiler social y el asequible, a largo plazo lo esencial sigue siendo generar un parque p¨²blico en alquiler. M¨¢s oferta, enfriar el mercado. El brit¨¢nico Keir Starmer est¨¢ aumentando la inversi¨®n y advierte a los municipios que si no la ejecutan, lo har¨¢ a nivel central. Discutamos cifras, m¨¢s cifras. M¨¢s unidades. M¨¢s recursos, p¨²blicos y privados. O eso, o una sociedad m¨¢s desigual y su secuestro por los ultras.