Las ocasiones perdidas del BCE
El eurobanco ha perdido dos grandes ocasiones para suavizar a tiempo su pol¨ªtica monetaria restrictiva e impedir el estancamiento de la eurozona
El Banco Central Europeo (BCE) ha perdido dos grandes ocasiones para suavizar a tiempo su pol¨ªtica monetaria restrictiva e impedir el estancamiento de la eurozona. Se erige as¨ª en corresponsable de su crecimiento raqu¨ªtico, y de que el aterrizaje a tipos digeribles no sea tan suave como predica.
Su presidenta, Christine Lagarde, confes¨® el jueves no estar ¡°segura de que lo hubi¨¦semos anticipado¡±: se refer¨ªa al descenso de la inflaci¨®n hasta el 1,7% en septiembre, por debajo del 2% p...
El Banco Central Europeo (BCE) ha perdido dos grandes ocasiones para suavizar a tiempo su pol¨ªtica monetaria restrictiva e impedir el estancamiento de la eurozona. Se erige as¨ª en corresponsable de su crecimiento raqu¨ªtico, y de que el aterrizaje a tipos digeribles no sea tan suave como predica.
Su presidenta, Christine Lagarde, confes¨® el jueves no estar ¡°segura de que lo hubi¨¦semos anticipado¡±: se refer¨ªa al descenso de la inflaci¨®n hasta el 1,7% en septiembre, por debajo del 2% perseguido. No anticiparlo se debi¨® a que ley¨® mal sus propias cifras, presa de los prejuicios de los ¡°halcones¡±.
El primer gr¨¢fico dice mucho. El componente b¨¢sico ¨Dapabullante¨D, de la inflaci¨®n general, fue el energ¨¦tico. El bucle piramidal de su l¨ªnea gris revela un trayecto empinado al alza y una posterior ca¨ªda vertical. Dur¨® poco: en enero de 2021 super¨® el cero tras un a?o largo por debajo; se empin¨® en oto?o por las tensiones rusas y culmin¨® al 44,3% en marzo de 2022, tras la invasi¨®n de Ucrania. Aguant¨® una meseta hasta octubre (en el que los europeos contrarrestaron el chantaje ruso sobre gas y petr¨®leo) hasta desplomarse en el primer comp¨¢s de 2023. En septiembre capot¨®, al menos al 4,6%: era la ocasi¨®n de reformular la estrategia monetaria. Se perdi¨®. En ese tiempo el BCE alertaba de la inflaci¨®n subyacente, las expectativas, los salarios... sin focalizarse en lo esencial: la energ¨ªa.
La inflaci¨®n general (l¨ªnea azul) segu¨ªa una similar pauta, menos empinada. Su peor pico lleg¨® en octubre de 2022: el 10,6%. Desde entonces ha ca¨ªdo casi sin descanso hasta hoy. Un momento clave fue su reducci¨®n a la mitad desde enero de 2023 (8,6%) a septiembre de 2023 (4,3%): cuatro puntos en ocho meses, a medio punto por mes. Justo en ese mismo septiembre, doblemente oportuno para bajar tipos, Fr¨¢ncfort decidi¨® por ¨²ltima vez subirlos.
Contra la contundente (y discreta) alerta de sus palomas internas, pues el crecimiento econ¨®mico se resent¨ªa. La Comisi¨®n lo rebajaba ese mes a un an¨¦mico 0,8% para 2023 y los propios economistas del BCE a un 0,7%, un quinto de 2022. Y de las externas. Como Joseph Stiglitz, que contra el criterio dominante sigui¨® sosteniendo que la inflaci¨®n era temporal: larga, pero transitoria, hasta el fin de la crisis de oferta energ¨¦tica y de chips y fletes (Los precios caen, a pesar de los bancos centrales, Negocios, 3/12/2023), o Manuel Alejandro (Cronolog¨ªa de la batalla ganada por el equipo que defiende la inflaci¨®n temporal, Cinco D¨ªas, 11/12/2023).
Ni caso. Fr¨¢ncfort mantendr¨ªa otros (casi) nueve meses los tipos altos, tras haberlos endurecido sin cesar durante quince (vean el segundo gr¨¢fico). Hasta junio pasado, cuando paut¨® el primer descenso, minimalista. Incluso admitiendo que las alzas hubiesen sido justificadas (aunque menos su ritmo e intensidad), esos nueve meses de dureza lo empeoraron todo, segunda ocasi¨®n perdida. Alemania repite recesi¨®n. La eurozona, astenia. Cunde el temor a una deflaci¨®n. Y el BCE se queja de ¡°las recientes sorpresas a la baja en los indicadores de actividad¡±. ?Sorpresas? ?De que se sorprendan!