ChatGPT y educaci¨®n: ?un nuevo enemigo o aliado de los profesores?
La irrupci¨®n de las herramientas de inteligencia artificial generativa supone un reto y una oportunidad para las instituciones educativas, que no pueden ni deben mirar hacia otro lado
?C¨®mo luchar contra una aplicaci¨®n en apariencia indetectable que es capaz de generar, en menos de un minuto, una redacci¨®n de 600 palabras sobre la energ¨ªa nuclear, las crisis migratorias del siglo XX o la desigualdad de g¨¦nero, y hacerlo adem¨¢s con un lenguaje completamente natural? La irrupci¨®n de la inteligencia artificial generativa en el ¨¢mbito educativo est¨¢ dando sus primeros pasos y ya ha supuesto un aut¨¦ntico vuelco en todo el mundo. Cuando, a finales de 2022, OpenAI lanz¨® el popular ChatGPT, un sistema de inteligencia artificial capaz de generar textos originales, contestar preguntas y resolver multitud de tareas, les bast¨® cinco d¨ªas para superar el mill¨®n de usuarios, y los 100 millones en apenas dos meses. Ante el peligro de una herramienta que facilita el plagio y las trampas, las alarmas en escuelas y universidades no tardaron en sonar, hasta el punto de que ya son muchos los casos (el Estado de Nueva York y las escuelas de Seattle, en EE UU, y las universidades australianas son solo unos pocos ejemplos) en los que se opt¨® r¨¢pidamente por prohibir su uso.
La pregunta, sin embargo, no es si este fen¨®meno puede contenerse, sino m¨¢s bien de qu¨¦ manera incorporar su uso de forma productiva: seg¨²n una reciente encuesta de Impact Research, un tercio de los estudiantes estadounidenses de entre 12 y 17 a?os, y el 51 % de los docentes, utilizan ya esta herramienta (un porcentaje que llega al 69 % en el caso de los profesores latinos o negros), ya sea para planificar sus clases, encontrar actividades creativas o elaborar un conocimiento de base con el que empezar sus lecciones. Sus conclusiones no pueden ser mejores: el 89 % de los ense?antes y el 79 % de los alumnos que han usado ChatGPT piensan que el impacto ha sido francamente positivo. La ola es imparable: Microsoft ha anunciado ya la incorporaci¨®n de su propia IA generativa, Copilot, al Office 365; y Standford ha lanzado Alpaca, una IA basada en el ChatGPT de c¨®digo abierto. ¡°Ni los estudiantes, ni los profesores ni los periodistas volver¨¢n a empezar algo con una p¨¢gina en blanco; se lo pedir¨¢n al ChatGPT¡±, aventura Guillem Garc¨ªa Brustenga, experto del eLearning Innovation Center de la UOC.
Luchar contra el plagio
Para Garc¨ªa, el cambio de metodolog¨ªa es obligatorio, y la educaci¨®n deber¨¢ convivir con la inteligencia artificial (IA) del mismo modo que convive con Google o con la Wikipedia. ¡°El problema a corto plazo, claro, radica en qu¨¦ vamos a hacer para evitar que el estudiante copie. Eso est¨¢ claro. Pero no nos vamos a quedar aqu¨ª, sino que vamos a aprovechar esta oportunidad para hacer cambios que ya tendr¨ªan que haberse hecho¡±, a?ade Garc¨ªa. ¡°A ver: si un profesor pregunta cu¨¢les fueron las causas de la I Guerra Mundial, y esa es la pregunta de examen, esto ya pod¨ªa copiarse de la Wikipedia... A lo mejor lo que est¨¢ mal es la pregunta. Lo que pasa es que ahora es m¨¢s f¨¢cil, porque solo tenemos que ir al ChatGPT y preguntarle, porque la respuesta ser¨¢ original y no va a ser detectada por los sistemas antiplagio¡±. La soluci¨®n, apunta, pasar¨¢ necesariamente por reinventar el rol del profesor y adoptar nuevas metodolog¨ªas de ense?anza y evaluaci¨®n, de manera que sirvan no solo para evitar las trampas, sino para aprender m¨¢s.
En lugar de entregar un texto copiado o memorizado de la Wikipedia, se?ala Garc¨ªa, el profesor puede pedirles que hagan una infograf¨ªa, que lo contextualicen con su realidad o que usen portafolios para documentar su proceso de aprendizaje, desde el momento en que no saben nada hasta el que saben mucho. ¡°Parad¨®jicamente, la incorporaci¨®n de la IA a trav¨¦s de herramientas como ChatGPT nos va a obligar a reflexionar en profundidad sobre qu¨¦ es lo que queremos hacer, c¨®mo lo queremos hacer, c¨®mo lo vamos a evaluar y qu¨¦ tipo de competencias queremos cultivar¡±, sostiene Joaqu¨ªn Rodr¨ªguez, director de Dise?o, Innovaci¨®n y Tecnolog¨ªas para el Aprendizaje de la Instituci¨®n Educativa SEK. Y es que, en lugar de intentar prohibir su uso, sugiere incorporarlo a la ense?anza como punto de partida de discusiones y debates en el aula: ¡°Yo les pedir¨ªa a los alumnos que la utilizaran y que le hicieran preguntas. Y toda esa informaci¨®n que nos da la IA la pondr¨ªa despu¨¦s sobre la mesa en el aula, para someterla a escrutinio, debate y cr¨ªtica por parte de los estudiantes. Que reflexionen sobre ella y aprendan a sintetizar su contenido, a profundizar y a contrastar las diferentes respuestas que obtengan... Deben estar seguros de sus aciertos, sus limitaciones y los sesgos que pueda tener¡±.
Ah¨ª est¨¢, precisamente, uno de los mayores peligros de ChatGPT: la asunci¨®n de veracidad, porque nunca reconocer¨¢ que no est¨¢ diciendo la verdad sobre algo. ¡°Uno de los errores de ChatGPT es que tiene lo que se conoce como ¡°alucinaciones¡±: tiene siempre pretensiones de verdad, por lo que, si no sabe algo, se lo inventa¡±, advierte Rodr¨ªguez. Por eso, desde el punto de vista pedag¨®gico, recomienda preservar y reforzar competencias cognitivas fundamentales como, por ejemplo, la capacidad de verificaci¨®n y de evaluaci¨®n de cualquier enunciado que te de una inteligencia artificial; tener presente que la responsabilidad final sobre los dict¨¢menes de una IA sigue siendo humana (se puede usar la IA en una consulta m¨¦dica, pero la responsabilidad del diagn¨®stico recaer¨¢ siempre sobre el facultativo); y hacer un uso cr¨ªtico, productivo y ¨¦tico de las tecnolog¨ªas.
Reinventar el papel del profesor
El vuelco que ha supuesto la llegada de la inteligencia artificial supone un reto ante el cual las instituciones educativas no pueden, ni deben, mirar hacia otro lado. ¡°Una asunci¨®n m¨¢s o menos acr¨ªtica de la tecnolog¨ªa, es decir, dejar que cada uno haga lo que le parezca, llevar¨ªa a un caos incontrolado. Por eso, es necesario aceptarlo meditadamente, que es la postura que nosotros, de momento, asumimos¡±, explica Rodr¨ªguez. Y eso pasa, necesariamente, por facilitar un cambio radical en el rol que el profesor tiene dentro del aula. ¡°El papel del docente tendr¨ªa que haber cambiado hace mucho tiempo. Cuando yo estudi¨¦, el profesor era quien ten¨ªa el conocimiento; yo iba a clase, ¨¦l [o ella] me contaba cosas y luego me dec¨ªa: ¡°Ahora rep¨ªtelo¡±. Pero eso ya no es as¨ª: cuando el conocimiento est¨¢ en todas partes, no tiene sentido que yo vaya a clase solamente para escuchar a alguien que me lee lo que yo puedo buscar por mi cuenta¡±, afirma Garc¨ªa.
Para el experto de la UOC, el rol del profesor tiene que ser el de ¡°alguien que me ayude a interpretar esa informaci¨®n y a aprender con ella. En el mundo del ChatGPT, ser¨¢ lo mismo, y este docente que explicaba algo que ¨¦l mismo hab¨ªa le¨ªdo en un libro, tendr¨¢ que cambiar¡±. Y lo mismo sucede con la evaluaci¨®n: en vez de pedir que los alumnos repitan lo que les han dicho, ser¨¢ necesario preguntar de otra forma, ¡°hacer trabajos colaborativos o incluso pruebas orales que pueden realizarse de forma s¨ªncrona o as¨ªncrona, en las que los estudiantes se graben respondiendo a una pregunta, razonando o explicando qu¨¦ le ha preguntado al chat¡±, a?ade.
Mientras empresas como TurnItIn, especializadas precisamente en detectar el plagio en trabajos acad¨¦micos, afirman estar trabajando ya en el desarrollo de una herramienta capaz de detectar el uso de IA generativas, los expertos se muestran esc¨¦pticos: ¡°Como mucho, podr¨ªa analizar algo de ChatGPT y afirmar, con un 80 % de probabilidades, que es una IA. Pero yo no puedo suspender a nadie por esto. Adem¨¢s, si t¨² coges el texto de la IA, lo cambias y lo haces tuyo, eso ya no lo puede detectar nadie. Es un tema complejo¡±, sostiene Garc¨ªa.
Desaf¨ªos en el mundo laboral
Si algo llevamos escuchando mucho tiempo es que la inteligencia artificial vendr¨ªa para sustituir al ser humano en aquellas tareas y oficios m¨¢s mecanizados. Sin embargo, las aplicaciones de IA generativas como ChatGPT o Copilot demuestran que tampoco permanecer¨¢n ajenas a las profesiones m¨¢s creativas. ¡°Son capaces de desarrollar (y ejecutar) c¨®digo por s¨ª mismas, y de desarrollar textos y novelas completas. Ya hay editoriales basadas en inteligencia artificial, o libros que se est¨¢n subiendo a Amazon; y si t¨² les pides que te hagan un cuadro al estilo de Picasso o Monet, tambi¨¦n lo har¨¢n. Por eso, una de las preguntas m¨¢s importantes que se plantean ahora es la de qu¨¦ competencias ser¨¢ necesario desarrollar¡±, plantea Rodr¨ªguez.
Ahora bien, ?ser¨¢ capaz la IA de quitarnos puestos de trabajo? Para Garc¨ªa Brustenga, no ser¨¢ exactamente as¨ª: ¡°Yo creo que no es la inteligencia artificial la que nos quitar¨¢ esos puestos; m¨¢s bien ser¨¢n los profesionales que sepan utilizar las inteligencias artificiales los que quitar¨¢n trabajo a aquellos que no las sepan usar. Ese es el verdadero tema. Por eso, tenemos que formar a los futuros profesionales a la vez que reciclarnos nosotros, para saber hacer uso de todas estas herramientas; y aun as¨ª, sufriremos por la velocidad del cambio. No ser¨¢ la tecnolog¨ªa por s¨ª sola la que nos quite el trabajo¡±.
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