Sistema cambiario con caracter¨ªsticas especiales
Xi Jinping ha lidiado con varios eventos econ¨®micos y financieros importantes, y no ha salido bien parado
El anuncio por parte de los pa¨ªses que forman el bloque BRICS de incorporar a seis nuevas econom¨ªas tiene implicaciones geoestrat¨¦gicas, ya comentadas. Que entre los nuevos integrantes est¨¦n dos de los pa¨ªses m¨¢s poblados del mundo (Egipto y Etiop¨ªa, con 100 y 125 millones de habitantes, respectivamente) supone que el nuevo grupo de 11 naciones concentrar¨¢ el 46% de la poblaci¨®n mundial. En cuanto a su extensi¨®n, supondr¨¢ el 36% del total del ...
El anuncio por parte de los pa¨ªses que forman el bloque BRICS de incorporar a seis nuevas econom¨ªas tiene implicaciones geoestrat¨¦gicas, ya comentadas. Que entre los nuevos integrantes est¨¦n dos de los pa¨ªses m¨¢s poblados del mundo (Egipto y Etiop¨ªa, con 100 y 125 millones de habitantes, respectivamente) supone que el nuevo grupo de 11 naciones concentrar¨¢ el 46% de la poblaci¨®n mundial. En cuanto a su extensi¨®n, supondr¨¢ el 36% del total del territorio del planeta. A estas claves geoestrat¨¦gicas podemos a?adir que tres de los seis nuevos miembros (Arabia Saud¨ª, Emiratos ?rabes Unidos e Ir¨¢n) son algunos de los mayores productores diarios de petr¨®leo y gas del mundo. Los BRICS ser¨¢n responsables del 42% del total de la oferta anual de ambos combustibles y del 50% de las reservas probadas. La ampliaci¨®n del grupo con candidatos tan heterog¨¦neos desde el punto de vista geogr¨¢fico, pol¨ªtico e hist¨®rico es reflejo de la intenci¨®n de convertirse en una alternativa al bloque conformado por EE UU y las principales democracias liberales. Cabe destacar que ning¨²n pa¨ªs de los BRICS expandido ha impuesto sanciones a Rusia tras la invasi¨®n de Ucrania.
De esta ampliaci¨®n tambi¨¦n se derivan consecuencias econ¨®micas. La cuota del PIB mundial (en paridad del poder adquisitivo) ser¨¢ menor (32%) que la se?alada para la poblaci¨®n (46%), territorio (36%) o producci¨®n diaria de petr¨®leo (42%); dato relevante porque este grupo est¨¢ liderado, al menos de forma impl¨ªcita, por China, quien tiene como objetivo convertirse en la primera potencia econ¨®mica en 2049. De forma ineludible, esta meta implica lograr que el renminbi sea la moneda de referencia global. Sin entrar a debatir si eso es causa o efecto del liderazgo econ¨®mico, lo observado con la libra esterlina y con el d¨®lar estadounidense es una clara muestra. Solo una divisa estable permite el crecimiento diferencial del PIB, y si este es, adem¨¢s, sano, deriva en que su moneda se convierta en la referencia mundial.
S¨ª, una vez m¨¢s se le repite a un mandatario la famosa frase: ¡°Es la econom¨ªa¡±. Ahora es a Xi Jinping, como relata Kevin Rudd en su fant¨¢stico libro The Avoidable War. El ex primer ministro de Australia hace un completo an¨¢lisis de China, a?adiendo un componente: un retrato de la personalidad del principal mandatario chino, que sirve para entender su visi¨®n del mundo. Y ese es un ejercicio muy recomendable, sobre todo para salir de nuestra ¡°burbuja de filtro¡±. Solo de esta forma se puede entender lo que significa ¡°el sue?o de China¡±, t¨¦rmino que acu?¨® Xi en 2012, poco antes de convertirse en presidente. Solo as¨ª se pueden comprender algunas de las decisiones que ha tomado ¨²ltimamente. Acaso porque, como se?ala ?Rudd, Xi Jiping no entiende de econom¨ªa, pero quienes le rodean le insisten en que, para conseguir su sue?o, es imprescindible darle un impulso, con las implicaciones que ello tiene. ¡°Xi no es economista y parece tener una capacidad sorprendentemente limitada de entender c¨®mo funcionan en realidad las econom¨ªas de mercado. Se siente mucho m¨¢s c¨®modo en los ¨¢mbitos de la pol¨ªtica, la seguridad y las relaciones internacionales¡±. Pero solo una expansi¨®n continuada del PIB le permitir¨¢ alcanzar sus objetivos.
Xi Jinping ha lidiado con varios eventos econ¨®micos y financieros de gran calado, y no ha salido bien parado. Entre ellos, la devaluaci¨®n del renminbi en agosto de 2015, que gener¨® un efecto de alarma global porque se puso de manifiesto que se desconoc¨ªa el impacto de una medida como esta. China ha sufrido las consecuencias de la guerra comercial con EE UU, que tuvo su cl¨ªmax en el bienio 2018-2019, pero que persiste, ahora con un mayor sesgo tecnol¨®gico (por cierto, sobre el retraso de China en la capacidad de dise?o y producci¨®n de chips, es muy recomendable leer La guerra de los chips, de Chris Miller, recientemente editado en espa?ol por Pen¨ªnsula). China ha tenido que lidiar con la pandemia, cuya mejor gesti¨®n en los primeros meses contrasta con una clara peor resoluci¨®n final. Xi Jinping ha intervenido en los mercados burs¨¢tiles, condicionando el beneficio de varias empresas cotizadas o limitando operaciones corporativas y salidas a Bolsa. La p¨¦rdida de confianza de los inversores internacionales ante este tipo de intervencionismo, as¨ª como la aplicaci¨®n de criterios de exclusi¨®n de aquellos que priorizan criterios ASG en sus carteras, est¨¢ teniendo un claro impacto sobre la evoluci¨®n relativa de los ¨ªndices burs¨¢tiles chinos. Estos tambi¨¦n est¨¢n lastrados por las se?ales de ralentizaci¨®n de la econom¨ªa y por la amenaza de sufrir una ¡°recesi¨®n de balance¡±. Desde el punto de vista econ¨®mico y financiero, son muchas las advertencias sobre la incorrecta gesti¨®n para alcanzar el gran sue?o chino.
El New Development Concept (NDC), ideado por Xi Jinping, no parece estar funcionando para dirigir la econom¨ªa en una nueva etapa de menor crecimiento del PIB. Este concepto, que se podr¨ªa resumir como de la cantidad a la calidad, fue acu?ado tras la presentaci¨®n del decimotercer Plan Quinquenal en 2015 y ahora se estar¨ªa implantando, ante la constataci¨®n de los problemas de crecimiento.
Aqu¨ª es donde encajar¨ªa la expansi¨®n del bloque BRICS que, como hemos comentado, tiene implicaciones geoestrat¨¦gicas y econ¨®micas que van entrelazadas. La ampliaci¨®n del n¨²mero de miembros pretende potenciar el papel de las monedas dom¨¦sticas en el comercio entre sus miembros y con otros pa¨ªses emergentes. Aunque en la cumbre de los BRICS se evit¨® hablar de desdolarizaci¨®n, el hecho es que limitar la dependencia del d¨®lar es un paso necesario para mitigar la influencia de esta moneda. Reconfigurar la composici¨®n del comercio de los BRICS hacia monedas locales no resultar¨ªa sencillo. Los ¨²ltimos datos del FMI reflejan que, en la mayor¨ªa de los pa¨ªses del bloque, el d¨®lar es la divisa de denominaci¨®n de m¨¢s del 80% de las exportaciones y las importaciones, mientras que las monedas locales apenas alcanzan un 15% (salvo en Arabia Saud¨ª, donde las importaciones en SAR superan el 50%, con datos de 2019). Trat¨¢ndose de econom¨ªas abiertas, la exposici¨®n a las fluctuaciones del d¨®lar es, por tanto, un elemento clave en el dise?o de las pol¨ªticas monetarias y cambiarias, as¨ª como en el control de los desequilibrios macroecon¨®micos. De ah¨ª que muchos de estos pa¨ªses utilicen la divisa americana como ancla cambiaria.
El renminbi, el mejor candidato dado el volumen mayoritario del comercio bilateral de China, todav¨ªa carece de una confianza consolidada de los inversores debido a los controles de capital y la escasa transparencia en las pol¨ªticas dom¨¦sticas. A partir de aqu¨ª, caben dos opciones: emitir una nueva moneda de uso com¨²n entre los, ahora 11, miembros de los BRICS o elegir una ya en circulaci¨®n. Dada la enorme heterogeneidad de los BRICS, la primera opci¨®n parece inviable. La segunda opci¨®n, utilizar el renminbi, podr¨ªa ser un paso natural y l¨®gico que, adem¨¢s, encajar¨ªa dentro de la estrategia econ¨®mica para conseguir el ¡°sue?o chino¡±. A cambio, Xi Jinping tendr¨ªa que aceptar la liberalizaci¨®n total de su moneda, abrir sus mercados de capitales y permitir la inversi¨®n extranjera, no solo directa sino en cartera. Aunque s¨ª puede estar desarroll¨¢ndose un ¡°socialismo con caracter¨ªsticas chinas¡±, parece mucho m¨¢s complejo (y tal vez imposible) un ¡°sistema cambiario libre con caracter¨ªsticas chinas¡±.
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