La batalla por el salario m¨ªnimo divide a Italia
El Gobierno de la ultraderechista Meloni da largas a la oposici¨®n, que pide fijar el sueldo base en nueve euros por hora
Italia es uno de los pocos pa¨ªses europeos que no tiene un salario m¨ªnimo interprofesional. Desde hace unos meses, la cuesti¨®n ha vuelto al centro del debate pol¨ªtico, acompa?ada de la necesidad de aumentar los sueldos, estancados desde hace tiempo y asfixiados ahora por la inflaci¨®n. La oposici¨®n est¨¢ presionando al Gobierno de Giorgia Meloni para que fije un salario m¨ªnimo de nueve euros por hora, pero el Ejecutivo se muestra reacio. Ambas partes solo est¨¢n de acuerdo en la descripci¨®n del panorama: los sueldos llevan siendo demasiado bajos mucho tiempo, el poder adquisitivo de los trabajadores es cada vez menor y hay que hacer algo sin demora.
En los ¨²ltimos a?os ha habido infinidad de propuestas de legislaci¨®n sobre el salario m¨ªnimo, pero nunca se ha concretado nada. El desplome de las retribuciones en los ¨²ltimos a?os, la precariedad y los problemas de acceso al trabajo de ciertos segmentos de la poblaci¨®n, como los j¨®venes y las mujeres, han llevado a diversos pol¨ªticos y economistas a pedir cambios o reforzar el sistema actual, que se basa en los convenios colectivos.
El Partido Democr¨¢tico, con Elly Schlein al frente, con el apoyo del Movimiento 5 Estrellas liderado por Giuseppe Conte y otras formaciones de izquierdas, han rescatado la propuesta que qued¨® en el caj¨®n de las cosas pendientes del Gobierno de Mario Draghi. Y han empezado los tr¨¢mites para presentar una propuesta conjunta en el Parlamento, que adem¨¢s de nueve euros brutos m¨ªnimos por hora para todos los asalariados, sugiere una serie de mecanismos para garantizar una compensaci¨®n justa tambi¨¦n a los trabajadores con contratos menos estables y a los aut¨®nomos. Han lanzado, adem¨¢s, una campa?a de recogida de firmas para implicar a los ciudadanos, que, en contra lo que cabr¨ªa esperar, parecen m¨¢s bien desmotivados sobre la cuesti¨®n. Aunque no ha habido grandes movilizaciones que ayuden a entender el sentir popular, algunos sondeos, como los de YouTrend del pasado julio, revelan que tres de cada cuatro italianos, y no solo en el electorado de izquierdas, est¨¢n a favor del salario m¨ªnimo. En un pa¨ªs con una elevada tasa de econom¨ªa sumergida planea tambi¨¦n el temor de que un sueldo m¨ªnimo obligatorio incremente a¨²n m¨¢s este fen¨®meno.
El concepto de ¡°trabajo pobre¡± como eufemismo del trabajo mal pagado se ha impuesto en el debate pol¨ªtico, que tiene que lidiar con cifras complicadas: el 28% de los trabajadores, algo m¨¢s de cuatro millones de personas, reciben un sueldo por debajo de los nueve euros brutos por hora. Adem¨¢s, casi medio mill¨®n de personas, a pesar de tener un trabajo, piden la renta b¨¢sica, porque se encuentran por debajo del umbral de la pobreza.
Meloni y su equipo creen que el salario m¨ªnimo no resolver¨ªa el vasto y complejo problema del trabajo precario en Italia y alegan que podr¨ªa ser incluso contraproducente. Sostienen que las negociaciones colectivas entre los sindicatos y la patronal, que hist¨®ricamente han regulado las condiciones m¨ªnimas de los trabajadores, son m¨¢s convenientes y menos invasivas que un salario m¨ªnimo impuesto por ley. Esta idea est¨¢ muy extendida entre la derecha, tradicionalmente contraria a introducir un umbral m¨ªnimo en los sueldos porque considera que la medida impondr¨ªa a las empresas un aumento de los costes que desincentivar¨ªa las nuevas contrataciones. De momento, Meloni ha encargado un informe al Consejo Nacional para la Econom¨ªa y el Trabajo, y le ha pedido que ejerza como ¨¢rbitro y presente una propuesta para legislar la cuesti¨®n antes del final del a?o. La oposici¨®n acusa al Gobierno de perder tiempo y le reprocha que ¡°siempre hay problemas m¨¢s importantes¡± que abordar.
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