Planeando un verano con hijos: reparando los l¨ªmites que el teletrabajo nos arrebat¨®
La situaci¨®n extrema del confinamiento sin medidas de conciliaci¨®n ha llevado a una relajaci¨®n en las din¨¢micas educativas que ahora toca recomponer
Se fue de las manos. Los ingredientes eran sustanciosos: una madre y un padre encerrados en casa con sus criaturas, teletrabajando, haciendo de limpiadores, cocineros y maestros. Sin tiempo para broncas. Hijas e hijos quemados y atrapados m¨¢s demandantes que nunca y que aprovechaban la oportunidad... La entrop¨ªa educativa se adue?¨® de las din¨¢micas familiares en muchos hogares espa?oles. Es una de las principales consecuencias del confinamiento y el teletrabajo forzoso. Y tambi¨¦n va desfilando por las consultas de los psic¨®logos y los psiquiatras.
¡°Cada d¨ªa nos llegan m¨¢s casos conductu...
Se fue de las manos. Los ingredientes eran sustanciosos: una madre y un padre encerrados en casa con sus criaturas, teletrabajando, haciendo de limpiadores, cocineros y maestros. Sin tiempo para broncas. Hijas e hijos quemados y atrapados m¨¢s demandantes que nunca y que aprovechaban la oportunidad... La entrop¨ªa educativa se adue?¨® de las din¨¢micas familiares en muchos hogares espa?oles. Es una de las principales consecuencias del confinamiento y el teletrabajo forzoso. Y tambi¨¦n va desfilando por las consultas de los psic¨®logos y los psiquiatras.
¡°Cada d¨ªa nos llegan m¨¢s casos conductuales que tienen que ver con lo educativo. Ni?os tiranos que, si no les das lo que quieren, no saben estar en este mundo. Veo cada d¨ªa padres esclavos de sus hijos que ahora tienen menos l¨ªmites que nunca. Educaci¨®n es amor, pero tambi¨¦n l¨ªmites, y bastantes¡±. Mar¨ªa D¨ªaz es auxiliar en una consulta de psiquiatr¨ªa infantil y juvenil en Madrid y explica que cada vez m¨¢s familias est¨¢n pasando por la consulta con supuesos problemas de salud mental que resultan ser en muchos casos falta de l¨ªmites.
La buena noticia es que docentes, psic¨®logos y pedagogos creen que es posible reconducir la situaci¨®n.
El profesor de instituto de Barcelona y asesor de familias con problemas de conducta, Francisco Casta?o, cree que a los padres y madres les falta formaci¨®n: ¡°Igual que nos preparan para hacer nuestro trabajo, o en h¨¢bitos saludables, deber¨ªamos formarnos para mejorar la educaci¨®n de nuestros hijos. Y lo notamos ahora, tras esta situaci¨®n tan extrema. Nos hemos dedicado a dar mucho cari?o y se nos han olvidado los l¨ªmites¡±. Acaba de publicar el libro La mejor versi¨®n de tu hijo de Plataforma editorial y en ¨¦l aborda este aspecto.
¡°El confinamiento ha sacado a la luz todos los fantasmas naturales: est¨¢bamos desbordados, abandonados, hemos perdido los estribos, no ten¨ªamos recursos educativos, preocupados por la salud...¡±, explica Gema Cotallo, educadora infantil y responsable del curso universitario en Educaci¨®n Activa y acompa?amiento respetuoso a la Infancia, de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Y esto ha provocado una distorsi¨®n en las prioridades: ¡°Lo acad¨¦mico y nuestra obsesi¨®n por llegar a compensar las escuelas cerradas nos ha impedido ver lo realmente relevante: cuidar la calidad de nuestras relaciones humanas. Y est¨¢ muy relacionado, porque la educaci¨®n hace hincapi¨¦ en eso precisamente, en las relaciones tanto en la familia como en la escuela¡±, apunta.
1. CTRL+Z : Conoce a tu hijo
El cl¨¢sico comando que permite deshacer las operaciones con el ordenador nos puede servir para empezar en este proceso en el que se puede desandar el camino para recuperar los l¨ªmites perdidos en las rutinas. ¡°Debemos comenzar naturalizando lo ocurrido y conversando con los ni?os y ni?as sobre nuestras dificultades: chicos, chicas, esto ha sido un horror. Ahora vamos a perdonarnos todos, a observarnos y a hacerlo mejor¡±, propone Cotallo.
Cree que es clave incluirles en la soluci¨®n. ¡°Muchas veces se les mantiene al margen, como si no estuvieran viviendo lo mismo que t¨², pero incluso los muy peque?os son conscientes de lo anormal que ha sido todo. Por eso debemos integrarles, escucharles sin interrogarles, entender sus inquietudes sin juicio previo, y hacerles part¨ªcipes de la soluci¨®n, que conlleva poner l¨ªmites. Si ellos se implican, los asumir¨¢n y colaborar¨¢n en la soluci¨®n, porque ellos tambi¨¦n saben que las cosas no est¨¢n funcionando bien¡±, se?ala la educadora. ¡°Necesitan tambi¨¦n confianza en ellos mismos, sentir que creemos en ellos y que por eso les exigimos. Son mucho m¨¢s de lo que les permitimos ser, pero no confiamos en ellos. Vivimos en una sociedad asentada en el miedo; a los adultos nos dan miedo a veces los ni?os, que se frustren, que se enfaden... Hay que eliminar el miedo y partir de la confianza con un marco de normas y l¨ªmites establecido y firme¡±, explica.
Casta?o coincide en que habr¨ªa que sacar la mejor versi¨®n de nuestros hijos. ¡°Es fundamental hablar con ellos y saber de sus inquietudes, sus intereses para entenderles y saber por qu¨¦ reaccionan como lo hacen. Si no le entiendes y est¨¢s perdido, eso genera una rabia y una frustraci¨®n que no te deja pensar con lucidez. Asume tu rol, recuerda el objetivo y mant¨¦n la cabeza fr¨ªa, la paciencia a tope y ponte una sonrisa. No es personal¡±, explica este profesor que cada vez ve en su consulta de apoyo a las familias m¨¢s casos de padres sometidos, porque no supieron poner l¨ªmites desde ni?os. Pero advierte que esta escucha no debe confundirse con rebajar lo que consideramos aceptable: ¡°A veces tratamos de hacer comprender todo a los hijos, les damos muchas explicaciones y negociamos absolutamente todo y eso no puede ser, hay cosas que deben ser innegociables y eso te lo marca el sentido com¨²n¡±, advierte.
Y, para que funcione, hay que conocer al ni?o. ¡°Si sabes que es rebelde, sabes que tendr¨¢s que insistir y recordar la norma 20 veces. Y se lo dir¨¦ 20 veces, con cari?o, hasta que lo asuma porque es las veces que necesita que se lo digas. Y sobre todo asume que tendr¨¢s que dec¨ªrselo firme, sin enfadarte. Porque educar es inculcar h¨¢bitos y a cada persona le cuesta un tiempo asimilarlos. Pero una vez inculcado, es como conducir, lo hacen autom¨¢ticamente¡±, anticipa. ¡°Mi hijo mayor es autista, y s¨¦ que con ¨¦l necesitar¨¦ recordarle inamovible la norma hasta 100 veces para que lo cumpla. Como ya lo s¨¦, me armo de paciencia cada vez que emprendo la aventura de implantar un l¨ªmite ?cu¨¢ntas veces necesita tu hijo?¡±, concluye.
2. Elimina la culpa
¡°Hemos hecho lo que hemos podido en unas circunstancias poco favorables. Ya est¨¢ bien de encima sentirnos culpables por todo: porque le dices que no, porque le compras un bollo que le engorda, porque le dejas m¨¢s rato con la tableta... La culpabilidad nos hace muy dif¨ªcil educar porque implica dejarse arrastrar por las emociones, cuando lo que hay que hacer es educar con sentido com¨²n, con la cabeza fr¨ªa¡±, aconseja Francisco Casta?o. Y lo apuntala: ¡°Los padres hacemos lo que creemos que es mejor para nuestros hijos¡±.
Cuenta que ha llegado a asesorar familias que condicionan las din¨¢micas familiares en funci¨®n de la hora que el hijo se conecta: ¡°No salen a cenar juntos porque el ni?os tiene que conectarse con la consola, o con hijos que se acuestan a las seis de la ma?ana porque han estado jugando a la Play y eso debe atajarse ya¡±, explica. ¡°Lo hacen para evitar conflictos, porque los padres se sienten culpables por estar pocas horas con sus hijos o porque creen que as¨ª les compensan, pero es una din¨¢mica muy t¨®xica. Los padres han perdido su rol y no pueden con ellos, como una madre que me dec¨ªa que cuando iba a despertar a su hija, le temblaban las piernas¡±, asegura.
3. Sin miedo al l¨ªmite: el mundo no es Walt Disney, es ¡®Walking Dead'
Francisco Casta?o explica que hay que quitarse el miedo a los l¨ªmites porque en el fondo est¨¢s invirtiendo en que tu hijo sea m¨¢s feliz a largo plazo. ¡°Los l¨ªmites le dan seguridad sabe por d¨®nde debe ir, le sirven para sentirse seguro, disminuyen la impulsividad y aumentan la autoestima, as¨ª que no les temamos¡±, dice este profesor. En el caso de los m¨¢s peque?os, para Gema Cotallo, ante una buena rabieta, la mejor respuesta es una buena barrera. ¡°Ellos tratan de afirmarse as¨ª, de medir d¨®nde est¨¢ el muro, y nuestro mejor regalo es ponerles esa barrera que est¨¢n buscando y necesitan para descubrirse y descubrir el mundo¡±, apunta. ¡°Imag¨ªnate que tu casa tiene paredes flexibles, que se estiran y no sabes d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite, c¨®mo salir, donde est¨¢ la puerta, donde empiezan las habitaciones, d¨®nde dormir... eso genera neurosis, todas las personas necesitamos un marco de referencia para movernos, unas normas a las que acogernos y a los padres nos toca ser ese muro afectivo firme y seguro. Quiz¨¢s hoy llore y se frustre varias veces, pero qui¨¦n mejor que su padre o su madre puede hacerle de muro. Sino, el muro lo encontrar¨¢ fuera y seguro que no es tan afectivo. Somos los padres los que podemos poner el l¨ªmite con verdadero amor¡±, se?ala la educadora.
Pero de la teor¨ªa a la pr¨¢ctica hay un camino por recorrer. ¡°A veces, como en el confinamiento, tenemos poco tiempo, poca paciencia, y poner l¨ªmites nos genera problemas o discusiones. As¨ª que optamos por ceder, y creamos una din¨¢mica en la que acabamos sobreprotegi¨¦ndolos. Y es terrible, porque educamos a los hijos con una referencia irreal del mundo, los educamos como si vivi¨¦ramos en el universo de Walt Disney cuando la vida es m¨¢s bien Walking Dead¡±. Y por eso es clave que las familias aprendan a hacer que su hijo cumpla lo que no quiere cumplir, pero por las buenas.
Cuenta como ejemplo algunas consultas recibidas en sus sesiones, en las que ha notado que, tras el confinamiento, llegan familias con hijos m¨¢s peque?os: si antes eran adolescentes, ahora son ni?os desde los 5 a?os. ¡°Esa permisividad y flexibilidad excesiva lleva a los hijos a creer que viven en una realidad paralela¡±, apunta Casta?o. Y relata dos ejemplos: ¡°Una ni?a de 14 a?os que le lleg¨® a pedir a su padre que le ayudara a falsificar la fecha del DNI para irse a una discoteca con un chico de 18, o en familias con los padres en paro, que lo est¨¢n pasando econ¨®micamente mal, y le piden al padre dinero para irse a Ibiza cinco d¨ªas...Y, cuando les dicen que no, el hijo se enfada dici¨¦ndoles que para qu¨¦ lo trajeron al mundo. Esto ocurre cuando no le has puesto freno nunca¡±.
4. Pon el c¨®digo sancionador y s¨¦ firme pero con afecto
La primera norma para triunfar con los l¨ªmites es informar con firmeza a tu hijo de la nueva din¨¢mica, escucharle en el proceso, pero que est¨¦ claro el papel de cada uno. Sonrientes y amorosos, pero firmes. Debe estar claro el l¨ªmite y la consecuencia y ser inflexibles siempre en su aplicaci¨®n a pesar de la bronca o rabieta. ¡°Las consecuencias deben estar claras en las normas, y ellos deben asumir que, si se saltan las normas, tendr¨¢n una consecuencia¡±, apunta Casta?o. ¡°Si el marco est¨¢ claro, y tu hija sabe que si llega tarde por la noche, la consecuencia es que al d¨ªa siguiente no sale, ella debe medir si le merece la pena llegar tarde, porque sabe la consecuencia. Tratar¨¢ de col¨¢rtela, pero cuando lleg¨® tarde sab¨ªa que hab¨ªa una consecuencia que debe ser cumplida siempre; esto es tambi¨¦n ense?arles a asumir sus responsabilidades¡±, explica el profesor.
Otra clave es no enfadarse. Casta?o dice que un error cl¨¢sico es que los padres se enfaden al primer incumplimiento: ¡°Si lo miras desde fuera, es curioso porque lo habitual es que intenten no cumplir, por si cuela... Por eso no tiene sentido enfadarse ni gritar, es mejor anticiparse y mirarlo sereno. Si te enfadas, est¨¢s perdido, porque no act¨²as de un modo racional. El especialista en medicina del estr¨¦s Daniel L¨®pez Rosetti lo describe: ¡®No somos seres racionales, sino seres emocionales que razonan, as¨ª que tratemos de razonar al m¨¢ximo¡±, apunta el docente.
¡°Si el ni?o de cinco a?os se levanta y dice que no hace la tarea o no desayuna hasta que vea la tele y se relaje y los padres aceptan, est¨¢n perdidos. Porque nunca tiene suficiente y, cuando tratan de que se ponga con los deberes, monta la marimorena y listo. En ese caso hay que darle la vuelta: no podr¨¢s ver la tele hasta que hayas terminado tus obligaciones. El primer d¨ªa habr¨¢ jaleo, pero si somos firmes y recordamos las normas escritas previamente, el segundo las cosas ir¨¢n mejor¡±, apunta Casta?o. ¡°Nos ocurri¨® con un ni?o que no quer¨ªa llevar gafas. As¨ª que cada par que le compraban, rayaba los cristales a prop¨®sito para no pon¨¦rselas. Lo solucionamos el d¨ªa que el tercer par de gafas lo pag¨® de su propina¡±.
5. No, la vida no fluye sin m¨¢s: acepta el conflicto como parte del aprendizaje
La responsable del curso de Educaci¨®n Activa de la Universidad Rey Juan Carlos explica que, si se acepta desde le principio que en este proceso habr¨¢ conflicto, las posibilidades de ¨¦xito son mayores: ¡°Aceptar que habr¨¢ conflicto y oposici¨®n como parte del proceso nos ayudar¨¢. Nuestra hija o nuestro hijo dir¨¢n que no, probar¨¢n, buscar¨¢n el hueco, y nosotros nos mantendremos firmes y amorosos. Pero no es no. Un no firme, claro y amoroso¡±, dice Cotallo.
Uno de los errores m¨¢s habituales es que nos acaben chantajeando. ¡°Pero eso ocurre porque vamos con una predisposici¨®n; tenemos miedo, vamos pensando: ¡®Jo, qu¨¦ mal lo he hecho¡¯. Pero el conflicto es parte de la vida y del aprendizaje y no debemos temerlo. Vivimos en una sociedad donde todo debe aparentar ser fluido, y no es as¨ª. Nuestros hijos se opondr¨¢n y nosotros les diremos que lo entendemos, que sabemos que para ellos es dif¨ªcil, y que no les gusta que nos opongamos a sus deseos, pero nos mantendremos firmes. Entonces vendr¨¢ su frustraci¨®n y su reacci¨®n. Pero la aceptaremos como parte del proceso de crecer. Para ayudarles, nosotros nos debemos mantener firmes¡±, afirma la educadora.
Para dar ese paso y tener esa seguridad, Cotallo cree que hay que perder el miedo: ¡°Hemos pasado de una educaci¨®n muy violenta y dirigida, de la que no queremos repetir el modelo, al otro extremo, y eso se acaba convirtiendo en que el ni?o ejerce su tiran¨ªa. No hay que tener miedo al no, a que haya una crisis, un conflicto. Y, l¨®gicamente, para conocer sus l¨ªmites los ni?os prueban a ver donde est¨¢n¡±.
Casta?o cree que la situaci¨®n estar¨¢ controlada cuando no te afecten o se superen las cuatro maneras que tienen los hijos de salirse con la suya. Explica que su primera estrategia es despreciar la sanci¨®n: ¡°Por ejemplo, le dices que se queda sin m¨®vil y te dice que le da igual. Ante eso, el adulto debe decirle: ¡®A m¨ª tambi¨¦n me da igual¡±. La segunda jugada del hijo suele ser ponerse en modo zoco: suele negociar, regatear y tirar de chantaje emocional. ¡°Es habitual que te digan que les dejes un poquito m¨¢s, que todos lo hacen... Y, ante eso, hay que mantenerse firme y recordarle la norma-consecuencia. Debe ser responsable y saber cu¨¢l ser¨¢ la consecuencia si decide saltarse la norma¡±, apunta Casta?o. El tercer recurso del hijo es enfadarse. ¡°Y, ante eso, hay que aceptar el conflicto con cari?o y serenidad¡±, insiste el profesor abundando en la idea de Cotello. Y la ¨²ltima estrategia del adolescente suele ser, si no consigue lo que quiere, tratar de fastidiar al educador. ¡°La clave es que al adulto no le arrastre en eso, mantenerse racional y actuar con la cabeza fr¨ªa recordando el marco establecido con sus consecuencias. Si tienes estos pasos dominados, tendr¨¢s controlada la situaci¨®n¡±, concluye Casta?o.
6. La naturaleza y sus iguales son tus aliados: les imponen l¨ªmites
Para Gema Cotallo, un aliado en el proceso de los l¨ªmites debe ser la naturaleza y el encuentro con sus iguales, sobre todo, cuando se trata de los ni?os m¨¢s peque?os. ¡°El juego espont¨¢neo es el motor del aprendizaje y, cuando se encuentran con otros, su impulso vital choca con el de los otros y eso les va ayudando a medir y asumir l¨ªmites. La propia naturaleza se los pone, no podr¨¢n subirse a un ¨¢rbol si es demasiado alto, por ejemplo, y lo asumen. Los ni?os y ni?as se miden y se construyen por encuentro con el otro, por empat¨ªa, por oposici¨®n, y debe ser un encuentro f¨ªsico. Durante el confinamiento los que han tenido hermanos se habr¨¢n visto obligados a negociar ciertos l¨ªmites, pero los que han estado solos necesitan recuperar el juego con sus iguales y gestionarlo con autonom¨ªa y libertad para encontrar su sitio de la mano de los otros ni?os...¡±, explica Cotallo.
¡°Los ni?os y adolescentes tienen que ir construyendo su propia noci¨®n de l¨ªmites psicol¨®gicos, emocionales y corporales y en esta construcci¨®n son fundamentales tus iguales y tus padres y educadores como ejemplo y figuras de referencia¡±, resume la especialista¡±.
7. Ac¨¦ptate, t¨² no eres un/a Youtuber pluscuamperfecto/a: son pura ficci¨®n
Para ambos educadores, las madres y padres tambi¨¦n tienen que cuidarse afectivamente y dejarse de mirar en espejos distorsionados. ¡°En este modelo de sociedad de youtubers pluscuamplerfectas, lo queremos tener todo controlado con mandos a distancia, y los ni?os no son eso, ni nosotros tampoco¡±, apunta Gema Cotello. Y cree que ayudan los mensajes positivos y debemos decirnos: ¡°No hay ninguna madre como yo, esta es mi vida y mi manera de ser madre, de ser mujer y de ser educadora. Esta situaci¨®n nos ha llevado al l¨ªmite, pero tambi¨¦n nos ha mostrado lo bueno, lo malo y lo que hay que perfeccionar para seguir mejorando. Debemos quedarnos con eso para empezar de nuevo¡±, concluye Cotallo.
RECUPERAR LA INFANCIA EN EL VERANO DE LA COVID
En esta serie de reportajes, pedagogos, psic¨®logos y educadores ofrecen orientaciones para aprovechar y disfrutar unas vacaciones con ni?os. Consulta la segunda entrega: ?Desenchufa al ni?o! La desconexi¨®n digital en cinco pasos.
Si quieres leer otros reportajes de la serie Planeando un verano con hijos: ¡°Dejad a los ni?os en paz¡±; ¡°Desenchufa al ni?o en 5 pasos¡±; " Hab¨ªa una vez 5 peque?os lectores¡±
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