Democracia y educaci¨®n: en el centro de las transiciones en Iberoam¨¦rica
Se plantean enormes desaf¨ªos para la zona en un momento en el que las democracias evidencian cierta fatiga fruto de la crisis econ¨®mica, institucional y, en algunos pa¨ªses, pol¨ªtica
Argentina est¨¢ conmemorando 40 a?os de democracia. Chile, inmersa en su segundo proceso constitucional, celebra tambi¨¦n la democracia, recordando el golpe militar de hace 50 a?os. En los pr¨®ximos a?os, lo har¨¢n El Salvador, Brasil, Uruguay y Guatemala. Un camino recorrido no hace mucho por Portugal, Espa?a y Ecuador, entre otros. Durante estos 50 a?os en Iberoam¨¦rica la tradicional dicotom¨ªa dictadura-democracia ha dado paso a un debate centrado en la calidad de esta ¨²ltima, en el funcionamiento de las instituciones, su rendimiento y su capacidad de hacer realidad la promesa del desarrollo eco...
Argentina est¨¢ conmemorando 40 a?os de democracia. Chile, inmersa en su segundo proceso constitucional, celebra tambi¨¦n la democracia, recordando el golpe militar de hace 50 a?os. En los pr¨®ximos a?os, lo har¨¢n El Salvador, Brasil, Uruguay y Guatemala. Un camino recorrido no hace mucho por Portugal, Espa?a y Ecuador, entre otros. Durante estos 50 a?os en Iberoam¨¦rica la tradicional dicotom¨ªa dictadura-democracia ha dado paso a un debate centrado en la calidad de esta ¨²ltima, en el funcionamiento de las instituciones, su rendimiento y su capacidad de hacer realidad la promesa del desarrollo econ¨®mico y social. El sujeto pol¨ªtico del debate ya no son las dictaduras, sino la democracia.
Una consolidaci¨®n democr¨¢tica a la que no es ajena la universalizaci¨®n de la educaci¨®n. La existencia de dictaduras se produc¨ªa en sociedades con altas tasas de analfabetismo, limitado acceso a la educaci¨®n en todos sus niveles y con sistemas educativos que solo aseguraban inequidad, falta de calidad y exclusi¨®n. Una realidad que hoy ha cambiado, no tanto como quisi¨¦ramos, pero que es manifiestamente mejor: el analfabetismo ya es solo un factor residual, la cobertura en educaci¨®n b¨¢sica se ha universalizado y, entre otros aspectos m¨¢s, somos la regi¨®n del mundo con mayor crecimiento de la matr¨ªcula en educaci¨®n superior.
Este escenario de continuidad democr¨¢tica, ya normalizado, es in¨¦dito; como tambi¨¦n lo son los desaf¨ªos a los que se enfrenta hoy la regi¨®n. Iberoam¨¦rica no escapa a los grandes acontecimientos y a las profundas transformaciones que se est¨¢n llevando a cabo a nivel mundial. La pandemia de la covid 19 tuvo un gran impacto en la regi¨®n, del que a¨²n no se ha recuperado; la contracci¨®n econ¨®mica del PIB supuso la mayor ca¨ªda anual en los 100 a?os de registros estad¨ªsticos de la regi¨®n, como informa la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (CEPAL, 2021), lo que se tradujo en un alarmante incremento de la poblaci¨®n en situaci¨®n de pobreza y de pobreza extrema; entre 2019 y 2021, son casi 290 millones de personas las que est¨¢n en una u otra de estas situaciones. El impacto social fue diferenciado entre los distintos grupos poblacionales: las mujeres y los ni?os, ni?as y j¨®venes m¨¢s vulnerables se vieron particularmente golpeados, particularmente, en t¨¦rminos de acceso a la educaci¨®n.
Asimismo, la invasi¨®n rusa a Ucrania ha complicado un escenario, ya de por s¨ª complejo, debido al golpe que ha supuesto, sobre todo indirecto, en las econom¨ªas de la regi¨®n: la inestabilidad financiera, el incremento de la presi¨®n inflacionaria o la gran dependencia de algunos pa¨ªses de ciertos productos rusos, como los cereales o los fertilizantes, son algunos ejemplos.
En el proceso de transici¨®n energ¨¦tica, Am¨¦rica Latina tiene una irrefutable importancia geoestrat¨¦gica
Todos estos acontecimientos se enmarcan en un contexto de transformaci¨®n derivado de la revoluci¨®n digital en marcha que avanza a un ritmo vertiginoso y de la inaplazable y urgente transici¨®n ecol¨®gica/energ¨¦tica de nuestras econom¨ªas. Este escenario plantea enormes desaf¨ªos para Iberoam¨¦rica en un momento en el que las democracias evidencian cierta fatiga fruto de la crisis econ¨®mica, institucional y, en algunos pa¨ªses, pol¨ªtica. Ahora bien, desde la OEI creemos que existen elementos que permiten vislumbrar oportunidades en el medio y largo plazo.
En el proceso de transici¨®n energ¨¦tica, Am¨¦rica Latina tiene una irrefutable importancia geoestrat¨¦gica dada su gran concentraci¨®n de recursos (solo tres pa¨ªses ¨DArgentina, Bolivia y Chile¨D concentran el 56% de los recursos de litio a nivel mundial y se estima que la regi¨®n tiene la capacidad de producir alrededor del 12% del hidr¨®geno renovable que ser¨¢ requerido para 2050). A lo que hay que sumar el desarrollo de las energ¨ªas renovables, cuya producci¨®n se ha incrementado en un 50% entre 2008 y 2019.
Por su parte, la digitalizaci¨®n ofrece oportunidades para asegurar un desarrollo sostenible en Iberoam¨¦rica. Si bien es cierto que existen grandes brechas que corregir en este campo, los gobiernos est¨¢n priorizando este tema y a d¨ªa de hoy gran parte de la regi¨®n cuenta con agendas digitales en fase de implementaci¨®n o de actualizaci¨®n, avanzando en este ¨²ltimo caso hacia el dise?o de agendas sectoriales en ¨¢reas productivas estrat¨¦gicas como las manufacturas y la agricultura.
Pero estas dos transiciones, la ecol¨®gica y la digital, deben sustentarse y deben estar acompa?adas de la transici¨®n justa, que no es una tercera transici¨®n, sino el epicentro del desarrollo sostenible. Sin esta ¨²ltima, las probabilidades de que las oportunidades se conviertan amenazas, sobre todo en regiones con grandes retos sociales, crecen exponencialmente.
La transici¨®n justa hace referencia a la maximizaci¨®n de los beneficios y a la minimizaci¨®n de los impactos negativos (econ¨®micos y sociales) del proceso de cambio en el que estamos insertos. No se trata ¨²nicamente de pol¨ªticas compensatorias; por el contrario, posee un fuerte componente propositivo e integrador de sectores y de grupos a los que se consideran agentes de primer orden. Reforzar el componente social del cambio es fundamental para revigorizar nuestras democracias.
Defendemos que la educaci¨®n, m¨¢s y mejor para todos y todas, es el motor que har¨¢ posibles estas tres transiciones y que facilitar¨¢ procesos de integraci¨®n que aporten fortalezas a la regi¨®n frente a una econom¨ªa y desarrollo global, un potencial de cambio y cohesi¨®n que ya demostr¨® con las transiciones democr¨¢ticas que vivimos en los ¨²ltimos decenios.
Miramos hacia la pr¨®xima Cumbre Uni¨®n Europea¨CAm¨¦rica Latina y Caribe (UE CELAC) que tendr¨¢ lugar a mediados de julio no como un punto de llegada, sino un punto de partida, contagiados por el buen ¨¢nimo de ambas regiones para caminar hacia un nuevo marco de relaciones, en el que la promoci¨®n de la democracia, el estado de derecho y los derechos humanos, incluyendo los derechos sociales, econ¨®micos y culturales, la no discriminaci¨®n y la agenda de la igualdad de g¨¦nero, sean protagonistas.
Desde la OEI estamos contribuyendo a definir una nueva agenda com¨²n entre Iberoam¨¦rica y la Uni¨®n Europea, en la que la educaci¨®n, la ciencia y la cultura sean motores de un cambio inclusivo y que, al igual que ocurri¨® con la consolidaci¨®n de las democracias, contribuyan a hacer posibles las nuevas transiciones: verde, justa y digital y que favorezcan procesos de integraci¨®n que fortalezcan a la regi¨®n frente a una econom¨ªa global.
Puedes seguir EL PA?S EDUCACI?N en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.