Siete a?os m¨¢s tarde, sigo sin trabajo
Estoy "en tierra de nadie", desactualizada, sin experiencia efectiva que cuente a efectos de cotizaci¨®n, colgada. Lo ¨²nico que tengo son mis ganas de trabajar
Tengo 30 a?os reci¨¦n cumplidos. Termin¨¦ mi licenciatura en Filolog¨ªa Inglesa en 2003. Siete a?os m¨¢s tarde, sigo sin trabajo y con un panorama mucho m¨¢s negro que cualquier joven mileurista (?ojal¨¢ yo lo fuera!). Mi elecci¨®n de carrera fue claramente vocacional. Por aquel entonces, se nos vend¨ªa la moto de que "las letras" tambi¨¦n ten¨ªan salida, y yo fu¨ª una m¨¢s de las que piqu¨¦.
Me animaba el pensar que cuando terminara mis estudios se abrir¨ªa un amplio panorama ante m¨ª. A fin de cuentas, "Ingl¨¦s" no era como las dem¨¢s... Cinco a?os m¨¢s tarde me d¨ª cuenta de lo equivocada que estaba, pero ya era demasiado tarde. Bueno, a fin de cuentas, ten¨ªa mi carrera. Otros muchos no pod¨ªan decir lo mismo... Decid¨ª lanzarme a buscar trabajo. Tard¨¦ en encontrarlo dos largos a?os. Tres meses en una inmobiliaria como comercial.
En realidad no creo que la due?a del negocio tuviera mucho inter¨¦s en m¨ª, ni en ense?arme "el oficio", simplemente, por lo que me iba a pagar, le conven¨ªa tener a alguien que le permitiera irse de vacaciones.
No hizo falta que me despidieran, me desped¨ª yo misma... Quince d¨ªas antes de abandonar el negocio, recib¨ª otra oferta para trabajar como directora de una academia. Mi misi¨®n consistir¨ªa en hacer el trabajo de 10 personas y recibir el sueldo de una, pero por aquel entonces acced¨ª encantada. Daba clases a grupos de todas las edades, atend¨ªa al cliente, limpiaba el local, realizaba los cobros... Un lujo para cualquier contratado, sin seguridad social y por unos 400 euros al mes.
Pero sucedi¨® algo que cambiar¨ªa mi vida para siempre: me qued¨¦ embarazada de mi primer hijo. Comenc¨¦ a preparar oposiciones mientras tanto y segu¨ª estudiando y esperando que saliera algo interesante. Por supuesto, mis circunstancias personales ya no me permit¨ªan elegir cualquier tipo de trabajo, pero el trabajo de mi pareja era estable, as¨ª que no notaba m¨¢s presi¨®n que la que yo misma me impon¨ªa. A fin de cuentas, "algo saldr¨ªa".
Pasaron los meses y los a?os y el trabajo comenz¨® a ir cada vez peor. La empresa familiar de mi marido se fue a pique y su trabajo como aut¨®nomo del sector de la construcci¨®n tambi¨¦n. Tuve a mi segundo hijo cuando ya se hablaba ampliamente de la crisis pero todav¨ªa se hablaba de "los brotes verdes" que empezaban a asomar en el horizonte y se nos invitaba a gastar para que as¨ª sali¨¦ramos a flote.
En este tiempo me he presentado tres veces a oposiciones. Soy una interina m¨¢s de la lista. Hace dos a?os me encontraba la 400. Ahora estoy la 600 y pico y pinta muy mal para las siguientes.
Esta ma?ana he vuelto a visitar el INEM para inscribirme otra vez como "parada oficial". Ya se ha convertido en un ritual... All¨ª me he encontrado con otras 200 personas m¨¢s. Gente de todos las edades, j¨®venes, mayores, hombres, mujeres... que s¨®lo buscan una oportunidad como yo.
No he podido estudiar dos m¨¢ster, porque mi prioridad ha pasado a ser mis hijos y las circunstancias tampoco acompa?aban. Tengo mi carrera, esa que me iba a llevar a comerme el mundo y que ahora mismo equivale a nada. Tengo mi t¨ªtulo de ingl¨¦s superior por la Universidad de Cambridge, mis cursos de formaci¨®n complementaria (uno detr¨¢s de otro) y no puedo aspirar a absolutamente nada. No estoy tan sobrecualificada como muchos de mis compa?eros de generaci¨®n, sencillamente porque me he dedicado a mi vida personal, pero ahora que intento volver a reincoporarme al trabajo de una manera m¨¢s efectiva, sabiendo que mis hijos no me necesitan tanto, veo que mi curr¨ªculum no cuenta.
Digamos que no puedo ni ser profesora de Universidad ni cajera del D¨ªa. Estoy "en tierra de nadie", desactualizada, sin experiencia efectiva que cuente a efectos de cotizaci¨®n, colgada... Lo ¨²nico que tengo son mis hijos y mis ganas de trabajar. Pero creo que en la coyuntura actual, a poca gente le importa eso. Y as¨ª, con 30 a?os, me siento como si fuera una jubilada que ve pasar su vida, un d¨ªa tras otro.
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