Lo siento, mam¨¢
Querida madre, t¨² que me lo has dado todo, que has cre¨ªdo que teniendo una buena formaci¨®n me llover¨ªan ofertas (incluso desde La Moncloa), pues resulta que ahora mismo no puedo salir a la calle sin que me des dinero para el metrob¨²s
"Con lo bien amueblada que tienes esa cabecita, vas a llegar muy lejos, ya lo ver¨¢s..." Esto me lo dec¨ªa una profesora cuando ten¨ªa 15 a?os. Me lo dec¨ªa por ser buena alumna y porque de verdad pensaba que con eso se pod¨ªa llegar lejos. Yo me lo cre¨ª. Diez a?os m¨¢s tarde, la sorpresa: una licenciatura en Derecho, un Posgrado en Derecho Europeo, dos idiomas, experiencias en el extranjero, pr¨¢cticas y... Nada.
Se podr¨ªa decir que estoy atravesando una etapa dif¨ªcil y que no soy la ¨²nica, "mal de muchos, consuelo de tontos". Y, a pesar de que cada d¨ªa me siento m¨¢s tonta, con la autoestima cada vez m¨¢s baja (esta ma?ana me han vuelto a rechazar de una oferta) porque no me llaman para entrevistas, porque de las pocas que me han llamado no me han cogido al final o porque empiezo a plantearme quitar cosas de mi curr¨ªculum porque "igual tienes demasiado buen CV y por eso no te llaman", pues de verdad que se me cae el alma a los pies. Y como el hombre tiende a buscar al culpable de sus desgracias, pues yo busco al m¨ªo... Y al de todos los j¨®venes que est¨¢n como yo. Somos la generaci¨®n de los perdidos. Todo hab¨ªa sido tan f¨¢cil hasta ahora que pens¨¢bamos que as¨ª iba a ser para siempre: estudios, trabajo y, con ¨¦l, la ansiada emancipaci¨®n del nido paterno... Pues no ha sido as¨ª. ?En qu¨¦ momento se ha ido todo al traste?
Suelo decir a mi madre (medio en broma, medio en serio) que cada vez soy m¨¢s carne de grupo antisistema, que la rabia y la frustraci¨®n que tengo ha de salir tarde o temprano o, de lo contrario, voy a estallar. No me gusta decirle ese tipo de cosas a mi madre, esta mujer que siempre me ha visto como posible candidata a la presidencia del Gobierno..."M¨ªrame a los ojos y dime que no puedes", me sol¨ªa decir cuando inici¨¦ mis estudios de Derecho. Pues bien querida madre, t¨² que me lo has dado todo, que de verdad has cre¨ªdo que teniendo una buena formaci¨®n me llover¨ªan ofertas (incluso desde La Moncloa), pues resulta que ahora mismo no puedo salir a la calle sin que me des dinero para comprar el metrob¨²s. Triste realidad.
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