?Qu¨¦ dir¨ªa tu nevera?
El proyecto fotogr¨¢fico 'You are what you eat' del estadounidense Mark Menjivar se sirve de una galer¨ªa de im¨¢genes de frigor¨ªficos para contar las historias de sus propietarios
En la primera balda hay pan de pita y algo que parece carne en bandejas de poliespan. En la segunda, una bolsa de cubos de hielo. Hasta aqu¨ª, todo normal, trat¨¢ndose de una nevera. Menos com¨²n es que el fr¨ªo de la tercera estanter¨ªa custodie a un inquilino insospechado: una serpiente. "Fue la experiencia m¨¢s asombrosa de todo el proyecto", recuerda por tel¨¦fono Mark Menjivar. Se refiere a You are what you eat, como bautiz¨® a los tres a?os que se pas¨® fotografiando 70 neveras por 23 ciudades de Estados Unidos.
"El objetivo era una galer¨ªa de retratos de personas a trav¨¦s de sus frigor¨ªficos", aclara Menjivar. Tequilas, naranjas, aceitunas y lechugas se convert¨ªan en indicios sobre la historia de cada sujeto. La due?a de la serpiente, por ejemplo, era una cocinera de Marathon, en Texas, que se hab¨ªa encontrado al animal atropellado por la carretera en medio del desierto y se lo hab¨ªa llevado a su casa. "Tengo una sorpresa para ti", cuenta Menjivar que le hab¨ªa avisado la mujer. Fue en una de las decenas de conversaciones que el fot¨®grafo manten¨ªa antes de ir a casa de su interlocutor para inmortalizar su frigor¨ªfico.
Para sus heladas historias, Menjivar ten¨ªa que conocer a sus v¨ªctimas. Un problema que no tuvo con un tercio de los participantes, "amigos y colegas", seg¨²n explica. Todos los dem¨¢s, en cambio, eran transe¨²ntes que sin saberlo acaban de ser escogidos por la mirada curiosa de Menjivar. "Caminaba por la calle observando a la gente. Escog¨ªa bas¨¢ndome en el aspecto, en algo que dec¨ªan y que me llamara la atenci¨®n", relata el fot¨®grafo. O en la falta de alternativas, como ocurri¨® con el ¨²nico hombre que Menjivar se encontr¨® paseando por la min¨²scula ciudad de Alpine.
Una vez abordado su modelo, Menjivar le explicaba las ¨²nicas dos reglas del proyecto. "Ten¨ªan que dedicarme al menos dos o tres horas", resume la primera norma el creador. Y la nevera deb¨ªa salir tal y como estaba, sin que su due?o pudiera mover nada, serpientes y dem¨¢s rarezas incluidas. Cuantas m¨¢s fotos hac¨ªa y m¨¢s personas conoc¨ªa, Menjivar vio hundirse los prejuicios con los que hab¨ªa empezado su viaje. Descubri¨® que bajo cero no hab¨ªa axiomas y que entre botes y cervezas, 2+2 no tiene porqu¨¦ sumar 4. "Un joven vestido muy a la moda pod¨ªa tener el frigor¨ªfico lleno solo de verduras. Es decir, que no hab¨ªa constantes ni reglas infalibles", asegura el creador.
Ricos y pobres, afroamericanos y latinos, republicanos y dem¨®cratas. Las neveras de Menjivar guardan una imagen realista de Estados Unidos. "Sale gente que tiene una villa en Park Avenue en Nueva York y otros que malviven con 400 d¨®lares (menos de 280 euros) al mes", detalla el estadounidense. Tambi¨¦n hubo sitio para las 15 cajas de comida que un exsoldado de las SS de Adolf Hitler conservaba repartidas por su hogar. "Lo encontr¨¦ en un banco de comida y me cont¨® que le capturaron al terminar la Segunda Guerra Mundial y que estuvo a punto de morir de hambre. Desde entonces se prometi¨® que jam¨¢s la padecer¨ªa", cuenta Menjivar.
La decisi¨®n del soldado encierra una de las tres ense?anzas que el artista aprendi¨® a fuerza de abrir neveras: "Cuando ves los frigor¨ªficos de los dem¨¢s es inevitable pensar en el tuyo y en c¨®mo comes tu. Espero que todo esto sirva para cuidarnos m¨¢s y preocuparnos por lo que comemos. En EE UU hay una tasa de obesidad alt¨ªsima". As¨ª, siempre que Menjivar expone You are what you eat (lo ha hecho en 13 ciudades de EE UU) invita a alguna ONG que lucha contra el hambre para sensibilizar a los visitantes. "Si preguntas a la gente de d¨®nde sale el tomate que est¨¢ en su mesa, muchos piensan en el mercado. Nos olvidamos de la tierra, del verdadero origen", defiende el fot¨®grafo.
Los vegetales de su mesa en cambio nacen a pocos metros del sal¨®n. Y es que, tras su recorrido, ahora Menjivar tiene una huerta en su jard¨ªn y solo compra leche en las granjas. "Me fijo m¨¢s en lo que como, mi nevera est¨¢ llena de fruta", asegura. ?Pero qu¨¦ m¨¢s dice su frigor¨ªfico de ¨¦l? "La verdad es que no est¨¢ tan limpio como deber¨ªa...".
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