P¨®lvora

La creciente rebeld¨ªa que est¨¢n acumulando con raz¨®n los estudiantes de la Ense?anza P¨²blica en Valencia constituye una carga muy sensible que puede estallarle en las manos a una derecha prepotente y sin complejos, que ha tomado el ¨¦xito en las urnas como una patente de corso para hacer lo que le d¨¦ la gana, incluso el no aceptar el derecho de unos chavales a cabrearse. Ser¨ªa suicida no valorar este peligro. La adolescencia es una edad complicada, llena de turbulencias, f¨¢cil de manipular en algunos casos, pero a lo largo de la vida de estos escolares ya no habr¨¢ un tiempo en que su ira sea tan limpia, desinteresada y arrojadiza. Para ellos la injusticia no es una idea abstracta. La sufren cada d¨ªa en los institutos y colegios p¨²blicos degradados, en el deterioro de los barrios donde crecen en general sin otra salida que la de expresar sus neuras con spray en los muros. Esta miseria moral que descubren en su educaci¨®n entra diariamente en colisi¨®n con su idealismo incontaminado, una s¨ªntesis altamente explosiva. Al contrario del movimiento del 15-M, la c¨®lera de estos estudiantes no se deriva de un malestar difuso que puede llenar de pancartas y gritos una plaza para disolverse poco despu¨¦s en el aire. Su rebeld¨ªa ya es un poder que se canaliza y se desarrolla en las aulas y patios de la Ense?anza P¨²blica, un ¨¢mbito cada d¨ªa m¨¢s irrespirable. Hay que conocer Valencia. En esa tierra se dan las fricciones ideol¨®gicas m¨¢s violentas. Se equivoca quien piense que se trata de una sociedad aborregada, conformista y paellera, por el hecho de haberle dado tres mayor¨ªas absolutas a una derecha que se ha movido a sus anchas entre el despilfarro hortera y la corrupci¨®n impune. Debajo de ese conformismo hay mucha p¨®lvora acumulada. En Valencia huele ya a una rep¨²blica de primavera donde los deseos inaprensibles del placer se van a mezclar con el fervor de la savia y de la sangre de unos estudiantes dispuestos a llevar la protesta hasta el final. La crid¨¢ o llamada que este domingo va a realizar la fallera mayor desde la torres de Serranos convocando a la fiesta podr¨ªa unir esta vez dos clases de fuego y de p¨®lvora, la de las tracas y la de la c¨®lera. Ser¨ªa terrible que esta c¨®lera de los estudiantes se convirtiera en otro combustible de las fallas.

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