Bodas de oro en Reims
Francia y Alemania festejan sus 50 a?os de amistad en una ceremonia que denota cierta evoluci¨®n
Una pareja muy singular celebr¨® ayer en la catedral de Reims (Francia) sus bodas de oro. Es verdad que los protagonistas fueron un hombre y una mujer, pero los contrayentes no eran dos simples mortales, sino Francia y Alemania, dos pa¨ªses desangrados por las guerras que les han enfrentado y que, desde 1945, forman un s¨®lido eje en torno al cual gira la paz del continente y la Uni¨®n Europea; un eje en el que las disputas se dirimen en los salones y no en los campos de batalla.
La canciller alemana Angela Merkel y el presidente franc¨¦s Fran?ois Hollande celebraron el 50? aniversario de la reconciliaci¨®n entre ambos pa¨ªses, que en 1962, tambi¨¦n el 8 de julio, proclamaron juntos el entonces canciller Konrad Adenauer y el presidente franc¨¦s Charles de Gaulle. La celebraci¨®n tuvo lugar en la catedral de Reims, lugar emblem¨¢tico. Esta ciudad del noreste franc¨¦s fue ocupada por los prusianos en el siglo XIX, sufri¨® dur¨ªsimos bombardeos alemanes en la I Guerra Mundial ¡ªsolo en la catedral cayeron 300 obuses¡ª y qued¨® en manos de los nazis en la II Guerra. Fue tambi¨¦n el escenario de la reconciliaci¨®n.
Para cuando De Gaulle y Adenauer suscribieron su reconciliaci¨®n, la UE ya estaba en marcha. El mundo hab¨ªa comprendido que la ansiada unidad continental por la que suspiraba Alemania era fundamental para evitar m¨¢s guerras y tambi¨¦n para adquirir una dimensi¨®n competitiva. Pero ambos mandatarios quisieron reforzar unos lazos bilaterales que son el sustento de la UE, pero tambi¨¦n de los recelos del resto de los socios.
Se podr¨ªa decir que este matrimonio de conveniencia ha variado poco. La ortodoxia y la austeridad, por ejemplo, siempre distinguieron a Berl¨ªn frente al resto. Pero algunas cosas son ligeramente distintas. Adenauer y De Gaulle sellaron su amistad con una misa. Merkel y Hollande la han cambiado por una ceremonia religiosa m¨¢s sencilla y no han hecho referencias a regalos del cielo, sino a la crisis del euro y a la salida europea de la misma. Y la revista de las tropas ha palidecido frente al rito esencial: la comparecencia ante la prensa en el p¨®rtico de la catedral. El fondo es el mismo; el mensaje, no tanto.
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