Por vocaci¨®n

Escucho a Esperanza Aguirre defender su paso a la empresa privada diciendo que ¡°la pol¨ªtica no es una profesi¨®n, es un servicio p¨²blico temporal¡±. En parte estoy de acuerdo. Ser¨ªa deseable que los pol¨ªticos tuvieran vocaci¨®n de servicio p¨²blico, aunque no creo que existan reglas que determinen si es m¨¢s honesto quedarse lo que dura una legislatura o 22 a?os, como as¨ª estuvo la expresidenta madrile?a. Lo que ocurre es que lo vocacional es un t¨¦rmino pervertido en la pol¨ªtica espa?ola. Por un lado, la vocaci¨®n no puede ser un ant¨ªdoto contra el amateurismo y en ocasiones lo es: pol¨ªticos sin un discurso s¨®lido, sin la capacidad de expresar m¨¢s de tres ideas manidas vali¨¦ndose de frases de jerga. La pol¨ªtica no tiene una carrera determinada, no hablo de titulados universitarios o de brillantes opositores a la abogac¨ªa del Estado, pero me provocan m¨¢s confianza esas personas que se han enfrentado a los vaivenes de la vida laboral que esas otras que se amoldan a la horma de los partidos desde que son adolescentes y acaban siendo una especie de funcionarios, vocacionales o no.

De cualquier manera, sorprende de pronto esta definici¨®n generosa del oficio en alguien que ha defendido su lugar en el poder con tanta furia. ?La vocaci¨®n es por el poder o por el servicio a la comunidad? Porque hay demasiadas pruebas para pensar que la vocaci¨®n de servicio de Madrid provincia o de su Ayuntamiento est¨¢ permanentemente focalizada en la familia y el cogollito de empresas amigas. Dan miedo unas vocaciones que de tan irreprimibles que son pueden conducir hasta el espionaje interno a cuenta del Estado para preservar el puesto. Prefiero individuos m¨¢s transparentes, menos c¨ªnicos y arbitrarios a la hora de justificar sus actos. Tiene que haberlos en alg¨²n sitio. Pero si hay alguno en la oposici¨®n, de momento est¨¢ a por uvas.