Mujeres que hablan de sus vidas
Cuando las mujeres hablan de s¨ª mismas, resulta que est¨¢n hablando de?la vida de todos
La buena noticia es que, en el transcurso de las cuatro o cinco ¨²ltimas generaciones, el mundo ha dado un salto gigantesco hacia la superaci¨®n del sexismo, cambiando de manera dr¨¢stica (al menos, en Occidente) unos modos de vida milenarios. La mala noticia es que, s¨ª, en efecto, el machismo a¨²n perdura. Y adem¨¢s, ese machismo es una ideolog¨ªa en la que se nos educa a todos, hombres y mujeres, de manera que nosotras tambi¨¦n caemos como moscas en las trampas sexistas.
Por ejemplo, lo dije hace ya a?os y lo he repetido varias veces, pero es una de esas obviedades que por desgracia hay que remachar, porque siguen ocurriendo: me desespera que, cuando una autora escribe una novela protagonizada por una mujer, todo el mundo piense que est¨¢ hablando de mujeres, mientras que cuando un hombre escribe una novela protagonizada por un var¨®n, todo el mundo piensa que est¨¢ hablando del g¨¦nero humano. Y lo peor es que en este reduccionismo machista participan tambi¨¦n muchas lectoras; montones de mujeres que creen que, por poner un personaje principal femenino, est¨¢s hablando espec¨ªficamente de ¡°nosotras¡±. Pues no. No es verdad. Al menos, no es verdad para m¨ª. Yo no tengo ning¨²n inter¨¦s en hablar de mujeres; quiero hablar del g¨¦nero humano, pero es que la mitad de ese g¨¦nero humano es femenino. E incluso, si en mis libros aparece en alg¨²n momento una referencia a las limitaciones sociales que pudo encontrar una mujer por el sexismo, con ello tambi¨¦n estoy hablando de los hombres, porque los varones participan en esa situaci¨®n sexista, tambi¨¦n es cosa de ellos. Es un juego a dos, en fin, cosa que entendemos perfectamente cuando leemos una novela sobre los magnates de la industrializaci¨®n y los obreros, por ejemplo. Pero con las mujeres, ay, con las mujeres seguimos sin verlo tan claro.
Se me han venido de repente a la cabeza todas estas ideas sobre literatura y machismo porque acabo de leer, uno detr¨¢s de otro, tres libros de mujeres que acaban de publicarse y que, curiosamente, son todos de alguna manera autobiogr¨¢ficos. Y resulta que, cuando empec¨¦ a publicar narrativa hace 34 a?os, en nuestra sociedad, mucho m¨¢s sexista por entonces, corr¨ªa el despectivo t¨®pico de que las autoras sol¨ªan escribir novelitas testimoniales en las que contaban sus peque?as vidas. Hablar de lo personal en una mujer, en fin, era sin¨®nimo de insustancialidad y de nader¨ªa literaria. Mientras que a los varones que utilizaban recursos biogr¨¢ficos eso jam¨¢s se les tuvo en cuenta.
Si en mis libros aparece una referencia a las limitaciones sociales que pudo encontrar una mujer, tambi¨¦n hablo de los hombres, tambi¨¦n es cosa de ellos
Una prueba innegable de que hemos mejorado y de que la torpe estructura del sexismo, que es una jaula que nos apresa a todos, se sigue derrumbando d¨ªa tras d¨ªa es que hoy ese t¨®pico ya no tiene apenas defensores. As¨ª que ahora podemos disfrutar m¨¢s libremente de textos tan bellos como los que han redactado estas tres mujeres al hilo de sus vidas. El primero, y m¨¢s cl¨¢sico, dicho en el sentido mejor de la palabra, es Tiempo de inocencia, de Carme Riera (Alfaguara), unas memorias de ni?ez escritas con esa maravillosa elegancia y esa madurez expresiva que son el sello distintivo de la autora. Un libro con amor y humor, envuelto en un punzante aroma de nostalgia. ¡°Inventamos la literatura para escribir sobre cuanto hemos perdido¡±, dice Carme. Estoy de acuerdo con ella, aunque no s¨®lo; tambi¨¦n creo que escribimos para intentar otorgarles al mal y al dolor un sentido que en realidad sabemos que no tienen.
Otro libro personal y conmovedor es Un comunista en calzoncillos, de la argentina Claudia Pi?eiro (Alfaguara). Es probablemente el m¨¢s original de los tres, una mezcla de relato corto y memoria biogr¨¢fica, con a?adidos que forman una especie de rompecabezas y que se pueden pegar a lo que est¨¢s leyendo en el orden que quieras (muy cortazariano) y con fotos preciosas de la infancia de la autora. Lleno de intimidad, de emoci¨®n y, a la vez, parad¨®jicamente, de ficci¨®n.
Y por ¨²ltimo est¨¢ el libro de Laura Freixas Una vida subterr¨¢nea (Errata Naturae), que es nada m¨¢s y nada menos que su diario ¨ªntimo de los a?os 1991 al 1994, publicado ahora casi sin retocar. Y este texto, aunque no sea el m¨¢s original, sin duda es el m¨¢s sorprendente, porque en Espa?a no tenemos apenas tradici¨®n de este tipo de memorialismo de altura, sincero y al mismo tiempo literario, y mucho menos escrito por una mujer. Un texto que sorprende por su autenticidad, que se lee con fascinaci¨®n y cuya degustaci¨®n s¨®lo puede ser enturbiada por el morbo de saber a qu¨¦ famoso se est¨¢ refiriendo cuando critica a alguien oculto bajo siglas. O sea: cuando hablan de s¨ª mismas, las mujeres pueden ser as¨ª de apasionantes. Porque resulta que tambi¨¦n est¨¢n hablando de la vida de todos.
Twitter: @BrunaHusky
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