Ada y el ardor patri¨®tico catal¨¢n
Una pol¨¦mica en el Facebook de la chef por la presencia de Boadella en su restaurante me hizo pensar que el calentamiento local comienza a hacer estragos en Catalu?a
Me hab¨ªa jurado a m¨ª mismo no escribir jam¨¢s sobre la situaci¨®n en Catalu?a, salvo que viniera una horda de falangistas australopitecus blanquernis a mi casa y me obligara a ello bate de b¨¦isbol en mano. Por supuesto que me preocupa, pero a) dudo mucho que mi opini¨®n interese a nadie m¨¢s all¨¢ de mi t¨ªa y mi portera, y b) les imagino lo bastante hartos del magreo medi¨¢tico del asunto como para reclamar su derecho a no leer m¨¢s sobre ¨¦l.
Ahora bien, mi yo en Facebook asisti¨® el otro d¨ªa a un episodio relacionado con el movid¨®n catal¨¢n que me dej¨® con el culo torcido. Ada Parellada, popular divulgadora gastron¨®mica y chef del Semproniana en Barcelona, suele publicar en su perfil fotos de personajes conocidos que pasan por su restaurante sin decir qui¨¦nes son. Este inocente juego promocional se torn¨® en pol¨¦mico cuando el viernes colg¨® una imagen de Albert Boadella en su establecimiento.
La lluvia de comentarios -m¨¢s de 100- no se hizo esperar. Unos mostraban su desagrado con el dramaturgo, impulsor de Ciutadans y bestia negra del nacionalismo; otros lo insultaban llam¨¢ndole traidor, facha, ladr¨®n y muchas otras burradas que seguramente divertir¨ªan a Boadella, y unos pocos poqu¨ªsimos lo aplaud¨ªan. Pero los que m¨¢s me alucinaron fueron los que criticaban a Parellada por haber aceptado como cliente al fundador de Els Joglars. El punto m¨¢ximo de majader¨ªa lo alcanzaba un tipo que manifestaba su intenci¨®n de no volver a pisar el restaurante. Me record¨® mucho a los imb¨¦ciles que anuncian que no visitar¨¢n m¨¢s una web cuando en ella se vierte una opini¨®n que no coincide con la suya. Como si alguien les fuera a echar de menos.
No s¨¦ que esperaban de Parellada estos iluminados: ?que hubiera expulsado a Boadella a patadas por espa?olista? ?Que le hubiera envenenado para luego envolver su cad¨¢ver en la estelada? Por suerte, entre los m¨¢s de 4.000 seguidores de la cocinera en Facebook hay gente sensata que les respondi¨® con lo obvio: negar la entrada en tu negocio a una persona por sus ideas pol¨ªticas habr¨ªa sido un antidemocr¨¢tico acto de burricie.
El simple hecho de que se debatan cosas como ¨¦sta me hizo pensar que el calentamiento local comienza a hacer estragos en Catalu?a, y que el hielo se nos funde a las focas al¨¦rgicas al fanatismo que vivimos por all¨ª. S¨®lo me tranquiliz¨® algo que descubr¨ª despu¨¦s: d¨ªas antes de dar de cenar a Boadella y contarlo, Ada hab¨ªa colgado unas fotos suyas participando en la cadena humana por la independencia.
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