Predomina el ¡®seny¡¯
La ¡®tercera v¨ªa¡¯ pactista se afianza entre los catalanes, mientras los dirigentes se radicalizan
Los catalanes se manifiestan individualmente a la inversa de como los describen las propagandas oficiales y las salidas que estas dibujan. As¨ª, la tercera v¨ªa pactista, la alternativa de profundizar el autonomismo con blindaje de competencias, sigue aumentando sus seguidores y casi dobla a los soberanistas, mientras bajan los partidarios de la independencia y los del inmovilismo, como indica la encuesta que publicamos hoy en EL PA?S. Ello confirma que la tendenciosa pregunta del eventual refer¨¦ndum, excluyendo esta v¨ªa, es reduccionista y atenta contra la voluntad de la mayor¨ªa, principio esencial de la democracia: ese ¡°principio democr¨¢tico¡± del que abusa el soberanismo radical para sustentar una convocatoria ilegal de la consulta.
Predomina entre la ciudadan¨ªa la sensatez (el seny), frente al acaloramiento y la rabia (la rauxa): no hay mayor¨ªa de ¡°ilusionados¡± por el proceso secesionista; impera el escepticismo ante la factibilidad de la independencia; predomina la convicci¨®n de que el caso Pujol afectar¨¢ al soberanismo (contra las ideas contrapuestas de que es inmune a ¨¦l o de que quedar¨¢ por ¨¦l destruido); se opone a la insumisi¨®n a una posible paralizaci¨®n de la consulta por el Tribunal Constitucional; y son mayor¨ªa los contrarios a unas elecciones ¡°plebiscitarias¡±. Toda la ret¨®rica independentista, y otras ret¨®ricas, se viene abajo.
La distancia entre las estrategias de la dirigencia y la voluntad de los ciudadanos resulta abismal. Y es que los proleg¨®menos agitatorios de la inminente Diada ¡ªa cuyos organizadores inelectos vuelve a prestar apoyo ilimitado la Generalitat de Artur Mas¡ª proyectan una falsa imagen de la realidad. Y la proliferaci¨®n de disparates, como las falsarias invocaciones del president arengando a los empresarios a ¡°ganar la libertad¡±, como si vivi¨¦ramos en dictadura; o la promesa de que se celebrar¨¢ la consulta, cuando en privado reconoce lo contrario. O las sim¨¦tricamente inversas propuestas frentistas, sea la de unas elecciones plebiscitarias (el plebiscito anula el car¨¢cter electivo de una pluralidad de opciones) o de un frente antisoberanista (sin alternativa propia constructiva), formulado tan zafiamente que muri¨® al nacer.
Los dos a?os transcurridos desde la primera Diada soberanista han sido tan f¨¦rtiles en esl¨®ganes como hueros en resultados tangibles, ojal¨¢ que la de 2014 pueda concitar m¨¢s celebraci¨®n que enconos. Peor a¨²n, imperceptiblemente se va deteriorando el espl¨¦ndido clima c¨ªvico de convivencia de la sociedad catalana. As¨ª lo apuntan episodios de irritaci¨®n e intolerancia como el condenable seudolinchamiento de la familia Pujol, tanto como las maleducadas imprecaciones de quien fuera primera dama: cada uno se retrata en las coyunturas dif¨ªciles. Y como era previsible, aunque lamentable, por imperativos de calendario, queda aplazada la continuaci¨®n del di¨¢logo Rajoy-Mas de julio. Postergar ¡ªpor ambas partes¡ª el debate de las 23 cuestiones concretas suscitadas entonces facilita reemplazar la pol¨ªtica por la palabrer¨ªa. Cuanto m¨¢s sonora, peor.
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