Los puentes del di¨¢logo
Elpais.cat sirve para dar cauce al pluralismo consustancial a la sociedad catalana
El lanzamiento de la edici¨®n en catal¨¢n del diario EL PA?S es, en primer lugar, una excelente noticia para la lengua catalana y, por eso mismo, es una excelente noticia para todos. Lo es por la naturalidad con que viene a constatar un sentimiento com¨²n: la experiencia de nuestra diversidad ling¨¹¨ªstica como un patrimonio vivo que a todos nos enorgullece, del que todos nos beneficiamos y en el que todos nos vemos reflejados. Pero esta edici¨®n electr¨®nica es tambi¨¦n una buena noticia por encarnar del modo m¨¢s pr¨¢ctico las energ¨ªas positivas de nuestra Espa?a plural. A nadie le puede extra?ar, en efecto, un hecho perfectamente l¨®gico: que un medio con vocaci¨®n nacional tenga una edici¨®n en una lengua hablada por millones de espa?oles y valorada y querida como propia por todos los dem¨¢s.
Que un presidente del Gobierno, en un d¨ªa tan simb¨®lico como el 12 de octubre, pueda dirigirse a los catalanes en lengua catalana y a trav¨¦s de un medio catal¨¢n tiene tambi¨¦n plena congruencia. Al fin y al cabo, se trata de la proyecci¨®n natural de los valores de una sociedad abierta como es la espa?ola, que ha interiorizado como una realidad diaria la comprensi¨®n y el amor por ¡°las razones y las lenguas diversas¡± de sus ciudadanos. Es, asimismo, plasmaci¨®n de la Espa?a constitucional como un pa¨ªs coral, como un pa¨ªs unido pero no uniforme, capaz de acoger su pluralismo como un valor diferencial y de celebrar su diversidad como un activo. Una Espa?a, en definitiva, que se constituye como una suma de identidades compartidas y como plataforma de los v¨ªnculos comunes que nutren nuestra convivencia. Cuando un escritor como el barcelon¨¦s Joan Perucho afirm¨® su ¡°soy espa?ol porque soy catal¨¢n¡±, no hac¨ªa sino resumir esa realidad integradora, el sentido de comunidad de un pa¨ªs moderno, la hermandad natural de los pueblos de Espa?a y el reconocimiento espec¨ªfico de cada uno de ellos. Porque esta es la Espa?a de hoy: un sistema en el que todos ganamos porque todos participamos de las fuerzas y las riquezas de los dem¨¢s sin que se diluyan las nuestras.
La puesta en marcha de elpais.cat servir¨¢, sin duda, para enriquecer el panorama medi¨¢tico catal¨¢n, para dar un cauce al pluralismo consustancial a la sociedad catalana y, desde luego, para realzar el peso espec¨ªfico de la realidad de Catalu?a en el conjunto de Espa?a. Personalmente, adem¨¢s, uno s¨®lo puede esperar que iniciativas como esta ayuden a ahondar en el conocimiento mutuo entre los catalanes y el resto de los espa?oles, as¨ª como a avivar el afecto indudable que nos une. Estoy seguro, por tanto, de que este medio contribuir¨¢ a llevar a los hogares catalanes un mensaje muy claro: el del aprecio, tan hondo, del conjunto de los espa?oles. Nuestra voz es muy n¨ªtida al respecto: al contrario de quienes piensan que la pluralidad nos separa, nosotros creemos, con nuestra mejor convicci¨®n, que nos aproxima, nos complementa y enriquece. Y si hoy, a muchos catalanes y otros muchos espa?oles nos duele la situaci¨®n en Catalu?a, es por no comprender c¨®mo un sentimiento de ra¨ªces tan profundas pretende ser extirpado de nuestros corazones.
La raz¨®n c¨ªvica que late en el mejor periodismo resulta, asimismo, una manera id¨®nea de dar cumplimiento a ese mandato de Espriu ¡ªa quien celebr¨¢bamos apenas hace un a?o¡ª seg¨²n el cual debemos asegurar la firmeza de ¡°los puentes del di¨¢logo¡±. Esta es hoy labor de todos: del periodismo y la opini¨®n p¨²blica, de la sociedad civil, de empresarios y trabajadores, y tambi¨¦n, por supuesto, de los responsables pol¨ªticos, que m¨¢s que nunca estamos llamados a seguir el consejo que dio la gran pluma de Gaziel: ¡°Conocerse a fondo, compenetrarse, transigir, pactar¡±.
La pluralidad nos aproxima, enriquece y complementa, no nos separa
Para ello, sin duda, es necesario abandonar unas actitudes y reforzar otras. Abandonar, por ejemplo, imposiciones y ¨®rdagos, buscar soluciones realistas y atender a un signo de los tiempos que ¡ªen el mundo y, muy notablemente, en Europa¡ª pasa por m¨¢s y mejor integraci¨®n. Y, junto a ello, impulsar el esp¨ªritu de moderaci¨®n, mostrar predisposici¨®n al entendimiento y ser todos capaces, al mismo tiempo, de compatibilizar los gestos de generosidad y de lealtad.
?Estamos dispuestos a ello? El Gobierno, desde luego, s¨ª lo est¨¢: queremos dar vigencia a esos puentes del di¨¢logo que se sustentan sobre los pilares de la ley. Y lo hacemos desde el convencimiento, bien aprendido en la lecci¨®n de la Transici¨®n, de que todo avance es posible y todo cambio a mejor es susceptible de debate dentro del marco seguro que nos ofrece la legalidad. Ah¨ª se nos encontrar¨¢ siempre. Porque del mismo modo que no hay democracia sin un sustento de concordia, nuestra historia nos demuestra que la concordia s¨®lo se hace efectiva con la garant¨ªa de la ley. La ley no es un capricho de la democracia, es parte consustancial de ella. Este medio en la Red me ofrece una excelente oportunidad para compartir esta convicci¨®n con los lectores catalanes y los del resto de Espa?a y del mundo entero. El camino de la concordia es el di¨¢logo y la ley.
Es precisamente nuestra experiencia democr¨¢tica la que nos invita a resolver nuestras diferencias en com¨²n, a sabiendas de que dicha actitud nos hace crecer en tolerancia y apertura, o ¡ªdicho de otro modo¡ª nos invita a entendernos en positivo. S¨®lo as¨ª, en efecto, puede cuajar el ideal de una democracia como la espa?ola, h¨¢bil para asumir gentes, tradiciones e identidades muy diversas, desde el reconocimiento de que esta diversidad hace nuestra cultura mucho m¨¢s rica y nuestra econom¨ªa y nuestra pol¨ªtica mucho m¨¢s fuertes en un mundo globalizado.
Son estos los principios y valores que, en poco m¨¢s de una generaci¨®n, han hecho posible que Espa?a dejara de ser un pa¨ªs replegado en s¨ª mismo, ganara ¡°su dif¨ªcil y merecida libertad¡± y se convirtiera en una de las econom¨ªas m¨¢s importantes y uno de los pa¨ªses con mayor bienestar del mundo. La propia Catalu?a ha sido tambi¨¦n protagonista indiscutible de este progreso. Hoy, estos mismos principios y valores est¨¢n llamados a lograr, tras las embestidas de la crisis, que el proyecto de Espa?a en la Europa unida sea un proyecto de pa¨ªs revitalizado y abierto, ilusionante y generoso. Un pa¨ªs en el que todos y cada uno de sus ciudadanos se sientan part¨ªcipes y protagonistas de una historia de ¨¦xito y de un futuro prometedor.
La Hispanidad que hoy celebramos ¡ªcasi un mill¨®n de latinoamericanos viven con nosotros hoy en nuestro pa¨ªs¡ª representa el v¨ªnculo que durante siglos ha abrazado pueblos y culturas distintas con los lazos de una historia de fuertes afectos compartidos. Ese mismo v¨ªnculo, fortalecido gracias a la generosidad de todos sigue dando sentido hoy a nuestra Espa?a actual, enriquecida por quienes han querido acompa?arnos desde todas partes para hacer de nuestro pa¨ªs la casa de todos. Felicidades a todos.
Mariano Rajoy Brey es presidente del Gobierno de Espa?a.
Este art¨ªculo se publica con ocasi¨®n del lanzamiento de la edici¨®n en catal¨¢n de EL PA?S.
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