Los atracos (y fugas) m¨¢s sonados de la historia
Realizar un atraco es lo f¨¢cil. Lo complicado es borrar el rastro del dinero y de uno mismo. Recorremos los casos m¨¢s relevantes
El dinero tiene tendencia a acumularse en los mismos sitios. As¨ª que quienes tratan de alterar esta ley ¨C?natural?¨C, se ven obligados a moverlo, r¨¢pido y lejos, para que no vuelva al mismo lugar. Incluso en la era l¨ªquida del dinero virtual ¨C?alguna vez no lo fue?¨C, los ladrones necesitan mover su f¨ªsico trasero lejos de la polic¨ªa si no quieren acabar en una c¨¢rcel bien real. Pero, ?qu¨¦ criterio debe seguir un bandido para elegir destino? Atendiendo a los casos de atraco y fuga m¨¢s sonados de la historia, podemos afirmar que no existe una f¨®rmula magistral. M¨¢s all¨¢ de gestionar un banco de inversi¨®n, queremos decir. Un buen comienzo es buscar un pa¨ªs ¨Cpreferentemente suramericano, por aquello del buen clima y el estilo de vida relajado¨C con el que no exista un acuerdo de extradici¨®n.
Pero tambi¨¦n el dinero sabe saltarse la ley, cuando le conviene. Los bancos han llegado a contratar cazarrecompensas, que no tienen remilgos con aquello de las jurisdicciones, para llegar all¨ª donde la Interpol no puede. Ese fue el caso de Ronnie Biggs, seguramente el m¨¢s intr¨¦pido, m¨¢s-extra?o-que-la-ficci¨®n de los ladrones de la historia reciente. Sin embargo, Biggs solo pudo escapar del peso de la ley durante casi 40 a?os y, aunque acab¨® con estatus de estrella del pop (literal, grab¨® varias canciones como voz invitada en varios discos de punk), sus ya algo descalcificados huesos acabaron efectivamente en una fr¨ªa c¨¢rcel brit¨¢nica. En este peque?o compendio, solo un caco consigui¨® desaparecer del todo sin dejar rastro. Y fue, curiosamente, porque lo hizo dentro de las propias fronteras del pa¨ªs.
Ronnie Biggs: la fuga m¨¢s intr¨¦pida
Cuando el servicio correos era algo que la gente usaba, Biggs y su banda pararon un tren que hab¨ªa salido de Glasgow (Escocia) en direcci¨®n a Londres. Era 1963 y se hicieron con 2,6 millones de libras (unos 65 millones de euros de hoy). Acab¨® en prisi¨®n pero se escap¨® con la t¨ªpica cuerda de s¨¢banas. Luego: Bruselas en un bote, Par¨ªs y 35 a?os en Rio de Janeiro. Se entreg¨® en 2001 en un acto patrocinado por el tabloide The Sun.
Vincenzo Peruggia: el empleado de museo que se hizo ladr¨®n
Tan patriota como amante del arte, Peruggia consideraba que era un ultraje que la Mona Lisa residiera en el Louvre y no en el pa¨ªs que hab¨ªa visto nacer a Da Vinci, Italia. Ex-empleado del museo, sab¨ªa que cerraban los lunes, as¨ª que un domingo de agosto de 1911 se escondi¨® en los lavabos hasta la noche, descolg¨® el cuadro y se fue con ¨¦l a Italia. Lo detuvieron cuando trat¨® de vend¨¦rselo al director de la galer¨ªa Uffizi en Florencia.
Lee Murray: el boxeador que se llev¨® 71 millones
En realidad, se llama Lee Lamrani Ibrahim Murray, pero si uno se dedica al robo de bancos y a la fuga internacional, es l¨®gico que, como Miguel Bos¨¦, escoja el apellido de la madre. Murray lo hab¨ªa intentado como luchador de artes marciales, pero le result¨® mucho m¨¢s rentable secuestrar en 2006 al director de un dep¨®sito de seguridad en Kent, este de Inglaterra, y hacerle abrir la caja fuerte: 71 millones de euros; la mayor cantidad en cash hasta hoy. Lo pillaron en Rabat, por un asunto de drogas, y all¨ª est¨¢, pues Marruecos y el Reino Unido no tienen acuerdo de extradici¨®n, a la espera de ser intercambiado por un terrorista.
D. B. Cooper: el que desapareci¨®
?Puf! O, mejor dicho, ?flop! Con el sonido de un paraca¨ªdas abri¨¦ndose, D. B. Cooper desapareci¨® en 1971 en alg¨²n lugar en el estado de Washington, entre Seattle y Reno. Hab¨ªa despegado unas horas antes en una avi¨®n comercial en Portland, y ya en el aire le pas¨® una nota a la azafata anunciando que llevaba una bomba en el malet¨ªn. Pidi¨® un rescate de 200.000 d¨®lares (un mill¨®n de euros de hoy), dej¨® salir a los pasajeros y orden¨® volver a despegar. Nunca m¨¢s se supo.
Los Panteras Rosas: desde los Balcanes, reventando joyer¨ªas
Una especie de cooperativa de finos ladrones balc¨¢nicos, a la que se incorporan nuevos efectivos a medida que otros van cayendo. Se dice que llegan a ser hasta 80, que est¨¢n de gira permanente, reventando sobre todo joyer¨ªas desde Londres a Tokio, St. Tropez, Dubai, o Monte Carlo. All¨ª fue donde detuvieron al m¨¢s medi¨¢tico de sus integrantes, algo as¨ª como su cabecilla m¨¢s reconocible, Dragan Mikic. Lo encarcelaron en Suiza y de all¨ª volvi¨® a escapar. Se dice, se comenta, que desde 2005 han pispado unos 440 millones de euros. A Vladimir Lekic, otro miembro de los Panteras Rosas, que aparece en la foto de la derecha luciendo sonrisa, le arrestaron el pasado 2010 en Podgorica, Montenegro.
Valerio Viccei: le pillaron por el amor a un Ferrari
Con una trayectoria de cerca de 50 atracos a mano armada, Viccei export¨® su arte al Reino Unido. En 1987, se col¨® en una entidad de Knighstbridge, en Londres, vaci¨® los dep¨®sitos de seguridad y se fue con un bot¨ªn estimado de 60 millones de libras (hoy, 200 millones de euros). Sus c¨®mplices fueron detenidos, pero ¨¦l huy¨® a alg¨²n lugar indeterminado de Latinoam¨¦rica. Pero se a?oraba de su Ferrari Testarossa, regres¨® a Londres y fue detenido. Luego, deportado a Pescara, y all¨ª asesinado a tiros durante un d¨ªa de permiso.
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