El nacionalismo suizo contra los ¡°jueces extranjeros¡±
La ultraderecha logra las firmas para un refer¨¦ndum contra el Derecho Internacional
En 1291, tres cantones se juraron un pacto de asistencia mutua en el que, entre otras cosas, rechazaban ¡°la injerencia de jueces extranjeros¡± en sus asuntos. As¨ª nace la idea de Suiza, en la que ya destaca su independencia. Unos 700 a?os m¨¢s tarde, la derecha nacionalista cuenta con usar esta historia, profundamente arraigada en la conciencia nacional, para llevar agua a su molino.
El SVP (Partido del Pueblo Suizo) ha presentado las 116.709 firmas necesarias para lanzar la iniciativa popular El Derecho suizo en lugar de jueces extranjeros, m¨¢s conocida como Iniciativa de Autodeterminaci¨®n. Esta propuesta pretende que la ley nacional prime sobre el Derecho Internacional, dado que la Constituci¨®n federal reza que ¡°el pueblo suizo y los cantones son el supremo legislador¡±. La ¨²nica excepci¨®n que el SVP est¨¢ dispuesto a aceptar son ¡°reglas imperativas¡± del Derecho Internacional, como la prohibici¨®n de la esclavitud, de la tortura y el genocidio.
Ciertas medidas pol¨¦micas acerca de inmigraci¨®n, refugiados o deportaci¨®n de criminales extranjeros aprobadas por el pueblo no pudieron ser puestas en pr¨¢ctica pues entraban en contradicci¨®n con el Derecho Internacional. El SVP ve en esta injerencia externa s¨ªntomas de lo que llaman ¡°intento de entrada insidiosa¡± de Suiza en la Uni¨®n Europea. La Iniciativa de Autodeterminaci¨®n ha generado ya el rechazo de todo el arco parlamentario y de organizaciones defensoras de los derechos humanos.
La iniciativa ser¨¢ analizada a lo largo de 2017 y no ser¨¢ sometida a refer¨¦ndum antes de 2018. Pero aunque es (casi) seguro que no llegue a convertirse en ley, el SVP consigue una vez m¨¢s marcar la agenda pol¨ªtica y sentar un curioso precedente. Al se?alar al Derecho Internacional como ¡°limitador¡± de la voluntad popular, los nacionalistas suizos consiguen profundizar el rechazo de un amplio sector de la poblaci¨®n hacia Bruselas, reforzando de paso el sentimiento de ¡°excepci¨®n helv¨¦tica¡± tan caro a los herederos del pacto de 1291.
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