Por qu¨¦ se r¨ªen los ni?os
Durante la fase fetal, la sonrisa no es una actividad consciente, sino un reflejo autom¨¢tico que ejerce el m¨²sculo risorio
La risa es fundamental. El ser humano nace preparado para sentir las emociones, algunas negativas como la tristeza, el miedo, la ira o el enfado, pero tambi¨¦n muchas positivas, como pueden ser la alegr¨ªa que se exterioriza a trav¨¦s de la sonrisa. Seg¨²n los expertos, los beneficios de re¨ªr contribuyen al bienestar y a la salud del beb¨¦ y, adem¨¢s, ayuda a construir la relaci¨®n de los padres con el ni?o y de este con su entorno: abuelos, primos, t¨ªos o amigos. El desarrollo de estas primeras emociones va a originar en un futuro la afectividad del reci¨¦n nacido. Muchos padres, incluso, a trav¨¦s del desarrollo de los m¨¦todos de diagn¨®stico prenatal en tiempo real en movimiento ¨C las conocidas ecograf¨ªas 4 D-, han podido ver, disfrutar y emocionarse al ver la sonrisa que mostraba el rostro de su beb¨¦ en la pantalla del ec¨®grafo.
La risa es un fen¨®meno que resulta agradable, relajante y saludable. Para lograr esa carcajada, el ser humano dedica un gran esfuerzo (con participaci¨®n de m¨¢s de una docena de m¨²sculos), lo que entra?a un notable gasto de energ¨ªa. Durante la fase fetal, la sonrisa no es una actividad consciente, sino un reflejo autom¨¢tico que ejerce el m¨²sculo risorio, presente en los hombres y ausente en animales, que pasa a ser voluntario cuando el ser humano nace.
Elena Santos, psic¨®loga de la Unidad de Personalidad y Comportamiento (Orientaci¨®n familiar y Prevenci¨®n) del Hospital Ruber Juan Bravo-Grupo Quir¨®n Salud, indica que ¡°durante las ¨²ltimas fases de la vida del feto y ya incluso desde la semana 11 de gestaci¨®n, el feto empieza a sonre¨ªr. Pero no es hasta los primeros meses de vida cuando esta risa es el resultado de est¨ªmulos externos o internos¡±. Seg¨²n se?ala Santos, ¡°esto nos da informaci¨®n acerca de la evoluci¨®n de la risa en el beb¨¦. Estos primeros actos reflejos en los que aparentemente el feto sonr¨ªe, y que se mantienen en los primeros d¨ªas de vida, empiezan a transformarse. Entre el primer y el tercer mes son una reacci¨®n social o ex¨®gena; es decir, suceden como consecuencia de est¨ªmulos del entorno y ayudan a la consolidaci¨®n social del beb¨¦. Despu¨¦s de los tres meses de vida, la sonrisa empieza a ser ¨²til, es decir, se emplea como una herramienta o mecanismo para provocar respuestas sociales de los adultos que lo rodean. M¨¢s adelante, el ni?o va a tener respuestas faciales mucho m¨¢s elaboradas¡±.
El catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa y de la Emoci¨®n y la Motivaci¨®n de la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia (UNED), Enrique Garc¨ªa Fern¨¢ndez-Abascal, manifiesta que en las primeras semanas de vida el beb¨¦ realiza una ¡°protosonrisa¡±, una sonrisa que ¡°es muy rudimentaria y va dirigida a las personas que conoce como respuesta a ver cubiertas sus necesidades. En realidad¡±, matiza el especialista, ¡°el beb¨¦ estar¨ªa ensayando los m¨²sculos. A partir de los dos meses aparece un esbozo de sonrisa m¨¢s social, que consigue captar la atenci¨®n. La sonrisa verdadera, emocional, aparece al tercer mes, porque todo el aparato ps¨ªquico est¨¢ maduro¡±. Esta sonrisa, seg¨²n el catedr¨¢tico de la UNED, viene acompa?ada por unas arrugas que aparecen debajo de los ojos, conocidas como la mirada Duchenne ¨C que es un tipo de sonrisa que involucra la contracci¨®n de los m¨²sculos cigom¨¢ticos mayor y menor cerca de la boca, los cuales elevan la comisura de los labios, y el m¨²sculo orbicular, cerca de los ojos, cuya contracci¨®n eleva las mejillas y produce arrugas alrededor de los ojos-. Estos elementos, seg¨²n explica Enrique Garc¨ªa, ¡°nos permiten diferenciar una sonrisa emocional genuina de una sonrisa artificial, que es aquella que ponemos, por ejemplo, cuando nos hacemos una foto, que se trata de una sonrisa m¨¢s social¡±.
Pero esta capacidad de re¨ªr que empezamos a incorporar entre nuestras habilidades, incluso antes de nacer, la vamos perdiendo seg¨²n vamos madurando. As¨ª, algunos investigadores han contabilizado que los beb¨¦s se r¨ªen entre 300 y 400 veces al d¨ªa, frente a las 20 veces o ninguna que lo hacen los adultos. Elena Santos explica que el motivo por el que disminuimos el n¨²mero de veces que re¨ªmos conforme vamos madurando ¡°puede estar relacionado con el hecho de que los ni?os m¨¢s peque?os responden a est¨ªmulos externos e internos y estos, a estas edades, son muchos y, sobre todo, muy novedosos. Adem¨¢s, utilizan la sonrisa de manera instrumental para conseguir algo y como medio de comunicaci¨®n, al contrario que en los adultos que no necesitan comunicar o conseguir algo solo a trav¨¦s de la sonrisa¡±. Asimismo, Santos destaca el arraigo que tiene en la personalidad del ser humano la necesidad de causar buena imagen, por lo que, seg¨²n afirma la psic¨®loga, ¡°mientras los adultos se preocupan por este constructo, y en consecuencia modulan m¨¢s sus interacciones con los otros, los ni?os sonr¨ªen sin pensar en la adecuaci¨®n o no del acto en s¨ª de re¨ªr¡±.
En lo que la mayor¨ªa de los estudios coinciden es en que la risa tiene numerosos beneficios para la salud de las personas, porque, como dice el refranero, ¡°re¨ªr alarga la vida¡±. Por tanto, podemos encontrar tanto beneficios fisiol¨®gicos como psicol¨®gicos, emocionales y sociales y, por supuesto, un fuerte impacto en la calidad de vida de las personas. En este aspecto, Elena Santos recalca que ¡°uno de los beneficios m¨¢s positivos de la risa reside en el hecho de que ayuda a expresar emociones y a eliminar pensamientos negativos. Cuando la persona se r¨ªe de s¨ª misma aumenta su autoestima y desarrolla una actitud de reto o desaf¨ªo que consiste en hacer frente a tensiones y a situaciones dif¨ªciles. La risa promueve el afecto, el entendimiento, el apoyo y el di¨¢logo, y favorece una relaci¨®n cercana con los otros. Quedar¨ªan reflejados por tanto los beneficios tanto a nivel interpersonal como intrapersonal¡±.
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