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El Twitter de Carlos Herrera es la gu¨ªa ¡®foodie¡¯ definitiva Cocido XXL, gastronom¨ªa espa?ola de siempre, restaurantes sin p¨®sters de ¡®Relax and have a cupcake¡¯, ni pok¨¦ en el men¨², ni panko en el rebozado de las croquetas Llamar ¡®foodie¡¯ a Carlos Herrera es un insulto y somos conscientes. Porque el veterano comunicador radiof¨®nico mantiene una agenda de restaurantes gastron¨®micos dorada y sin duda fraguada mucho antes de que esta palabreja se pusiera de moda. Herrera es un gourmet de la vieja escuela, capaz de recorrer la piel de toro, desde Barcelona a El Puerto de Santa Mar¨ªa, sin caer en estrellas Michelin ni sitios de moda. Lo suyo es otra liga. Es el garante de la gastronom¨ªa espa?ola de siempre. De los sitios en los que no hay ni vinilos de ¡®Relax and have a cupcake¡¯ en las paredes ni pok¨¦ en el men¨² ni panko en el rebozado de las croquetas. Su lista de restaurantes es una en la que llama por su nombre de pila a los camareros, se acaba la comida con ¡°digestivos¡± y se entra preguntando si ¡°hay mesa para estos viajeros¡±. Podr¨ªa haberse guardado esa lista de lugares secretos y perfectos y dedicarse solo a su labor informativa pero no, a lo largo de 2017, en medio de estampas taurinas, de Semana Santa o de cuchipandas junto a Salvador Sostres, Josep Pedrerol o Pipi Estrada, ha tenido a bien compartir su sabidur¨ªa con nosotros. Y no damos abasto a apuntar, la verdad. Aqu¨ª van algunos highlights. El 9 de enero, Carlos Herrera nos obsequia con su particular regalo de Reyes. Llega con retraso, pero no nos importa. Comparte con nosotros el restaurante de Barcelona donde m¨¢s cuesta conseguir mesa. Para los que pensabais que era Tickets o Enigma, la respuesta es NO.
La chacina, el embutido, si es de calidad, es el verdadero tesoro. Y, no, quiz¨¢ una c¨¢mara de charcuter¨ªa no sea cuqui pero, ?a qu¨¦ hemos venido aqu¨ª? ?A buscar cosas monas para reventar de likes o a perseguir la verdad?
Ni buey ni kobe: cochino negro canario. Parece una moda, pero es una raza aut¨®ctona que lleva en la isla desde la ¨¦poca de los guanches, seg¨²n revela Wikipedia. Buenos secretos nos comparte el maestro.
Los advenedizos pensar¨¢n que la mejor merluza hay que buscarla a orillas del Cant¨¢brico. Herrera sabe que hay templos que son capaces de reducir las distancias a la nada. Este cogote de merluza en Zamora es un hallazgo que vuela la cabeza los Instagramers.
Hay veces en las que el periodista se la juega por todo lo alto y se?ala un plato como el mejor en su categor¨ªa de todo el mundo. Es el caso de estas tortitas de camarones. No est¨¢n en su top ni son ¡°recomendables¡±. Son, sencillamente, las mejores del orbe aunque, en un gesto de humildad, utiliza el ¡°probablemente¡± para dejar la puerta abierta a otro gur¨² gastron¨®mico.
?Eh! Alg¨²n toque hay que darle a la industria. ?Cu¨¢nto tiempo lleva la lechuga de la fruter¨ªas y los supermercados sin saber a lechuga? Ya est¨¢ bien
En plena invasi¨®n de dulces norteamericanos, helados tailandeses o deconstrucciones de crema catalana en vasito, Herrera vuelve a nuestras ra¨ªces. Los miguelitos, pastelito cl¨¢sico de La Roda, comprado a menudo en estaciones de servicio, son una joya. Y hay que decirlo claro. Su ¡°muero¡± es suficientemente expresivo.
El 99% de las fotos que se comparten sobre comida en redes sociales trasmiten artificio, frialdad y pose. Herrera se quita todo eso de encima con una foto de un pulpo ¨Cperfecto, sin duda- en imposible perspectiva vertical, con un subjuntivo en el texto y sin hashtag alguno. El que se tope con esta joya, afortunado sea.
El placer no espera a la vuelta de la esquina. O, al menos, no siempre. ?Cu¨¢ntos kil¨®metros hay que hacer para gozarlo fuerte? ?Mil? Se hacen. No hay dolor. Sarna con gusto no pica. El que algo quiere, algo le cuesta.
Oh. De golpe, toda Espa?a se da la mano fraternalmente. El comunicador radiof¨®nico explica que no hace falta gastar 200 euros en un ampuloso men¨² degustaci¨®n para disfrutar de un bocado digno de dioses. Obreros de la construcci¨®n, camareras de piso de hotel, promotores inmobiliarios y grandes damas de la banca se emocionan en una mesa redonda frente a un sencillo Frankfurt catal¨¢n. El bocadillo como gran vertebrador de un pa¨ªs ajeno a las clases sociales y barreras regionales. Un mensaje de paz.
¡°La Catalu?a de siempre¡±. ?Acaso hay otra? En El Cortijo de Malgrat de Mar, en pleno Maresme, hay ¡°cordialidad y calidad¡±, seg¨²n Herrera. All¨ª se siente como en casa y apostamos a que cualquier visitante sentir¨ªa lo mismo. Eh foodies, ?segu¨ªs ah¨ª?