Juventud portuguesa
De c¨®mo el Instagram de un portugu¨¦s en Madrid se ha convertido en un fascinante canto a la juventud

Rob¨¦ la fotograf¨ªa que encabeza mi cuenta de Twitter (y esta columna) de un ¨¢lbum de Facebook de un amigo portugu¨¦s. Un grupo de chicas bronceadas, con camisas veraniegas de flores y bandanas de colores en la cabeza. Parecen un equipo. Eleg¨ª la foto porque me recordaba a mis amigas del colegio, all¨¢ por los a?os ochenta. Nunca antes una fotograf¨ªa hab¨ªa recogido de una forma tan extra?a y precisa la burbuja de mi adolescencia, un mundo en apariencia distendido y perfecto que yo observaba con cierto grado de incomodidad y distancia que nunca logr¨¦ recortar. Estaba dentro y fuera de la foto. Lo sigo estando.
La foto pertenece a los recuerdos de Chiquinho Guimar?es, el amigo portugu¨¦s que en cierta ocasi¨®n, con fino humor brit¨¢nico, se etiquet¨® como un mero diletante. Con toda la carga de quien ha venido al mundo para deleitarse con la belleza, Chiquinho convirti¨® su Facebook primero y su Instagram m¨¢s tarde en un rinc¨®n de fascinante melancol¨ªa que, bajo el t¨ªtulo Portuguese youth 80¡¯s, re¨²ne im¨¢genes de su vida en los ochenta en Portugal, justo antes de mudarse a Madrid. Fotos anal¨®gicas que recobran una nueva dimensi¨®n en la era del yo digital. El historiador Robert Flynn Johnson lleva a?os estudiando la fotograf¨ªa an¨®nima como arte accidental. Tambi¨¦n la enigm¨¢tica relaci¨®n que establecemos con ella. ¡°En el p¨¢nico de una cat¨¢strofe¡±, explica, ¡°la gente salva a sus seres queridos, sus animales de compa?¨ªa y sus fotos¡±. Al referirse a la edici¨®n visual de toda imagen apunta al arcano del ser congelado ¡°como una mosca en el ¨¢mbar f¨®sil¡±.
La verdad es que no s¨¦ si las chicas de mi foto de Twitter eran felices, pero al menos por un segundo eterno lo parecen. Ignoran a la c¨¢mara con un elegante desd¨¦n que hoy parece milagroso
Con un hondo sentido est¨¦tico adscrito a esa m¨¢xima de Paul Val¨¦ry que defiende que no hay nada m¨¢s profundo que la piel, Chiquinho ha construido con su cadena de im¨¢genes un relato de fuerza singular. No hay ninguna pretensi¨®n art¨ªstica en su serie, ni siquiera sentimental, menos a¨²n la de presumir de un mundo perfecto. Ajenos a la pat¨¦tica dictadura del selfi y el posado, los rostros de Portuguese youth 80¡¯s se elevan en el magma de im¨¢genes de Instagram creando una radical paradoja en pleno templo del postureo millennial. Recuerdos del Atl¨¢ntico, de la herida colonial y de una d¨¦cada, los ochenta, que jug¨® a la ligereza para desplomarse m¨¢s tarde como una ciega losa sobre sus protagonistas. Lo cierto es que si alguna vez existi¨® el verano ah¨ª est¨¢, en los rostros de nombres tan evocadores como Concei??o, Paula Marina, Serafina, Sofia Monte Real, B¨¢rbara Moreira, Ana Brito e Cunha, Z¨¦ Ferr?o, Pedro Cheval, los hermanos E?a de Queir¨®z, B¨¦ Matos¡
Ser¨ªa impreciso y en gran medida injusto utilizar la palabra nostalgia para definir esta sutil documentaci¨®n del pasado. Deber¨ªamos hablar de saudade, esa palabra-s¨ªmbolo de la cultura portuguesa. Incluida en el diccionario de la RAE con tres acepciones ¨Csoledad, nostalgia, a?oranza¨C, podr¨ªamos a?adir tambi¨¦n las de tristeza, ausencia y felicidad para atrapar en su totalidad el significado de uno de los vocablos m¨¢s hermosos del mundo. ?Acaso la memoria de lo que hemos perdido no es triste y alegre por partes iguales?
La verdad es que no s¨¦ si las chicas de mi foto de Twitter eran felices, pero al menos por un segundo eterno lo parecen. Ignoran a la c¨¢mara con un elegante desd¨¦n que hoy parece milagroso. Siempre he pensado que me gustar¨ªa escribir un libro sobre esa imagen, pero nunca lo har¨¦, como bien saben mis amigas del colegio. Ser¨ªa el libro de un entom¨®logo que estudia ejemplares de preciosas moscas de ¨¢mbar.
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