10 preguntas dif¨ªciles que nos suelen hacer
En su carta anual, Bill y Melinda Gates se someten a un interrogatorio y estas son sus respuestas
Nunca hemos disimulado nuestro optimismo. ?ltimamente, sin embargo, el optimismo parece ser un bien escaso.
Los titulares est¨¢n llenos de noticias terribles; d¨ªa tras d¨ªa nos llegan historias sobre la divisi¨®n pol¨ªtica, episodios de violencia y cat¨¢strofes naturales. Pero, a pesar de ellos, nosotros seguimos convencidos de que el mundo avanza para mejor.
Comparemos nuestro presente con la realidad de 10 a?os atr¨¢s o, incluso, 100 a?os atr¨¢s. El nivel de salud y seguridad en el mundo es hoy mayor que nunca. El n¨²mero de ni?os que mueren cada a?o se ha reducido a la mitad desde 1990, y sigue bajando. El n¨²mero de madres que mueren tambi¨¦n ha disminuido radicalmente. La pobreza extrema va por el mismo camino: en tan solo 20 a?os, se ha reducido a casi la mitad. Tambi¨¦n hay m¨¢s ni?os escolarizados. Y la lista sigue.
Pero ser optimista no consiste en pensar que la vida antes era mucho peor, sino en confiar en que la vida puede ir a mejor. Y eso es precisamente lo que inspira nuestro optimismo. Es cierto que al hacer nuestro trabajo detectamos los grandes niveles de pobreza y enfermedad ¡ªentre muchas otras problem¨¢ticas de gran envergadura¡ª que asolan al mundo entero, pero tambi¨¦n nos percatamos de la gran humanidad que nos rodea. Dedicamos gran parte de nuestro tiempo a aprender de los investigadores que est¨¢n descubriendo las soluciones m¨¢s modernas para curar enfermedades; hablamos con comprometidos dirigentes gubernamentales que apuestan por formas creativas de dar prioridad a la salud y al bienestar de la poblaci¨®n mundial, y tenemos la oportunidad de conocer a personas de gran talento y valent¨ªa que piensan en nuevos caminos para transformar sus comunidades.
Esta es la respuesta que damos cuando la gente nos pregunta: "?C¨®mo pueden ser tan optimistas?". Es una pregunta que nos hacen cada vez m¨¢s, y creemos que nuestra respuesta dice mucho de nuestra forma de ver el mundo.
Este es nuestro d¨¦cimo mensaje anual y queremos celebrarlo respondiendo a 10 preguntas dif¨ªciles que nos suelen hacer. Trataremos de responderlas sin pelos en la lengua, con la esperanza de que, cuando termines de leernos, seas tan optimista como nosotros.
1. ?Por qu¨¦ no destinan m¨¢s recursos a los Estados Unidos?
Melinda:
Nuestra Fundaci¨®n invierte unos 500 millones de d¨®lares al a?o en los Estados Unidos, principalmente en el sector educativo. Es mucho dinero, pero es menos que los casi 4.000 millones de d¨®lares que destinamos a asistir a los pa¨ªses en desarrollo.
No nos gusta hacer comparaciones entre el sufrimiento de distintas personas. Cualquier sufrimiento es ya de por s¨ª una gran tragedia. Sin embargo, s¨ª sopesamos la capacidad que tenemos para prevenir distintos tipos de sufrimiento. Tras analizar el panorama de la salud mundial, nos dimos cuenta de que nuestros recursos podr¨ªan tener un impacto a gran escala: est¨¢bamos convencidos de que podr¨ªamos salvar, literalmente, millones de vidas. Y eso es lo que hemos tratado de hacer.
Fij¨¦monos en las vacunas, por ejemplo. Dado que actualmente se pueden prevenir enfermedades con tan solo unos pocos centavos o, a lo sumo, unos cuantos d¨®lares, nosotros hab¨ªamos dado por sentado que eso era algo que ya se estaba haciendo. Pero result¨® que est¨¢bamos equivocados y que decenas de millones de ni?os no recib¨ªan ning¨²n tipo de inmunizaci¨®n.
En los ¨²ltimos 18 a?os hemos invertido 15.300 millones de d¨®lares en vacunaci¨®n. Y creemos que ha sido una gran inversi¨®n. Las mejoras en materia de inmunizaci¨®n son una de las razones por las cuales el n¨²mero de muertes infantiles ha deca¨ªdo tanto: de casi 10 millones en 2000 a cinco millones el a?o pasado. Todo ello significa que cinco millones de familias no tuvieron que pasar por el trauma de perder a un hijo o hija, o a un hermano o hermana.
Nos importa nuestro pa¨ªs y nos preocupan mucho las personas que viven en ¨¦l, de modo que tambi¨¦n nos esforzamos por luchar contra las desigualdades en los Estados Unidos. Todos los resultados emp¨ªricos, incluida nuestra experiencia personal, indican que la educaci¨®n es la clave para crear nuevas oportunidades.
De aqu¨ª a 2020, dos terceras partes de los empleos en los Estados Unidos exigir¨¢n estudios superiores o alg¨²n otro tipo de capacitaci¨®n profesional. Dado que millones de alumnos estadounidenses no tienen acceso a una educaci¨®n de calidad, esta es la problem¨¢tica en la que nos hemos volcado en los ¨²ltimos 18 a?os. Nuestro deseo es que todos los j¨®venes puedan ir a una escuela que los prepare bien para que puedan hacer realidad sus sue?os.
Bill:
Hemos estado pensando en c¨®mo ampliar nuestra contribuci¨®n en Estados Unidos m¨¢s all¨¢ del sector educativo. Aportamos financiamiento a la asociaci¨®n US Partnership on Mobility from Poverty, que se dedica a estudiar alternativas para ayudar a las personas a medrar en el ascensor social. Si bien es cierto que Melinda y yo viajamos a menudo para conocer la realidad de las personas pobres que viven en el extranjero, no nos hemos desplazado tanto por Estados Unidos. As¨ª que el pasado oto?o visitamos el sur del pa¨ªs para conocerlo un poco mejor.
En Atlanta, conocimos a una madre soltera cuya historia nos dej¨® destrozados: la acababan de desahuciar por no haber pagado el alquiler del ¨²ltimo mes mientras estaba en el hospital con su reci¨¦n nacido. Tomamos caf¨¦ con unos cuantos vecinos de las viviendas de uno de los barrios m¨¢s pobres de la ciudad. Nos mostraron las manchas de humedad en las paredes y el techo de uno de sus hogares. Nos dijeron que cada dos por tres, cuando se o¨ªa un disparo, les ped¨ªan a sus hijos que corrieran a esconderse debajo de la cama o dentro de la ba?era.
Ser¨ªa un eufemismo decir que las personas a quienes conocimos en Atlanta hacen frente a grandes desaf¨ªos. Pero, al mismo tiempo, ten¨ªan una resiliencia envidiable. En un club de j¨®venes, conocimos a un hombre que se gasta su propio dinero en comprar el almuerzo a los chicos y chicas. Tambi¨¦n hablamos con exconvictos que ahora pueden sacar adelante a sus familias gracias a un empleo.
Lo que vimos con nuestros propios ojos en ese viaje nos hizo constatar lo importante que es invertir en educaci¨®n, porque a fin de cuentas se trata de ayudar a alumnos de escasos recursos o de color a tener acceso a las mismas oportunidades que los dem¨¢s. La visita tambi¨¦n nos hizo pensar en otras formas de ayudar a las personas a salir de la pobreza. Las problem¨¢ticas asociadas al ascensor social en Estados Unidos est¨¢n estrechamente relacionadas: educaci¨®n, empleo, raza, vivienda, salud mental, encarcelamiento, drogodependencia. Todav¨ªa no hemos decidido c¨®mo todo lo que hemos vivido afectar¨¢ a nuestras donaciones, pero lo que s¨ª sabemos es que no nos ha dejado indiferentes. Compartiremos m¨¢s detalles sobre esta cuesti¨®n cuando tengamos m¨¢s clara la estrategia que vamos a seguir.
2. ?Qu¨¦ resultados se desprenden de los miles de millones de d¨®lares que han invertido en la educaci¨®n estadounidense?
Bill:
Muchos, pero no tantos como Melinda y yo querr¨ªamos.
La educaci¨®n es nuestra prioridad en nuestra labor en los Estados Unidos porque es la clave para labrar un futuro pr¨®spero, tanto para cualquier persona a t¨ªtulo individual como para el pa¨ªs en su conjunto. Lamentablemente, y a pesar de que en el ¨²ltimo decenio se hayan logrado algunos avances, la escuela p¨²blica estadounidense a¨²n est¨¢ atrasada en algunos aspectos mensurables importantes, especialmente en el de la finalizaci¨®n de estudios universitarios. En este sentido, las estad¨ªsticas son a¨²n m¨¢s alarmantes respecto a los alumnos desfavorecidos.
Actualmente tambi¨¦n apoyamos a instituciones de educaci¨®n preescolar y postsecundaria, pero cuando empezamos, nos centramos exclusivamente en la educaci¨®n secundaria, ¨¢mbito en el que seguimos invirtiendo la mayor parte de nuestros recursos. Hemos aprendido mucho sobre lo que surte efecto en el sector educativo, pero el principal desaf¨ªo es c¨®mo replicar los ¨¦xitos a gran escala.
A principios del 2000, nuestra Fundaci¨®n fue una de las organizaciones que denunci¨® c¨®mo se estaban calculando las tasas de graduaci¨®n a nivel secundario. A menudo se hablaba del 90%, si bien la realidad era que no llegaba al 70%; es decir, pr¨¢cticamente una tercera parte del alumnado abandonaba los estudios. Financiamos un estudio para identificar la tasa real de graduaci¨®n y contribuimos a la creaci¨®n de una coalici¨®n de Estados de nuestro pa¨ªs dispuestos a utilizarla.
Con el fin de mejorar estas estad¨ªsticas, financiamos cientos de nuevos centros de secundaria, muchos de los cuales presentan mejores tasas de rendimiento acad¨¦mico y graduaci¨®n que los que sustituyen o complementan. Al principio, apoyamos iniciativas para transformar escuelas de bajo rendimiento acad¨¦mico ¡ªeste es uno de los mayores retos en materia educativa¡ª, pero una de las cosas que aprendimos es que esta transformaci¨®n es muy dif¨ªcil de alcanzar. Por lo general, nos result¨® m¨¢s dif¨ªcil mejorar el rendimiento acad¨¦mico de estas escuelas que crear nuevos centros. Por otra parte, colaboramos con el sector educativo para recabar m¨¢s informaci¨®n sobre lo que contribuye al ¨¦xito de un determinado centro escolar. Algunos factores clave son un liderazgo s¨®lido, el uso de pr¨¢cticas docentes contrastadas, una cultura escolar saludable y tener siempre grandes expectativas.
Tambi¨¦n hemos colaborado con distritos de todo el pa¨ªs para contribuir a mejorar la calidad de su educaci¨®n. En este contexto, tuvimos la oportunidad de capacitar a profesionales del ¨¢mbito educativo sobre c¨®mo observar a los docentes, evaluar su desempe?o de un modo justo y hacer los comentarios oportunos. Pero no hemos constatado el gran impacto que esper¨¢bamos. Para que un nuevo enfoque funcione, se necesitan tres cosas: primero, hay que poner en marcha un programa piloto que demuestre que el enfoque es eficaz; segundo, la iniciativa debe ser autosuficiente; tercero, la idea debe replicarse en otros contextos.
Teniendo en cuenta estos tres aspectos, ?cu¨¢l fue el desempe?o de nuestra labor destinada a mejorar la eficacia docente? Su efecto en el aprendizaje por parte del alumnado no fue homog¨¦neo, entre otros motivos porque la metodolog¨ªa a la hora de hacer comentarios del proyecto piloto se implement¨® de modos distintos seg¨²n el lugar. El nuevo enfoque se sigui¨® aplicando en algunos lugares, como Memphis, pero no en todos. Y a pesar de que la mayor¨ªa de los profesionales en el ¨¢mbito educativo coincide en que los docentes necesitan recibir consejos pr¨¢cticos, no todos los distritos est¨¢n llevando a cabo las inversiones y los cambios sist¨¦micos necesarios para satisfacer esta necesidad.
Para que una idea pueda replicarse a gran escala, debe funcionar en escuelas de contextos muy distintos: de ¨¢mbito urbano y rural, con alumnos de menores y mayores ingresos, etc¨¦tera. Tambi¨¦n tiene que contribuir a cambiar el statu quo.
El sistema escolar estadounidense no se rige por una jerarqu¨ªa cl¨¢sica de arriba abajo, es decir, para lograr un cambio notorio necesitas contar primero con un gran consenso por parte de responsables pertenecientes a niveles muy distintos, como, por ejemplo, el Gobierno de los distintos estados, los consejos escolares locales, los gestores de los centros educativos, los docentes, as¨ª como los padres y madres.
Melinda:
Hace poco anunciamos, teniendo todo esto en cuenta, que har¨ªamos algunos cambios en nuestra contribuci¨®n en el ¨¢mbito educativo. Todo lo que hacemos en este campo tiene su origen en ideas de los profesionales del sector, ya que ellos conocen la realidad educativa de primera mano, y muchos han dedicado sus vidas a mejorar los sistemas que hoy no logran satisfacer las necesidades de un gran n¨²mero de alumnos, especialmente los que pertenecen a una minor¨ªa.
Esto tendr¨¢ una gran relevancia en nuestra nueva estrategia. Colaboraremos con redes de escuelas de secundaria de todo el pa¨ªs para ayudarlas a desarrollar e implementar sus propias estrategias que les permitan superar los obst¨¢culos que entorpecen el progreso de los estudiantes. Ayudaremos a estas redes a lo largo de todo el proceso mediante el seguimiento de indicadores clave de ¨¦xito escolar como las calificaciones y la asistencia para fomentar el aprendizaje continuo y el progreso. Pero la forma que adopten los cambios implementados depender¨¢ de las conclusiones de los responsables locales, as¨ª como de lo que la experiencia observable apunte con respecto a la forma m¨¢s eficaz de proceder.
Algunas redes escolares se centrar¨¢n en enfoques en los que ya tenemos mucha experiencia, como un plan de estudios m¨¢s s¨®lido y una buena din¨¢mica de retroalimentaci¨®n docente. Otros se centrar¨¢n en ¨¢mbitos que son nuevos para nosotros, como los programas de mentores para facilitar la dif¨ªcil transici¨®n del primer ciclo de secundaria al segundo y de la educaci¨®n secundaria a la universitaria.
Nuestro papel consistir¨¢ en apoyar a las escuelas en el dise?o de estos cambios, la recogida y el an¨¢lisis de datos, y la aplicaci¨®n de rectificaciones en funci¨®n de lo que vayan aprendiendo d¨ªa a d¨ªa.
3. ?Por qu¨¦ no destinan recursos a combatir el cambio clim¨¢tico?
Bill:
?Ya lo hacemos! En parte a trav¨¦s de nuestra Fundaci¨®n, en parte a trav¨¦s de nuestras inversiones personales.
A nivel personal, invertimos en m¨¦todos innovadores que reducir¨¢n las emisiones de gases de efecto invernadero (lo que se conoce como mitigaci¨®n del cambio clim¨¢tico). El mundo necesita nuevas fuentes de energ¨ªa limpia, fiable y asequible, pero las l¨ªneas de investigaci¨®n que podr¨ªan impulsar su advenimiento est¨¢n gravemente infrafinanciadas.
Esta falta de financiaci¨®n es, por naturaleza, distinta de los problemas que la Fundaci¨®n aborda. En el sector filantr¨®pico, se trata de identificar problemas que no puedan solucionar los mercados ni los Gobiernos. Pero la soluci¨®n para el caso de la energ¨ªa limpia s¨ª que est¨¢ en manos de mercados y Gobiernos: solo se necesita que estos ¨²ltimos est¨¦n dispuestos a financiar proyectos b¨¢sicos de investigaci¨®n y proponer incentivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y que los inversores tengan paciencia mientras las compa?¨ªas intentan convertir esta investigaci¨®n en productos comercializables. Es por ello por lo que contribuyo a esta causa a nivel personal y no por medio de la Fundaci¨®n.
En los ¨²ltimos dos a?os se ha avanzado a pasos agigantados. 23 pa¨ªses se han comprometido a duplicar sus inversiones en investigaci¨®n en materia de energ¨ªas limpias de aqu¨ª al 2020. Breakthrough Energy Ventures (BEV), un fondo de inversi¨®n privado con el que colaboro, cuenta a d¨ªa de hoy con m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares provenientes de una gran variedad de inversores que se destinar¨¢n a financiar compa?¨ªas de distinta especializaci¨®n (desde el almacenamiento energ¨¦tico en red hasta la energ¨ªa geot¨¦rmica) que se encuentran en el mejor momento para impulsar innovaciones. BEV tambi¨¦n colaborar¨¢ con una coalici¨®n de otros inversores en el ¨¢mbito de las energ¨ªas limpias para ponerlos en contacto con Gobiernos. Ahora mismo, las inversiones p¨²blicas y privadas en energ¨ªas limpias no est¨¢n coordinadas, raz¨®n por la cual algunas tecnolog¨ªas con potencial no llegan a comercializarse. Queremos solventar esta carencia.
Melinda:
Ni siquiera la tecnolog¨ªa m¨¢s vanguardista podr¨ªa prevenir que el clima cambie; por lo tanto, el mundo necesita adaptarse a lo que est¨¢ aconteciendo ahora mismo y a lo que sabemos que est¨¢ por llegar. Esa es la raz¨®n por la cual la labor de nuestra Fundaci¨®n, especialmente en el ¨¢mbito de la agricultura mundial, cada vez se centra m¨¢s en temas relacionados con el clima.
En los pa¨ªses en desarrollo, el sustento de cientos de millones de personas depende de la agricultura. Ellos no son los principales responsables del cambio clim¨¢tico, pero s¨ª son quienes padecen m¨¢s directamente sus consecuencias. Si un a?o su cosecha se echa a perder por culpa de los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos, se quedan sin comida para alimentarse ni ingresos para cubrir necesidades b¨¢sicas, como la salud o la matr¨ªcula escolar. Para los peque?os agricultores, el cambio clim¨¢tico no es simplemente un fen¨®meno mundial preocupante, sino que es una cuesti¨®n de vida o muerte.
Ahora bien, del mismo modo que una aportaci¨®n innovadora puede limitar el cambio clim¨¢tico, tambi¨¦n puede ayudar a las personas a adaptarse a las circunstancias. Financiamos proyectos para ayudar a los agricultores a ser m¨¢s productivos a fin de que cuenten con un remanente que les permita resistir en a?os de escasez. Tambi¨¦n invertimos en el desarrollo de cultivos resistentes a los fen¨®menos meteorol¨®gicos, que son menos vulnerables ante temperaturas extremas, sequ¨ªas e inundaciones, as¨ª como enfermedades y plagas. Por solo mencionar un ejemplo, nos hemos asociado con la Academia China de Ciencias Agr¨ªcolas para desarrollar variedades de arroz que toleren las sequ¨ªas y requieran menos abono, herbicidas y pesticidas. Innovaciones como el llamado s¨²per arroz verde podr¨ªan ser clave para superar la pobreza y garantizar la alimentaci¨®n en todo el mundo en los a?os venideros.
4. ?Creen que imponen sus propios valores a otras culturas?
Bill:
Por una parte, creo que la respuesta es un no rotundo. La idea de que los ni?os no tendr¨ªan que morir de malaria ni padecer desnutrici¨®n no es un valor ¨²nicamente nuestro. Se trata de un valor humano: madres y padres de todas las culturas desean que sus hijos sobrevivan y prosperen.
Muchas veces, sin embargo, quienes nos plantean esta pregunta est¨¢n pensando en algo mucho m¨¢s profundo. La pregunta no tiene que ver tanto con lo que hacemos, sino con el c¨®mo lo hacemos. ?Realmente entendemos las necesidades de la gente?
?Trabajamos directamente con las personas en el terreno?
Melinda:
Sabemos que, a?os atr¨¢s, los responsables de algunos de los programas de desarrollo creyeron ser m¨¢s listos que las personas a quienes trataban de ayudar. Con el tiempo, hemos aprendido que escuchar y entender a las personas desde su propia perspectiva no es solo m¨¢s respetuoso, sino tambi¨¦n m¨¢s productivo.
Nuestra Fundaci¨®n est¨¢ concebida con este principio en mente. Cuando decimos colaborar en un proyecto, no nos referimos a que Bill o yo, o el personal de la Fundaci¨®n, nos dedicamos a instalar redes de alcantarillado en ciudades que est¨¢n experimentando un r¨¢pido crecimiento, o a suministrar tratamientos contra la ceguera de los r¨ªos, o a instruir a agricultores sobre la rotaci¨®n de cultivos. Nos referimos a que financiamos organizaciones que cuentan con a?os e incluso decenios de experiencia sobre el terreno. Es por medio de estas organizaciones, nuestros miles de asociados, que estamos conectados con las personas a quienes tratamos de ayudar.
Contamos con unos 1.500 trabajadores en planta, distribuidos en oficinas en cuatro continentes, que analizan datos, sopesan todos los enfoques posibles, estudian qu¨¦ es lo que da frutos y lo que no, e idean estrategias que creemos que maximizar¨¢n nuestro impacto. Pero una de las partes m¨¢s importantes de su trabajo es escuchar a los asociados, rectificar las estrategias en funci¨®n de lo que les dicen y darles v¨ªa libre para que pongan sus competencias y su conocimiento local al servicio de la comunidad. Con eso no quiero decir que nos salga todo siempre bien, ni mucho menos, pero s¨ª que tratamos de tomarnos nuestro trabajo con humildad, conscientes de que no siempre lo sabemos todo y de la importancia de aprender de nuestros errores.
Adem¨¢s de depender de asociados locales, tambi¨¦n creemos firmemente en el empoderamiento. No nos interesa tomar decisiones en nombre de nadie. Invertimos en planificaci¨®n familiar, por ejemplo, no porque tengamos una visi¨®n clara de c¨®mo deber¨ªan ser las familias de los dem¨¢s, sino porque madres y padres de todo el mundo nos han dicho que necesitan contar con herramientas para tener el tipo de familia que desean. El objetivo principal de toda nuestra labor es garantizar que las personas tengan el conocimiento y el poder necesarios para tomar las mejores decisiones por s¨ª mismos.
5. ?Salvar tantas vidas de ni?os no contribuye a la superpoblaci¨®n?
Melinda:
Nosotros tambi¨¦n nos hicimos esta misma pregunta. Una de las mejores respuestas la dio Hans Rosling, un excelente defensor de la salud p¨²blica y una gran fuente de inspiraci¨®n que falleci¨® el a?o pasado. Yo misma escrib¨ª extensamente sobre esta cuesti¨®n en nuestro mensaje anual del 2014. Pero vale la pena insistir en ello, puesto que el argumento es bastante contraintuitivo. Cuando m¨¢s ni?os sobreviven a los cinco a?os y m¨¢s madres pueden decidir si quieren tener hijos y cu¨¢ndo, el tama?o demogr¨¢fico no crece, sino que se reduce. Los padres tienen menos hijos cuando tienen la seguridad de que sus hijos llegar¨¢n a la etapa adulta. Las familias de gran tama?o son, por as¨ª decirlo, una especie de p¨®liza de seguros ante la tr¨¢gica posibilidad de perder a un hijo.
Este patr¨®n se ha ido repitiendo a lo largo de la historia. En todos los rincones del mundo, cuando se reducen las tasas de mortalidad infantil, los ¨ªndices de natalidad tambi¨¦n disminuyen. Sucedi¨® en Francia a finales del siglo XVIII y en Alemania a finales del XIX; as¨ª como en Argentina en la d¨¦cada de 1910, en Brasil en la de 1960 y Banglad¨¦s en la de 1980.
Bill:
Hay una ventaja asociada al patr¨®n que Melinda describe ¡ªsi sobreviven m¨¢s ni?os, las familias deciden tener menos hijos¡ª, que es que puede dar lugar a un pico de crecimiento econ¨®mico que los expertos llaman el dividendo demogr¨¢fico. Repasemos c¨®mo funciona.
Cuando sobreviven m¨¢s ni?os, el tama?o de la siguiente generaci¨®n ser¨¢, en t¨¦rminos relativos, de grandes dimensiones. Entonces, las familias decidir¨¢n tener menos hijos y la siguiente generaci¨®n tendr¨¢ un tama?o mucho m¨¢s reducido.
Con el tiempo, terminar¨¢ habiendo una mayor proporci¨®n de poblaci¨®n activa que contribuir¨¢ a la econom¨ªa del pa¨ªs y una menor proporci¨®n de dependientes (es decir, de personas muy mayores o muy j¨®venes). Se trata de una receta infalible para el desarrollo econ¨®mico, especialmente si los pa¨ªses, con el fin de sacar el m¨¢ximo partido de esta f¨®rmula, invierten en salud y educaci¨®n.
Afortunadamente, parece que el n¨²mero de muertes infantiles seguir¨¢ en descenso. El nivel de innovaci¨®n en el ¨¢mbito de la salud infantil es extraordinario, y el mundo est¨¢ empezando a avanzar respecto a algunos de los desaf¨ªos m¨¢s persistentes de dicho ¨¢mbito. Un ejemplo es que ahora sabemos que la desnutrici¨®n es un factor al que se debe m¨¢s de la mitad de la totalidad de las muertes infantiles, pero a¨²n quedan muchos interrogantes por resolver acerca de qu¨¦ causa desnutrici¨®n y c¨®mo prevenirla. Uno de los ¨¢mbitos con mayor potencial es el estudio del microbioma (el conjunto de microbios que viven en el intestino humano) y su funci¨®n en relaci¨®n con la capacidad del ni?o para absorber nutrientes. Tambi¨¦n colaboramos con una entidad que est¨¢ desarrollando un dispositivo del grosor de un hilo que puede introducirse por la nariz y sacar fotos microsc¨®picas a 360 grados del intestino de un ni?o. Pronto podremos ver desde dentro el desarrollo de los ni?os, en vez de basarnos en suposiciones.
Melinda:
Salvar vidas de ni?os se justifica por s¨ª solo, pero tambi¨¦n tiene el potencial a?adido de mejorar las vidas del conjunto de la poblaci¨®n. Ahora bien, esta transici¨®n demogr¨¢fica solo podr¨¢ darse en un periodo de tiempo razonable si todas las mujeres tienen acceso a m¨¦todos anticonceptivos. A d¨ªa de hoy, m¨¢s de 200 millones de mujeres no lo tienen. Debemos atender a las necesidades de estas mujeres, por ellas, pero tambi¨¦n por sus hijos y sus comunidades, y urge hacerlo ahora. Si les negamos el acceso a los anticonceptivos, las estaremos condenando a una vida de pobreza. Por el contrario, si invertimos en ampliar este acceso, muchas familias podr¨¢n superar su situaci¨®n de pobreza y labrar un futuro mejor para sus hijos.
6. ?C¨®mo afectan las pol¨ªticas del presidente Trump a la labor de la Fundaci¨®n?
Bill:
En este ¨²ltimo a?o, me han hecho m¨¢s preguntas sobre el presidente Trump y sus pol¨ªticas que sobre todos los temas de este mensaje juntos.
Las pol¨ªticas del Gobierno afectan a nuestra labor en varios aspectos. El ejemplo m¨¢s concreto es el de la ayuda exterior: durante decenios, los Estados Unidos han encabezado la lucha contra las enfermedades y la pobreza en el extranjero. Con ello se han salvado vidas, pero tambi¨¦n se han creado empleos en los Estados Unidos y, a su vez, la integridad del pa¨ªs se ha visto reforzada porque los pa¨ªses pobres han ganado estabilidad y han logrado contener brotes de enfermedades antes de que se convirtieran en pandemias. El mundo no es un lugar m¨¢s seguro cuando m¨¢s personas est¨¢n enfermas o pasan hambre.
El presidente Trump propuso aplicar dr¨¢sticos recortes en materia de ayuda extranjera. Por suerte, el Congreso se pronunci¨® a favor de mantener el presupuesto. Saldremos ganando si los Estados Unidos no solo lideran por medio del poder duro, sino tambi¨¦n ejerciendo poder blando.
Desde una perspectiva m¨¢s general, la visi¨®n del mundo del presidente Trump de "los Estados Unidos primero" me parece preocupante. No digo que los Estados Unidos no tengan que mirar por su propia poblaci¨®n, sino que deber¨ªamos preguntarnos cu¨¢l es la mejor forma de lograrlo. En mi opini¨®n, tener en cuenta el mundo entero, en vez de olvidarlo, ha demostrado ser, con el tiempo, positivo para todos, incluidos los estadounidenses. Incluso si midi¨¦ramos el impacto de todas las acciones del Gobierno en funci¨®n del beneficio que redunda en la poblaci¨®n estadounidense, el compromiso con el extranjero seguir¨ªa siendo una inversi¨®n inteligente.
Nos hemos reunido con el presidente Trump y su equipo, del mismo modo que otros a?os nos hab¨ªamos reunido con anteriores equipos de Gobierno. Con cada Gobierno, ya sea republicano o dem¨®crata, siempre estamos de acuerdo en algunos aspectos y en desacuerdo en otros. A pesar de que compartimos mucho menos con el Gobierno vigente que con otros con los que nos hemos reunido, creemos que sigue siendo importante trabajar conjuntamente siempre que sea posible. Queremos continuar dialogando con ellos porque si los Estados Unidos recortan sus inversiones en el extranjero, se perder¨¢n m¨¢s vidas en otros pa¨ªses y los estadounidenses tambi¨¦n saldr¨¢n perjudicados.
Melinda:
Necesitamos colaborar con el Gobierno para recabar el m¨¢ximo apoyo en favor de pol¨ªticas que beneficien a las personas m¨¢s pobres del mundo. En el marco de nuestra contribuci¨®n en los Estados Unidos, partimos de la premisa de que un diploma universitario o un certificado profesional es indispensable para labrarse un buen futuro. En resumen, la educaci¨®n universitaria tendr¨ªa que abrir el camino hacia la prosperidad de todos los estadounidenses. El Gobierno de Trump, junto con el Congreso, ser¨¢ clave para determinar si vamos o no en esta direcci¨®n.
En concreto, los programas de ayuda financiera estudiantil tendr¨ªan que adaptarse mejor a las necesidades de los j¨®venes de escasos recursos. Ahora mismo, dos millones de estudiantes que podr¨ªan acceder a esta ayuda ni siquiera la solicitan porque los tr¨¢mites son demasiado complicados. Algunos se endeudan, otros ni siquiera van a la universidad. El Gobierno deber¨ªa continuar financiando generosamente estas ayudas y, al mismo tiempo, simplificar el proceso de solicitud. El futuro de millones de j¨®venes estadounidenses est¨¢ en juego.
Tambi¨¦n a?adir¨ªa que una de las responsabilidades del presidente de los Estados Unidos es ser espejo de los valores estadounidenses ante el mundo. Me encantar¨ªa que nuestro presidente tratara a las personas, especialmente a las mujeres, con m¨¢s respeto en sus discursos y tuits. La igualdad es un principio nacional b¨¢sico; el hecho de que todos los individuos merecemos ser respetados, con independencia de la raza, religi¨®n, orientaci¨®n sexual y g¨¦nero, forma parte de la esencia de nuestro pa¨ªs. El presidente tiene la responsabilidad de dar buen ejemplo y empoderar a todos los estadounidenses mediante sus declaraciones y sus acciones pol¨ªticas.
7. ?Por qu¨¦ colaboran con grandes corporaciones?
Melinda:
Colaboramos con compa?¨ªas como GSK y Johnson & Johnson porque tienen la capacidad de hacer cosas que nadie m¨¢s puede hacer. Pongamos el ejemplo del desarrollo de nuevos m¨¦todos de diagn¨®stico, f¨¢rmacos y vacunas para combatir las enfermedades que afectan a los m¨¢s pobres. La ciencia b¨¢sica de la que depende el desarrollo del producto se lleva a cabo en centros de investigaci¨®n y universidades, pero cuando se trata de partir de esta ciencia b¨¢sica para crear productos que salven vidas, someter dichos productos a ensayos para que puedan ser aprobados y, finalmente, fabricarlos, las compa?¨ªas de biotecnolog¨ªa y las farmac¨¦uticas son las m¨¢s avezadas en estas pr¨¢cticas. Uno de los requisitos que todos nuestros asociados deben cumplir es el de garantizar un acceso a gran escala y a un precio asequible del producto que desarrollen gracias a nuestro financiamiento.
Idealmente, nos gustar¨ªa que las compa?¨ªas salieran en busca de nuevas oportunidades para satisfacer las necesidades de la poblaci¨®n de los pa¨ªses en desarrollo. Si, gracias a nuestra acotada colaboraci¨®n, ellas luego detectan potencial en nuevos mercados, nos dar¨ªamos por m¨¢s que satisfechos.
Bill:
Creemos que los pobres deber¨ªan disfrutar del mismo tipo de innovaci¨®n agr¨ªcola y de salud que la que ha contribuido a mejorar la calidad de vida en los lugares m¨¢s ricos del mundo. Gran parte de estas innovaciones surgen del sector privado.
Ahora bien, las compa?¨ªas privadas siempre buscan obtener rendimiento de sus inversiones, por lo que no cuentan con incentivos para abordar las problem¨¢ticas que afectan principalmente a las personas m¨¢s pobres del planeta. Nos gustar¨ªa cambiar esta din¨¢mica y alentar a las empresas a dedicar una parte m¨ªnima de su actividad a los problemas que afectan a los pobres, sin que eso les suponga p¨¦rdidas econ¨®micas.
Hasta la fecha, los mejores ejemplos se han dado en el ¨¢mbito de la salud mundial. Algunas de las enfermedades que afectan a los pobres exigen nuevos f¨¢rmacos y vacunas, los cuales son, precisamente, tal como se?ala Melinda, la especialidad de las compa?¨ªas de biotecnolog¨ªa. Por ese motivo brindamos financiaci¨®n a dos empresas nuevas que est¨¢n estudiando formas de utilizar los ARN mensajeros para que el cuerpo aprenda a producir sus propias vacunas. Esto podr¨ªa conllevar grandes avances en relaci¨®n con el VIH y la malaria, y tambi¨¦n respecto a la gripe e incluso el c¨¢ncer.
Tambi¨¦n colaboramos con el sector privado para lograr que los f¨¢rmacos y vacunas existentes lleguen a los habitantes de los pa¨ªses pobres. Hay una serie de enfermedades de consecuencias terribles, las llamadas enfermedades tropicales desatendidas, que afectan a m¨¢s de 1.500 millones de personas. La mayor¨ªa de estas enfermedades podr¨ªan tratarse, pero los f¨¢rmacos disponibles son demasiado caros, y los pa¨ªses pobres no pueden permitirse ni adquirirlos ni distribuirlos. Hace unos a?os, supimos que unas cuantas farmac¨¦uticas donaban f¨¢rmacos para curar estas enfermedades. Nos encant¨® la idea, y contribuimos a que m¨¢s compa?¨ªas se unieran a la causa y aumentaran las donaciones: en el a?o 2016 se logr¨® tratar de al menos una de estas enfermedades a 1.000 millones de personas en 130 pa¨ªses. Soy optimista y creo que en los pr¨®ximos 10 a?os podremos acabar con algunas de estas enfermedades tropicales desatendidas, en parte gracias a iniciativas como esta.
A veces recurrimos a acuerdos financieros m¨¢s complejos para contar con la participaci¨®n del sector privado. Por ejemplo, como donantes, podemos minimizar el riesgo que asumen las empresas asegur¨¢ndoles un precio cerrado por el producto o un volumen de ventas fijo. En colaboraci¨®n con otros donantes, hemos establecido un precio garantizado para ampliar el suministro de una vacuna que permite prevenir la enfermedad del neumococo, una infecci¨®n que se cobra cada a?o la vida de medio mill¨®n de ni?os. Esta vacuna se est¨¢ administrando ahora a los ni?os pobres de 57 pa¨ªses, y podr¨ªa llegar a salvar 1,5 millones de vidas de aqu¨ª al 2020.
Tambi¨¦n colaboramos con el sector privado en otros campos, pero las iniciativas que tenemos en marcha todav¨ªa no est¨¢n muy avanzadas. Compa?¨ªas del sector agr¨ªcola como Monsanto producen semillas que podr¨ªan ayudar a los agricultores de pa¨ªses pobres a cosechar m¨¢s comida, ganar m¨¢s dinero y, como menciona Melinda, adaptarse al cambio clim¨¢tico. Tambi¨¦n colaboramos con operadores de telefon¨ªa como Vodafone para que m¨¢s personas puedan gestionar sus ahorros, realizar pagos y pedir cr¨¦ditos desde el tel¨¦fono. Este proyecto arranc¨® en Kenia y ahora se est¨¢ expandiendo a otros pa¨ªses como la India.
8. ?Es justo que ustedes tengan tanta influencia?
Melinda:
No. No es justo que tengamos tanto dinero cuando miles de millones de personas tienen tan poco. Ni tampoco es justo que nuestra riqueza nos abra puertas que permanecen cerradas para la mayor¨ªa. Muchos dirigentes mundiales suelen atender a nuestras llamadas y se toman en serio lo que tengamos que decirles. Los distritos escolares de menos recursos considerar¨¢n invertir dinero y talento en ideas que creen que nosotros podr¨ªamos financiar.
Pero nuestros objetivos como fundaci¨®n no esconden ning¨²n secreto. Hablamos abiertamente de lo que financiamos y de los resultados logrados. (No siempre resulta obvio lo que ha funcionado y lo que no, pero nosotros no nos cansamos de evaluar nuestro impacto, rectificar nuestras acciones y compartir lo aprendido.) Llevamos a cabo esta labor y nos servimos de toda la influencia que podamos tener para ayudar a tantas personas como sea posible y para fomentar la equidad en todo el mundo. Si bien hemos cosechado algunos ¨¦xitos, creo que ahora mismo no ser¨ªa f¨¢cil argumentar que hemos logrado que el mundo preste excesiva atenci¨®n a la salud, la educaci¨®n y la pobreza.
Bill:
Por m¨¢s que nos encante escuchar lo que los dem¨¢s nos tengan que decir, sabemos que algunos de nuestros detractores no se atreven a hablar porque no quieren arriesgarse a perder dinero. Esto significa que tenemos que seleccionar muy bien al personal, consultar a los expertos, estar siempre dispuestos a aprender y contrastar opiniones.
A pesar de que dirigimos la mayor fundaci¨®n del mundo, nuestros recursos son limitados en comparaci¨®n con los presupuestos de empresas y Gobiernos. California, por poner un ejemplo, gasta m¨¢s en su sistema escolar p¨²blico en un a?o que la suma de todos nuestros fondos.
As¨ª pues, destinamos nuestros recursos a tareas muy espec¨ªficas: a poner en pr¨¢ctica aportaciones innovadoras con gran potencial, a recopilar y analizar datos, as¨ª como a ayudar a empresas y Gobiernos a replicar y sostener en el tiempo lo que funciona. Podr¨ªamos decir que somos como una incubadora cuyo objetivo es perfeccionar las ideas que den forma a las pol¨ªticas p¨²blicas y que se destinen fondos a las estrategias que generen un mayor impacto.
Hay otro punto relevante respecto a esta pregunta: si hemos dicho que creemos que es injusto que tengamos tanto dinero ?por qu¨¦ no se lo damos todo directamente al Gobierno? La respuesta es porque creemos que a las fundaciones siempre se les reservar¨¢ un papel particular: son las encargadas de detectar las necesidades m¨¢s apremiantes a partir de una visi¨®n global, de tomar un enfoque a largo plazo para solucionar problemas y de gestionar proyectos que conlleven un riesgo que los Gobiernos no se puedan permitir o que las corporaciones no est¨¦n dispuestas a asumir. Si un Gobierno apuesta por una idea que fracasa, significar¨¢ que alguien no habr¨¢ hecho bien su trabajo; en cambio, si nosotros no apostamos por ideas que fracasan, seremos nosotros quienes no estaremos haciendo bien nuestro trabajo.
9. ?Qu¨¦ sucede cuando ustedes dos no est¨¢n de acuerdo?
Melinda:
Siempre estamos de acuerdo. No, es broma. A Bill casi nunca le hacen esta pregunta, pero a m¨ª me la hacen todo el tiempo. A veces, me la hace alg¨²n periodista, medio insinuando que Bill debe de ser quien lleva la voz cantante; otras veces, me la hacen mujeres entregadas a causas filantr¨®picas para pedirme consejo sobre c¨®mo trabajar mejor con sus maridos.
Bill y yo tenemos dos cosas a nuestro favor. En primer lugar, estamos de acuerdo en los valores fundamentales. Para nuestra boda, los padres de Bill nos regalaron una escultura de dos p¨¢jaros que miran a lo lejos, uno junto al otro; todav¨ªa la tenemos enfrente de nuestra casa. Siempre pienso en ella, porque en las cuestiones m¨¢s fundamentales ambos miramos en la misma direcci¨®n.
En segundo lugar, Bill tiene una mente muy abierta, algo que no encaja con lo que se imagina mucha gente. Amo a Bill porque tiene un gran coraz¨®n, escucha a los dem¨¢s y le conmueven las historias de las personas. Cuando le cuento algo que he visto, s¨¦ que es capaz de empatizar. Tal vez me diga que tengo que conseguir algunos datos para poder cuantificarlo, pero no pone en duda la realidad de mis experiencias ni la validez de mi criterio.
Cuando Bill lleg¨® a la Fundaci¨®n desde Microsoft, estaba muy acostumbrado a estar siempre al mando. Yo era la que me hab¨ªa quedado en casa con los ni?os y estaba volviendo a impulsar mi carrera profesional. Hubo veces en las que sent¨ª esa distancia: en reuniones, cuando a m¨ª me faltaba confianza y ¨¦l hablaba con tanta soltura, o cuando la persona con quien dialog¨¢bamos miraba todo el rato a Bill en vez de a m¨ª. En nuestra din¨¢mica dentro de la Fundaci¨®n siempre ha sido muy importante actuar como socios de igual a igual. Con el tiempo hemos aprendido a hablar, una vez en casa, de cualquier momento en el que no hayamos logrado ese objetivo en el trabajo.
Poco a poco, yo me he ido dedicando cada vez m¨¢s a cuestiones de g¨¦nero porque he visto constantemente que cuanto m¨¢s poder de decisi¨®n tienen las mujeres y las chicas, m¨¢s fuertes son sus comunidades. A medida que me he ido especializando en temas de igualdad de g¨¦nero por todo el mundo, me he ido dando cuenta de lo orgullosa que estoy de que Bill y yo hayamos conseguido esta igualdad en nuestra vida en com¨²n.
Es un equilibro al que aspiran tanto los matrimonios como los compa?eros de trabajo en cualquier lugar del mundo. Una de las cosas que m¨¢s disfruto de mi trabajo es que hemos emprendido esta aventura juntos.
Bill:
?Estoy de acuerdo con todo! Pero tengo que admitir que Melinda se siente m¨¢s a gusto (y es mejor) hablando en p¨²blico sobre temas personales que yo.
Como dice Melinda, compartir los mismos valores nos ayuda mucho. Siempre estamos de acuerdo en las cosas de fondo. ?ltimamente nuestras diferencias puntuales suelen ser t¨¢cticas. Hay quien da por hecho que yo soy el que toma las decisiones importantes porque he sido un personaje p¨²blico durante m¨¢s tiempo y porque soy un hombre, pero est¨¢n equivocados.
Hay quien ve a Melinda como el alma de nuestra Fundaci¨®n, la esencia emocional. Pero del mismo modo que ella conoce el lado emotivo que hay en m¨ª y que mucha gente no ve, yo s¨¦ que ella es m¨¢s anal¨ªtica de lo que la gente cree. Cuando me emociono con algo, recurro a ella para que me confirme si estoy siendo realista. Tambi¨¦n me encanta ver c¨®mo consigue reunir a las personas adecuadas para solucionar un problema. Asimismo, me ayuda a discernir cu¨¢ndo puedo exigir m¨¢s de nuestros equipos (como hac¨ªa pr¨¢cticamente siempre en Microsoft) y cu¨¢ndo tendr¨ªa que poner un poco el freno.
En casa somos una pareja, y en el trabajo, una pareja de socios.
10. ?Por qu¨¦ regalan su dinero? ?Qu¨¦ ganan con ello?
Bill:
No lo hacemos porque queramos pasar a la historia. De hecho, nos encantar¨ªa que alg¨²n d¨ªa enfermedades como la poliomielitis o la malaria fueran cosa del pasado y nadie pensara en el hecho de que nosotros tambi¨¦n contribuimos a combatirlas.
Hay dos razones que motivan nuestro trabajo: la primera, se trata de una labor trascendente. Ya antes de casarnos hab¨ªamos hablado de que alg¨²n d¨ªa nos gustar¨ªa dedicar gran parte de nuestro tiempo a causas filantr¨®picas. Creemos que es una responsabilidad b¨¢sica de cualquier persona que tenga mucho dinero. Una vez que tienes tu vida y la de tus hijos resuelta, lo mejor que puedes hacer con el dinero que te sobra es devolverlo a la sociedad.
La segunda raz¨®n es porque disfrutamos con lo que hacemos. A ambos nos encanta indagar sobre las disciplinas en las que descansa nuestro trabajo. Cuando trabajaba en Microsoft, me met¨ª de lleno en la inform¨¢tica; en la Fundaci¨®n ya no solo es inform¨¢tica, sino tambi¨¦n biolog¨ªa, qu¨ªmica, agronom¨ªa y mucho m¨¢s. Puedo pasarme horas hablando con un investigador de semillas o con un experto en VIH, y cuando llego a casa me muero por contarle a Melinda todo lo que he aprendido.
No es muy frecuente tener un trabajo en el que puedes tener un gran impacto y, al mismo tiempo, disfrutarlo tanto. Yo tuve esta suerte primero en Microsoft y ahora en la Fundaci¨®n. No puedo pensar en ninguna otra forma mejor que esta de invertir la mayor parte de mi tiempo.
Melinda:
Ambos procedemos de familias partidarias de dejar un mundo mejor del que te has encontrado. Mis padres se aseguraron de que mis hermanos y yo tuvi¨¦ramos siempre presentes las ense?anzas de justicia social de la Iglesia cat¨®lica. La madre de Bill era conocida, y su padre a¨²n lo es, por estar siempre dispuesta a defender un sinf¨ªn de causas ben¨¦ficas y por dar su apoyo a un n¨²mero ingente de organizaciones locales.
Cuando conocimos a Warren Buffett, nos dimos cuenta de que ¨¦l tambi¨¦n estaba imbuido de esos mismos valores, aunque se hubiera criado en un lugar distinto y en otros tiempos. Cuando Warren, en una gran muestra de confianza, nos don¨® una parte importante de su fortuna, nos propusimos redoblar los esfuerzos para ser fieles a nuestros valores compartidos.
Por supuesto, estos valores no son ¨²nicamente de Warren y nuestros; millones de personas ayudan a los dem¨¢s dedicando tiempo a actividades de voluntariado o donando dinero. Nosotros, en cambio, nos encontramos en la nada corriente situaci¨®n de disponer de mucho dinero para donaciones. Nuestro objetivo es hacer lo que nuestros padres nos inculcaron: aportar nuestro granito de arena para dejar un mundo mejor.
Bill y yo hemos estado haciendo este trabajo, m¨¢s o menos a tiempo completo, durante 18 a?os. Esto equivale a m¨¢s de la mitad del tiempo que llevamos casados y a casi la totalidad de los a?os que tienen nuestros hijos. A estas alturas, la labor que realizamos en la Fundaci¨®n es inseparable de quienes somos. Nuestro trabajo es nuestra vida.
Hemos intentado transmitir estos mismos valores a nuestros hijos, siempre les hemos hablado de la Fundaci¨®n y, ahora que ya son mayores, nos los hemos llevado de viaje para que puedan ver nuestra labor con sus propios ojos. Hemos creado nuevas complicidades en miles de sesiones de seguimiento, visitas de campo y reuniones en materia de direcci¨®n estrat¨¦gica. A d¨®nde vamos, con qui¨¦n pasamos nuestro tiempo, qu¨¦ leemos, qu¨¦ miramos y qu¨¦ escuchamos¡ son decisiones que tomamos desde el prisma de nuestra labor en la Fundaci¨®n (cuando no estamos mirando The Crown).
Tal vez hace 20 a?os podr¨ªamos haber tomado una decisi¨®n distinta sobre qu¨¦ hacer con nuestra fortuna, algo que ahora me costar¨ªa mucho imaginar. Si hubi¨¦ramos decidido llevar una vida distinta, ahora no ser¨ªamos lo que somos. Y esto es lo que queremos ser.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Fundaciones
- Cambio clim¨¢tico
- Vacunaci¨®n
- Problemas ambientales
- Demograf¨ªa
- Medicina preventiva
- Educaci¨®n
- Medicina
- Relaciones exteriores
- Problemas sociales
- Bill Gates
- Sociedad
- Medio ambiente
- Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates
- Superpoblaci¨®n
- Opini¨®n
- Filantrop¨ªa
- Cooperaci¨®n y desarrollo
- Problemas demogr¨¢ficos
- Pobreza
- Vacunas
- Salud
- Planeta Futuro