Energ¨ªa y clima, un proyecto para Espa?a
Hace falta formular una visi¨®n a largo plazo y desarrollar una estrategia de pa¨ªs
El per¨ªodo hist¨®rico de "los Reinos Combatientes", que marc¨® el final de la dinast¨ªa Zhou en China (476-221 a. C.), se caracteriz¨® por una lucha encarnizada en la que los diferentes reinos se dirim¨ªan el poder y el territorio. Esa situaci¨®n de permanente conflicto favoreci¨® el surgimiento de una escuela de pensamiento orientada a afrontar y resolver aspectos propios de aquel contexto. El maestro Sun Tzu, considerado como el principal representante de la denominada ¡°Escuela de los Estrategas, desarroll¨® el concepto de shi para referirse a la energ¨ªa potencial de una situaci¨®n en proceso de desarrollo, es decir, al poder inherente en la disposici¨®n espec¨ªfica de los elementos y su tendencia estrat¨¦gica.
El pasado 11 de abril, 32 grandes empresas han presentado un manifiesto enfatizando la importancia de que Espa?a se dote de un marco normativo que aporte claridad estrat¨¦gica a los horizontes de inversi¨®n que se precisan en el sector de la energ¨ªa. En la estela de dicho texto, los l¨ªderes pol¨ªticos, empresariales, sociales y de opini¨®n de nuestro pa¨ªs han de leer de forma inteligente el actual contexto internacional en el ¨¢mbito de la energ¨ªa y el cambio clim¨¢tico y, en especial, su din¨¢mica interna para comprender la direcci¨®n hacia la que, previsiblemente, van a evolucionar los acontecimientos. Y es que la transici¨®n energ¨¦tica es uno de los vectores cruciales por los que va a transitar el siguiente ciclo de modernizaci¨®n de la econom¨ªa global.
A trav¨¦s de la futura Ley de cambio clim¨¢tico y transici¨®n energ¨¦tica demandada por el Congreso y prometida por el Gobierno, nuestro pa¨ªs tiene la oportunidad de incorporarse plenamente a la principal transformaci¨®n del sistema energ¨¦tico desde la revoluci¨®n industrial. Dicha transformaci¨®n viene impulsada por la necesidad de avanzar en la descarbonizaci¨®n sistem¨¢tica del sistema energ¨¦tico global mediante la retirada paulatina de los combustibles f¨®siles. Y es que la comunidad internacional, con alguna excepci¨®n, ha tomado conciencia de que la desestabilizaci¨®n del clima nos adentra en un territorio ignoto, fuera de la cartograf¨ªa del Holoceno (los ¨²ltimos once mil seiscientos a?os) en la que ha surgido y se ha desplegado la civilizaci¨®n. Nos confronta con una amenaza cuya escala espacio-temporal es diferente a lo experimentado con anterioridad. Una amenaza que, en los c¨ªrculos m¨¢s informados, se considera de car¨¢cter existencial. Por ello, las emisiones de CO2 est¨¢n llamadas a convertirse en la principal variable en la ecuaci¨®n de la energ¨ªa en los pr¨®ximos a?os.
Nuestro pa¨ªs tiene la oportunidad de incorporarse plenamente a la principal transformaci¨®n del sistema energ¨¦tico desde la revoluci¨®n industrial"
La gravedad del cambio clim¨¢tico ha activado dos respuestas positivas que han transformado el contexto internacional. La primera, el Acuerdo de Par¨ªs cuya arquitectura institucional ofrece unas bases s¨®lidas desde las que avanzar en la descarbonizaci¨®n del sistema en los pr¨®ximos a?os. La segunda, el hecho de que la transici¨®n energ¨¦tica sea ya una realidad f¨¢ctica, aunque su alcance se centra de momento en la generaci¨®n el¨¦ctrica.
Las energ¨ªas renovables no solo forman parte del mainstream, sino que su disruptiva disminuci¨®n de costes ha revolucionado el sector el¨¦ctrico en a?os recientes. As¨ª, en el a?o 2016 atrajeron inversiones por un valor de 240.000 millones de d¨®lares. En los cinco ¨²ltimos a?os, 2012-2017, han aportado m¨¢s potencia al sistema el¨¦ctrico global que las nucleares y las centrales t¨¦rmicas de carb¨®n juntas. La Agencia Internacional de las Energ¨ªas Renovables (IRENA, por su siglas en ingl¨¦s) estima que existen 8,5 millones de puestos de trabajo directos, 350.000 en Alemania. Adem¨¢s, la Uni¨®n Europea ha elaborado una trayectoria de descarbonizaci¨®n para el a?o 2050 y en esa direcci¨®n ha aprobado ambiciosos objetivos de obligado cumplimiento para el a?o 2030. Y pa¨ªses de referencia como Alemania, Francia y Reino Unido ya han puesto en marcha sus procesos de transici¨®n energ¨¦tica mediante una serie de leyes, estrategias, planes y programas. El tren de la transici¨®n energ¨¦tica est¨¢ en marcha y avanza a toda prisa.
Este es el contexto analizado por el Consejo Asesor para la Transici¨®n Ecol¨®gica de la Econom¨ªa (CAPTE) promovido por el Partido Socialista del que formamos parte un grupo de personas independientes, expertas en el ¨¢mbito de la energ¨ªa y el cambio clim¨¢tico. A partir de dicho an¨¢lisis, se ha formulado un diagn¨®stico de la situaci¨®n en nuestro pa¨ªs y se han presentado las bases de una hoja de ruta para la transformaci¨®n en profundidad del sistema energ¨¦tico en clave de ahorro, eficiencia, renovables, generaci¨®n distribuida y autoconsumo, veh¨ªculos el¨¦ctricos, redes inteligentes, micro-redes y empoderamiento de la ciudadan¨ªa.
"No cabe descartar un accidente como el de Fukushima Daishi cuyo coste econ¨®mico ha sobrepasado los 160.000 millones de d¨®lares"
En coherencia con las propuestas de la Uni¨®n Europea, se ha formulado un objetivo central de mitigaci¨®n de emisiones para el a?o 2050 del 90% respecto a las del a?o de referencia 1990. En el a?o 2030, la mitigaci¨®n habr¨ªa de ser, al menos, del 20% (partiendo del m¨¢s 15% actual). La retirada de las centrales de carb¨®n antes de 2025 se considera ineludible, as¨ª como el cierre del parque nuclear una vez que las centrales vayan cumpliendo los 40 a?os de vida. A los partidarios de alargar la vida de estas ¨²ltimas recordarles que, si bien en nuestro pa¨ªs se supone que son seguras, no cabe descartar un accidente como el de Fukushima Daishi cuyo coste econ¨®mico ha sobrepasado los 160.000 millones de d¨®lares (a cargo del contribuyente), adem¨¢s de las 80.000 personas que no pueden regresar todav¨ªa a sus hogares. Es dudoso que tras un debate informado y transparente la mayor¨ªa de la nuestra sociedad sea partidaria de correr ese tipo de riesgos. Ambas tecnolog¨ªas ser¨¢n reemplazadas, seg¨²n nuestra propuesta, por una inversi¨®n masiva en renovables, activando el actual parque de centrales de ciclo combinado (25.000 MW) como energ¨ªa de respaldo. Asimismo, somos partidarios de renovar en profundidad el actual marco regulatorio el¨¦ctrico.
Espa?a est¨¢ bien posicionada para ser uno de protagonista relevante de la transici¨®n energ¨¦tica global. D¨¦cimo cuarta econom¨ªa mundial, cuenta con instituciones y centros tecnol¨®gicos avanzados como el IDAE (Instituto para la Diversificaci¨®n y el Ahorro de Energ¨ªa), el CENER (Centro Nacional de las Energ¨ªas Renovables) y el CECRE (Centro de Control de Energ¨ªas Renovables), creado y administrado por la empresa Red El¨¦ctrica de Espa?a (REE). Asimismo, un importante grupo de empresas nacionales ha logrado destacar en el escenario energ¨¦tico internacional por su capacidad de liderazgo y absorci¨®n de nuevas tecnolog¨ªas. Dichas empresas son, desde hace a?os, actores globales de primer nivel en el mercado internacional de la tecnolog¨ªa e¨®lica, la solar fotovoltaica y la termoel¨¦ctrica. Cuenta, adem¨¢s, con tejido productivo, redes de ciencia, tecnolog¨ªa e innovaci¨®n, centros de conocimiento, as¨ª como con el saber hacer industrial y tecnol¨®gico, como para situarse antes del a?o 2025 entre los pa¨ªses europeos tractores en la transici¨®n energ¨¦tica.
Hacer realidad ese potencial precisa leer de forma inteligente el actual shi del contexto internacional, formular una visi¨®n a largo plazo y desarrollar una estrategia de pa¨ªs, alineando de forma innovadora y creativa las notables capacidades p¨²blicas y privadas existentes. Un formidable proyecto para Espa?a que es preciso aprovechar.
Antxon Olabe Ega?a?es economista ambiental y ensayista, autor del libro ¡°Crisis clim¨¢tica-ambiental. La hora de la responsabilidad¡± (Galaxia Gutenberg).
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