Los hijos olvidados de Isabel II
Ana, Andr¨¦s y Eduardo, los hermanos del pr¨ªncipe Carlos, se dedican a la Corona a tiempo completo. Pero la popularidad de las nuevas generaciones ha desdibujado su papel
En junio de 2012, al cierre de los festejos del Jubileo de Diamante de Isabel II, solo seis personas se asomaron al balc¨®n del palacio de Buckingham a saludar: la soberana, Carlos, Camilla, Guillermo, Kate y Enrique ¨Cel duque de Edimburgo estaba hospitalizado¨C. La estampa contrastaba con otras ocasiones solemnes en las que en ese mismo balc¨®n no cab¨ªa un alfiler. ¡°Ha habido un esfuerzo consciente por 'adelgazar' la monarqu¨ªa a instancias de Carlos; ha quedado reducida a los llamados Siete Magn¨ªficos¡±, explica Katie Nicholl, escritora especializada en los Windsor que acaba de publicar el libro Harry. Life, Lose, and Love. Aunque el duque de Edimburgo se retir¨® de la vida p¨²blica en oto?o, volver¨¢n a ser siete cuando Meghan Markle tome el testigo tras su boda; una configuraci¨®n del ¡°team Windsor¡± que parece condenar al banquillo a Ana, Andr¨¦s y Eduardo, los otros hijos de la reina Isabel. ¡°Creo que de alg¨²n modo los han dejado de lado desde que Carlos simplific¨® la instituci¨®n para hacerla m¨¢s relevante ¨Cconfirma la periodista Claudia Joseph¨C. No significa que sus hermanos sean menos respetados, solo que se est¨¢n volviendo menos importantes¡±. ¡°Su papel es m¨¢s difuso y cada vez surgen m¨¢s preguntas sobre su relevancia¡±, a?ade Nicholl.
Aunque los tres trabajan para la Corona a tiempo completo, Eduardo, conde de Wessex, tiene el perfil m¨¢s bajo. Tanto que, seg¨²n Penny Junor, autora de nueve biograf¨ªas sobre los Windsor, ¡°probablemente hay mucha gente en Reino Unido que no sabe nada de ¨¦l o su familia¡±. El benjam¨ªn es el ¨²nico de los hermanos que no recibi¨® el t¨ªtulo de duque al casarse, aunque se da por hecho que heredar¨¢ el de su padre cuando este fallezca, y ya ha asumido algunas de sus responsabilidades, como el popular Premio Duque de Edimburgo. Tambi¨¦n es el ¨²nico que pretendi¨® ganarse la vida fuera de las fuerzas armadas ¨Cdur¨® meses en la Marina¨C o ¡°La Firma¡±; lleg¨® a presidir, con nulo ¨¦xito financiero, su propia productora de televisi¨®n. Su esposa, Sophie Rhys-Jones ¨Cconsiderada muy cercana a la reina¨C, tambi¨¦n intent¨® compaginar su estatus real con su firma de relaciones p¨²blicas. Pero se sugiri¨® que ambos utilizaban sus conexiones en beneficio de sus negocios y acabaron dando carpetazo a sus carreras en 2002. En los ¨²ltimos a?os han representado a la Corona en Gibraltar, Sud¨¢frica, Jamaica, Canad¨¢ o Qatar. ¡°Eduardo y Sophie se toman sus deberes en serio y la reina est¨¢ muy agradecida¡±, sostiene Katie Nicholl.
A tenor de los datos, la princesa Ana resulta ser uno de los royals m¨¢s trabajadores. ¡°En 2017 atendi¨® 540 compromisos ¨Capunta Claudia Joseph¨C; m¨¢s que Guillermo, Enrique y la duquesa de Cambridge juntos¡±. Adem¨¢s, est¨¢ involucrada en m¨¢s de 300 organizaciones ben¨¦ficas y es una consumada amazona, lo que la llev¨® a convertirse en el primer miembro de la familia real en competir en unos Juegos Ol¨ªmpicos (Montreal, 1976). Ninguno de sus dos maridos ha aceptado t¨ªtulos nobiliarios, y sus hijos, Peter y Zara, tampoco los ostentan. Seg¨²n Richard Fitzwilliams, comentarista especializado en la monarqu¨ªa, la llamada Princesa Real es admirada porque ¡°reh¨²ye el protagonismo y se dedica a trabajar¡±. Junor a?ade que, aunque puede resultar ¡°muy borde y ¨¢spera¡±, su discreci¨®n es otra de las claves de su amplia aceptaci¨®n: ¡°Su divorcio podr¨ªa haber supuesto un esc¨¢ndalo, pero ella nunca ha difuminado la l¨ªnea entre la vida p¨²blica y privada¡±.
El caso de Andr¨¦s, duque de York, es el m¨¢s peliagudo. Aunque sirvi¨® en la Marina Real m¨¢s de dos d¨¦cadas y desempe?a numerosas actividades p¨²blicas ¨Ccentradas, seg¨²n la web oficial de la familia real, en los ¨¢mbitos de ¡°la educaci¨®n y los conocimientos, el emprendimiento y la ciencia, y la tecnolog¨ªa y la ingenier¨ªa¡±¨C, tiende ocupar titulares por las razones equivocadas: desde su peculiar relaci¨®n con su ex esposa ¨Ccon la que seguir¨ªa compartiendo techo 22 a?os despu¨¦s de su divorcio¨C a sus m¨¢s que dudosas amistades, que en 2011 le costaron el puesto de representante especial de comercio e inversi¨®n de Reino Unido. ¡°Perdi¨® ese trabajo tras ser objeto de muchas cr¨ªticas, especialmente por su amistad con el millonario americano y delincuente sexual Jeffrey Epstein. Adem¨¢s vendi¨® su casa, Sunninghill Park, a un oligarca kazajo por un precio mucho m¨¢s alto que el que se ped¨ªa, lo que plante¨® preguntas embarazosas. Y su afici¨®n a los viajes le ha granjeado el apodo de Airmiles Andy (Andy millas a¨¦reas)¡±, resume Fitzwilliams. Se le considera el hijo favorito de la reina, pero todo apunta a que le ser¨¢ complicado rehabilitar su deteriorada imagen cuando el heredero ascienda al trono. Los tres hermanos de Carlos tendr¨¢n que demostrar entonces que siguen siendo un activo para la instituci¨®n que representan. Penny Junor es de las que creen que seguir¨¢ habiendo hueco para ellos, ¡°pero solo si el p¨²blico percibe que salen rentables".
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