Consejillo
La vida de Johnson estuvo entregada a la literatura, la filolog¨ªa y a ¡°hacer habitable un universo gobernado por el sufrimiento¡±
Mientras uno es joven, lo que hoy viene a ser por debajo de los 50, se puede permitir cometer errores de cierto calibre, algunos disparates rid¨ªculos y sobre todo ser un perfecto idiota. Luego, ya no. La conspiraci¨®n publicitaria que presenta nuestra vida como un cuento infantil quiere mantenernos en el error, el disparate y la idiotez hasta la muerte. Y es el horror de morirse lo que est¨¢ empujando en el mundo los movimientos neofascistas. Enfrentarse a este fascismo sonriente es trabajoso y agotador. Sin embargo, es lo que nos ha tocado. Nada heroico, nada simple.
Sirven de ayuda las vidas ejemplares. A partir de los 50 son muy provechosos los modelos de grandes hombres que hubieron de afrontar el mundo contando tan solo con su escasa entidad. As¨ª, la Vida de Samuel Johnson, de Giorgio Manganelli (Gatopardo), ¨¦l mismo uno de los m¨¢s grandes escritores del siglo XX y por tanto con escasa reputaci¨®n. Concibi¨® una profunda admiraci¨®n por aquel torpe gigante de suma inteligencia de quien la gente se burlaba y le compuso un bello retrato al hombre estrafalario que tambi¨¦n sedujo a Borges. Por cierto, suya es la famosa frase ¡°el patriotismo es el ¨²ltimo refugio de los canallas¡±.
La vida de Johnson estuvo entregada a la literatura, la filolog¨ªa y a ¡°hacer habitable un universo gobernado por el sufrimiento¡±. Vienen en este librito sabios consejos aplicables de inmediato a nuestro campo de concentraci¨®n comandado por gente buen¨ªsima y correct¨ªsima. El primer consejo es tomarse en serio a uno mismo porque, como dec¨ªa Johnson, ¡°en la tumba no recibiremos cartas¡±. Lean este peque?o libro como la ¨²ltima carta de un amigo, escrita desde la tumba. Solo podemos responderla con nuestra conducta.
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