Recu¨¦rdalo t¨² y recu¨¦rdalo a otros
Los consensos y equilibrios de d¨¦cadas se deshacen. Hay m¨¢s imprevisibilidad
Emparedados entre las distintas modalidades de elecciones internas (generales, municipales y auton¨®micas) est¨¢n los comicios al Parlamento Europeo, que se celebrar¨¢n en los 27 pa¨ªses de la Uni¨®n (previsiblemente ya sin Reino Unido) entre los d¨ªas 23 y 26 de mayo. Son, sin duda, los m¨¢s importantes de su historia. Por dos motivos: primero, la mayor parte de las normas que afectan a la vida cotidiana de los m¨¢s de 435 millones de ciudadanos de la zona se condimenta en lugares como Bruselas, Estrasburgo o Luxemburgo (Tribunal Europeo de Justicia), m¨¢s que en los Parlamentos nacionales; y todos los pron¨®sticos indican que la tradicional correlaci¨®n de fuerzas en la Euroc¨¢mara va a sufrir una brutal transformaci¨®n y la crisis de representaci¨®n pol¨ªtica que ya se ha producido a nivel nacional (fin del bipartidismo imperfecto, que arranca de la segunda posguerra mundial) llegar¨¢ al club europeo.
A pesar de circunstancias tan importantes, seguramente ocurrir¨¢ lo mismo que en anteriores comicios continentales: muchos ciudadanos votar¨¢n en clave nacional y los niveles de abstenci¨®n ser¨¢n superiores a los de las elecciones internas (aunque este a?o se ver¨¢n arrastrados por las mismas). Si as¨ª ocurre, ser¨¢ una ocasi¨®n desperdiciada en el peor momento. La Conferencia de Seguridad celebrada en M¨²nich, por poner el ¨²ltimo ejemplo, ha pronosticado que el desorden mundial (que en Europa se concreta en una policrisis) est¨¢ abriendo una nueva era de la incertidumbre; que hay una sensaci¨®n generalizada de fin de ¨¦poca, y que los consensos y equilibrios labrados durante d¨¦cadas se deshacen. Hay m¨¢s imprevisibilidad. La pol¨ªtica exterior, el cambio clim¨¢tico, la seguridad, el pilar social, el crecimiento, el empleo o la defensa deben formar parte de los programas electorales.
El Parlamento Europeo, cuyos esca?os se votan, ha ido aumentando su influencia con el tiempo. Comparte el poder legislativo de la UE, propone el candidato a la presidencia de la Comisi¨®n Europea teniendo en cuenta el resultado de las elecciones, y codecide en el presupuesto de la UE y en las perspectivas financieras de medio plazo. Esta instituci¨®n, que hasta ahora ha dispuesto de una mayor¨ªa de eurodiputados populares (derecha) y socialdem¨®cratas (izquierda), puede ser invadido, seg¨²n todos los pron¨®sticos, por formaciones de extrema derecha como las que representan Le Pen, Salvini, Alternativa por Alemania y, casi con seguridad, por representantes de Vox. Tambi¨¦n de Izquierda Unitaria (donde est¨¢ Podemos). Y en medio, como hasta ahora, representantes de los liberales (fortalecidos por los hombres y mujeres de Macron) y los Verdes. Esos mismos pron¨®sticos indican que la suma de populares y socialdem¨®cratas ya no llegar¨¢ al 50% de los esca?os. La reducci¨®n de su representatividad posiblemente est¨¢ relacionada con las responsabilidades de la gesti¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica de austeridad a ultranza que afect¨® a tantos ciudadanos, sobre todo del sur de la UE. La alimentaron o no supieron resistirse a ella y generar una alternativa.
La mayor parte de los extremismos son antieurope¨ªstas. Un estudio del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores enumera acciones hipot¨¦ticas de los antieurope¨ªstas: inhibir la respuesta de Europa a los principales desaf¨ªos en pol¨ªtica exterior (sanciones a Rusia, debilitamiento de la OTAN¡), fragilizaci¨®n del Estado de derecho (con afrentas a los derechos humanos y p¨¦rdidas de calidad de la democracia), da?ar la competitividad econ¨®mica (obstruyendo los acuerdos de libre comercio, escogiendo la pol¨ªtica comercial como campo de batalla), poner en riesgo la libertad de movimientos (reintroducci¨®n de controles fronterizos internos como soluci¨®n a la inmigraci¨®n), fomentar la desintegraci¨®n de la UE desde dentro (haciendo fracasar las negociaciones de presupuestos, impulsando continuos referendos)¡ En definitiva, utilizar el Europarlamento como trampol¨ªn para una pr¨¢ctica pol¨ªtica nacionalista.
Por todo ello son tan significativas estas elecciones. Si cabe, m¨¢s que las otras, aunque no generen la misma pasi¨®n. Hay que votar activando el t¨ªtulo de uno de los libros centrales de la historia oral de la Guerra Civil espa?ola de Ronald Fraser: ¡°Recu¨¦rdalo t¨² y recu¨¦rdalo a otros¡±. Para que no manden los b¨¢rbaros.
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