La NASA lanza un nuevo veh¨ªculo capaz de llevar astronautas a la Estaci¨®n Espacial Internacional
Space X, la compa?¨ªa fundada por Elon Musk, ha construido la c¨¢psula Crew Dragon
SpaceX y la NASA han lanzado este s¨¢bado (2.49 hora de Florida, 8.49 en Madrid) un cohete Falcon 9 con la nueva c¨¢psula Crew Dragon, capaz de llevar astronautas a la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS). No lo ha hecho en este primer vuelo, que se ha programado ocho a?os despu¨¦s de que volase por ¨²ltima vez el transbordador espacial.
En 2008, la NASA seleccion¨® dos compa?¨ªas privadas para subcontratar?vuelos comerciales a la ISS: Space X y Orbital, ambas animadas por lo que entonces parec¨ªa una utop¨ªa: dise?ar sus propias naves espaciales aunque de momento fueran simples cargueros.
Tanto Space X como Orbital cumplieron su promesa. Sus modelos de nave se conocen, respectivamente como Dragon y Cygnus y llevan a?os transportando suministros hasta la estaci¨®n espacial internacional, en competencia con los Progress rusos o ATV europeos. Todos son veh¨ªculos autom¨¢ticos; algunos son capaces de atracar por sus propios medios mientras que otros ¡ªcomo los Dragon¡ª se limitan a aproximarse hasta una corta distancia y dejar que un brazo rob¨®tico de la estaci¨®n los capture y enganche a una de las escotillas de amarre.
Cuatro a?os m¨¢s tarde, la NASA dio un paso m¨¢s: la contrataci¨®n de c¨¢psulas y lanzadores capaces de llevar tripulaci¨®n. La construcci¨®n de su propia nave, la Orion ¡ªtodav¨ªa se retrasar¨ªa a?os¡ª, trataba de reducir la dependencia de los Soyuz rusos, hoy por hoy, los ¨²nicos capaces de llevar astronautas hasta la estaci¨®n espacial.
Ahora, por fin, le ha llegado el turno a Crewed Dragon, la apuesta de Space X, que se adelanta as¨ª al Starliner de Boeing. Con capacidad para transportar un m¨¢ximo de siete astronautas, va equipada con un mecanismo de enganche y un sistema de navegaci¨®n aut¨®nomo que le permitir¨¢ amarrar por s¨ª sola a la ISS.
En este primer vuelo no lleva tripulaci¨®n. Aunque s¨ª un maniqu¨ª ¡ªun primo del que condujo su Tesla hacia Marte¡ª revestido de una escafandra espacial tambi¨¦n dise?ada por Space X. Un traje en el que la funcionalidad se ha tenido tanto en cuenta como la est¨¦tica. Podr¨ªa aparecer en el atrezo de una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n y algunos lo considerar¨ªan demasiado fantasioso. Pero es muy real y, de hecho, es el que vestir¨¢n los primeros astronautas que vuelen en una Dragon, seguramente este mismo verano.
Maniqu¨ª a bordo
La DM-1 (este es el anodino nombre que la NASA le ha asignado oficialmente: Demonstration Mission 1) va llena a rebosar de sensores para medir el comportamiento de todos sus equipos y tambi¨¦n los esfuerzos, niveles de sonido y vibraciones a que estar¨ªan sometidos sus ocupantes. El maniqu¨ª (ATD o Anthropomorphic Test Device, en la inescrutable jerga de la NASA) tambi¨¦n ir¨¢ protegido con sus sistemas de presurizaci¨®n y suministro de ox¨ªgeno al menos parcialmente activados.
A bordo a¨²n queda sitio para unos 150 kilos de suministros? para la ISS. Es bastante menos que en otros vuelos pero seguro que ser¨¢n bienvenidos por los tres astronautas que los esperan. Tambi¨¦n est¨¢ previsto que se traiga de regreso muestras y espec¨ªmenes procedentes de experimentos realizados durante las ¨²ltimas semanas en la estaci¨®n espacial.
Esta primera nave no es el modelo definitivo. De hecho, se sabe que a¨²n quedan detalles por pulir. Desde motores poco estables (la c¨¢psula tendr¨¢ que ejecutar algunas maniobras bastante retorcidas para mantener el combustible a temperatura adecuada, pese al calor del Sol) hasta paraca¨ªdas todav¨ªa no del todo certificados para uso en veh¨ªculos tripulados.
Colch¨®n de aterrizaje
El cohete se ha lanzado desde el centro Kennedy, en Florida, donde Space X tiene alquilada nada menos que la rampa de lanzamiento 39A, la hist¨®rica instalaci¨®n desde la que despegaron los Apolo hacia la Luna. De eso hace ahora 50 a?os justos.
Como ya es casi rutina, se intentar¨¢ recuperar el cohete lanzador, haci¨¦ndolo aterrizar en una plataforma auxiliar en el propio centro Kennedy. La c¨¢psula caer¨¢ en el mar, a unos cientos de kil¨®metros de la costa de Florida. En alg¨²n momento se hab¨ªa apuntado la posibilidad de intentar un descenso de precisi¨®n sobre una enorme balsa neum¨¢tica. La idea era evitar el contacto con el agua de mar y as¨ª hacer m¨¢s sencillos los trabajos de limpieza y nueva puesta a punto. Pero, aunque el colch¨®n flotante existe y ha sido probado, es dudoso que Space X quiera utilizarlo en esta primera prueba.
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