No soy perfecta

Este a?o he dudado si hacer o no la huelga feminista y, de hecho, voy a hacerla no tanto porque quiera, sino porque puedo, y porque me sentir¨ªa peor trabajando cuando mis compa?eras han decidido secundarla por mayor¨ªa. Claro que hay motivos, y seguir¨¢ habi¨¦ndolos mientras haya una asesinada por violencia machista, una diferencia de salario y oportunidades basada en el g¨¦nero, o un baboso que no acepta un no por respuesta. Otra cosa es que una huelga anual que solo podemos permitirnos algunas me parezca el modo de denunciarlos y pedir igualdad efectiva. Ni todas las mujeres pensamos lo mismo, ni todos los hombres, ni todas las feministas. Ni somos un reba?o ni queremos serlo. Para m¨ª, el lenguaje inclusivo no es imprescindible, ni la prohibici¨®n de los piropos, ni la censura o veto de productos culturales por supuesto sexismo. Pero igual que no renuncio a expresar mis diferencias sobre lo accesorio, tampoco acepto lecciones sobre lo fundamental: exigir la igualdad real en todos los campos.

En d¨ªas en que se acota el feminismo entre bueno o malo, liberal o radical, amable o furioso, opino que no necesita ning¨²n apellido. Pero tambi¨¦n que no hace falta haber le¨ªdo a santa Virginia Woolf, ni estudiado los or¨ªgenes del patriarcado, ni abjurar de Maluma, para pasar ning¨²n an¨¢lisis de limpieza de sangre feminista. Est¨¢n lloviendo feministas s¨²bitos que quieren nuestro voto. Ellos, que son tan de reconquistar Espa?a, han de saber que no cederemos un mil¨ªmetro de terreno conquistado. Dicen que nada erotiza m¨¢s a ciertos se?ores que ver mujeres luchando en el barro. Ya est¨¢n estas tir¨¢ndose del mo?o, piensan, mientras aspiran a seguir manejando el cotarro. Conmigo que no cuenten. Voy a la huelga. Ahora, igual aprovecho para asfaltarme las canas. Mi peluquera va a abrir de todos modos y as¨ª voy a la manifestaci¨®n peinada. ?Contradicciones? Todas. Nadie es perfecta.